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histórico golazo de suñé

La primera Final-issima que definieron Boca y River

En la primera final entre Boca y River en 1976, Suñé metió un tiro libre legendario. Boca logró el bicampeonato y esta rivalidad cobró vida.

En una noche que inolvidable, Boca Juniors y River Plate protagonizaron su primera final mano a mano el 22 de diciembre de 1976. El estadio de Racing vibró con la definición a partido único que culminó con un legendario tiro libre de Rubén Suñé, marcando el bicampeonato para el Xeneize.

La previa al encuentro épico del Boca-River

La expectación rodeó al Cilindro de Avellaneda desde el mediodía, cuando los hinchas se congregaron para presenciar la primera final entre Boca y River. Ambos equipos, dirigidos por estrategas destacados como Juan Carlos Lorenzo y Ángel Labruna, llegaron a la definición tras superar férreos enfrentamientos en Avellaneda.

Boca y River se enfrentaron en su primera final en 1976 durante la Copa de Campeones de ese año.
Boca y River se enfrentaron en su primera final en 1976 durante la Copa de Campeones de ese año.

Boca, campeón del Metropolitano de 1976, había vencido a Quilmes en un desempate y eliminado a Banfield y Huracán. Por su parte, River lideró el grupo B y superó a Quilmes y Talleres de Córdoba. La noche prometía un duelo táctico entre dos grandes arqueros de selección: Hugo Gatti y Ubaldo Fillol.

El tiro libre con el que soñó Suñé

Con transmisión en directo por Canal 7, River inició dominando, pero la sólida defensa de Boca y las destacadas actuaciones de Gatti frenaron los intentos “millonarios”. Fue a los 27 minutos del segundo tiempo cuando el árbitro Arturo Ithurralde marcó un tiro libre tras una falta a Carlos Veglio.

Rubén Suñé, con un tiro preciso, convirtió el único gol del partido que selló la victoria para Boca. Este momento legendario, aunque se perdió de las pantallas, resurgió en 2019 cuando un coleccionista xeneize lo encontró en Súper 8, una joya en blanco y negro que fue resguardada en el Museo de la Pasión Boquense.

El histórico gol de tiro libre de Rubén Suñé con el que Boca se quedó con la final.

Con una multitud recordada por su magnitud, el estadio de Racing fue testigo de la primera final superclásica, símbolo de una rivalidad que trasciende el tiempo. Boca celebró el bicampeonato y abrió el camino hacia la Copa Libertadores que conquistaría al año siguiente, la primera vez que conquistaba América.