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MUY COMPLICADA LA REGIÓN

Cementerios colapsados, falta de camas, cuarentena total y ¿sin barbijos en Brasil?

La región luce complicada en la segunda ola de contagios de Covid-19. En Uruguay, ante el colapso de un cementerio, se tuvo que modificar una norma de 128 años para sepultar fuera de la tierra. Paraguay atraviesa una suba “incontrolable” de muertes y de demanda de camas de internación. En Chile se habla de una cuarentena total y en Brasil, donde ya se advierte sobre una tercera ola, Bolsonaro quiere terminar con el uso de los barbijos.

La región se acerca al invierno y aumenta la preocupación por una tercera ola de contagios en Argentina y Brasil, cuando todavía no se supera la segunda.

En nuestro país, el jueves (10/6) los epidemiólogos que asesoran al Gobierno nacional alertaron por la posibilidad de otra ola de contagios cuando recién se empieza a notar un leve descenso de los casos diarios, aunque se mantienen los números altos, especialmente en las muertes. Por eso, pidieron dividir las vacaciones de invierno o sectorizarlas por provincia.

En Brasil, según reporta este viernes (11/6) Correio Braziliense, no hay “control sobre la transmisión del nuevo coronavirus” y el país “vive la inminencia de una tercera ola de la pandemia del covid-19, pero al presidente Jair Bolsonaro le preocupa terminar con el uso de máscaras en el país. Ayer, afirmó que le pidió al ministro de Salud, Marcelo Queiroga, una opinión que daría a conocer sobre el uso de mascarillas por parte de quienes ya recibieron la vacuna o de quienes ya fueron infectados por el virus. La declaración se produjo durante un evento en el Palácio do Planalto, en el que Bolsonaro también se burló de los informes que informan que visita ciudades sin el uso de equipos de protección”.

“Nuestro Ministro de Salud finalizará un dictamen dirigido a liberar el uso de mascarilla por parte de quienes están vacunados o que ya han sido contaminados, para eliminar este símbolo (mostró una mascarilla), que obviamente tiene su uso para los infectados ”, señaló.

En tanto, en Chile hay preocupación porque las cuarentenas “están probando ser herramientas poco eficaces y cada vez más resistidas por la población”, según el diario La Tercera.

“Como era previsible, la decisión de la autoridad de Salud de decretar la cuarentena para el conjunto de la Región Metropolitana (RM) a partir de este sábado ha generado fuerte controversia, con la singularidad que esta vez la resistencia incluso ha escalado a la esfera política, con partidos del propio oficialismo cuestionando la medida. Considerando el conjunto de comunas que a lo largo del país están o pasarán a Fase 1, serán 11 millones de personas que estarán bajo confinamiento”, destacó el matutino chileno.

En su lugar, los chilenos reclaman más vacunación,a pesar de que el país trasandino avanza en la campaña más rápido que sus vecinos. “No existe consenso sobre en qué momento podría lograrse una inmunidad de rebaño, pero según algunas métricas internacionales ello se podría lograr cuando el 70% de los habitantes se vacuna. El sitio Time to Herd estima que al ritmo de vacunación al que avanza Chile, dicho objetivo se lograría en menos de 50 días, situándose entre los seis primeros países del mundo que menos tiempo le resta para alcanzarlo”, explica La Tercera.

Pero advierte que “pese al notable avance” en la vacunación, “solo en la RM hay del orden de 1,4 millones de personas rezagadas voluntariamente, lo que a todas luces es un riesgo para la comunidad”.

La vacunación, junto al necesario autocuidado -uso de mascarillas, el respeto de los aforos, la distancia social- conforman una estrategia menos invasiva y a la larga mucho más efectiva que las cuarentenas”, concluye La Tercera.

Otro país que se solía tomar como modelo para la Argentina, como es Uruguay, reportó este viernes 1176 el colapso del cementerio de Salto, que tuvo que modificar una norma de 128 años para sepultar fuera de la tierra debido al aumento de la cantidad de muertos por COVID-19.

“La Junta Departamental de Salto modificó un decreto de 1893 que impedía que las personas que murieran por una enfermedad infecto-contagiosa pudieran ser sepultadas en un nicho o fuera de la tierra. Este obstáculo normativo y el aumento explosivo de muertes por COVID-19 en el departamento litoraleño hicieron que colapsara el único cementerio de la ciudad habilitado para los entierros tradicionales”, informó el diario El País de Uruguay.

“Era una deuda que estábamos teniendo con los familiares de las personas fallecidas por coronavirus, para poder permitirles sepultar a sus seres queridos en sus respectivos panteones u otros espacios que ellos consideraran más apropiados. Además, nos da más tiempo para solucionar el problema que allí se estaba presentando ”, dijo el intendente de Salto Andrés Lima.

Además de descomprimir la situación en la necrópolis del barrio Artigas (que ya no estaba en condiciones de recibir más enterramientos), el cambio permitirá a los deudos seguir con sus tradiciones, rituales o dar sepultura en aquellos nichos que ya tenían reservados.

Por último, el diario ABC de Paraguay da cuenta este viernes 11/6 de la “alza incontrolable en cifra de muertos y demanda de camas de internación”.

La Dirección General de Vigilancia de la Salud paraguaya mostró que “durante las siguiente tres semanas, el país llegaría a sumar otras 2.800 defunciones por covid-19, pudiendo llegar incluso a unas 190 por día”.

Esto “preocupa a Salud Pública porque la demanda actual de camas de internación, principalmente en terapia intensiva registra un promedio por día de alrededor de 200 solicitudes”.

“Paraguay reporta una tendencia creciente en la tasa de mortalidad. La plataforma Worldometers reportó al Paraguay como el país con más muertes por millón de habitantes en los últimos siete días a nivel mundial”, resalta ABC.

De las 756 camas que tenemos en terapia el mayor porcentaje están siendo ocupadas por pacientes covid y el resto por pacientes con otras patologías. Tenemos el 100% de las camas terapizadas ocupadas en el sector público y otras 130 en los sanatorios privados ”, alertó el doctor Ángel Núñez, director de Terapias de Salud Pública.

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