En una entrevista con la BBC, Eve Ensler, autora del libro “The Apology” (“La disculpa”), recientemente publicado, contó a raíz de esta publicación la terrible infancia que vivió junto a su papá.
EVE ENSLER, AUTORA DE “LA DISCULPA”
Abusada por su papá: “Creo que luego elegimos personas que son como nuestros abusadores”
La terrible historia de la escritora estadounidense Eve Ensler, quien fue abusada sexualmente por su padre hasta los 10 años y luego golpeada por el mismo por mucho tiempo más, encontró paz en la escritura y en una entrevista contó todos los detalles de su supervivencia, su terrible infancia y su lucha por la liberación de las mujeres.
Eve ya se había hecho conocida en los años 90 por una disruptiva obra llamada “Los monólogos de la vagina”, donde empodera los cuerpos de las mujeres en una época donde aquello no estaba tan en boga como hoy en día, una visionaria. Pero ahora, este libro publicado en mayo, cuenta una historia totalmente distinta, pero no menos impactante.
“La disculpa”, justamente, es un libro de ficción donde Eve escribe como si fuese su propio padre y le estuviera pidiendo disculpas por todo lo que le hizo. Una fuerte catarsis y el deseo de ella plasmado en sus propias páginas, donde pone en palabras todo lo que le hubiera gustado que él le dijera y que nunca sucedió ni sucederá porque ya está muerto.
En la entrevista, Eve cuenta los pormenores de la terrible temática de su libro. Cómo fue que su padre empezó a abusar sexualmente de ella a los 5 años hasta los 10 hasta que ella se hizo pasar por muerta y ese día su papá paró.
“La situación empezó a cambiar cuando, recuerdo, llegó la noche en la que me alejé de él. Fingí que estaba muerta. Esa noche acabó el abuso sexual. Tenía 10 años”.
Cuando dejó de abusar sexualmente de ella empezó a abusarla físicamente. A los golpes. Eve cuenta cómo lidiaba con esto. Cuando sabía que su padre iba a hacerle daño se separaba de su cuerpo.
“Tiene que ver con separarse de uno mismo. Recuerdo que mi padre me llamaba y podía adivinar por el tono de su voz qué tan fuerte iba a ser la golpiza.
Entonces iba al espejo y me decía "ahora te vas a ir, no vas a estar aquí, no vas a sentir nada de que lo que te haga””.
Y ese mecanismo de defensa fue el mismo que la llevó a refugiarse en la escritura: “La separación era un salto imaginativo, que de alguna manera me llevó a la escritura, que es esta idea de crear personajes, de vivir en mi imaginación, un lugar que podía separarme del dolor que sentía constantemente”.
Pero, claramente, toda esa violencia y dolor se transportó a sus relaciones cuando creció: “Escogí mal. Escogí muy mal (risas). Es muy triste decirlo, pero nunca sentí que mereciera que alguien me amara. Siempre fui segunda para mi padre. Estaba mi madre y después yo.
Creo que siempre nos inclinamos hacia las personas que son como nuestros abusadores. Tenemos la absurda fantasía de que los vamos a cambiar, que vamos a cambiar nuestra historia. También porque es tremendamente familiar.
Nunca elegí a las personas que sí me amaban, porque me aterrorizaban. La única vez que había tenido amor de niña, había sido traicionada”.
Es muy interesante la razón por la cuál decidió hacer este libro en este momento, después de 21 años de silencio y fantasmas internos:
“Los últimos 21 años he estado en un movimiento contra la violencia contra las mujeres y he escuchado las peores historias en todo el mundo.
Ahora con el movimiento #MeToo, me pregunto ¿dónde están los hombres? Nunca he escuchado a ningún hombre pedir unas disculpas auténticas, profundas y públicas.
Si los hombres no empiezan un proceso de disculpa, ¿cómo va a terminar esto?”. La reflexión lleva a pensar en el contexto actual que vivimos y cómo desde la palabra podemos cambiar, o intentar cambiar, estas actitudes de violencia que existen permanentemente a raíz del machismo del mundo".
Cuando le preguntan por qué cree que su padre actuaba así ella respondió que en parte es porque criaron a un hombre reprimido, que no podía mostrarse débil (como fueron criados muchísimos hombres de generaciones anteriores) y eso, junto a otros miles de factores de personalidad, mutó en una estructura psiquiátrica perversa y, en palabras de Ensler “hizo metástasis” sobre ella. “Creo que eso es lo que le hacemos esto a los hombres. No les permitimos ser seres humanos y esto les causa pérdida de empatía”.
Finalmente concluyó confirmando que a través de este libro consiguió de alguna manera la disculpa que tanto esperaba, lo que le dio paz y le permite seguir sobrellevando esta vida lo mejor posible.