Los ascensos están llenos de anécdotas dignas de contarse. Algunas de ellas son tan estrambóticas que no se puede creer que hayan pasado. Esta ocurrió el 10 de julio de 1971 en Lomas de Zamora y los protagonistas fueron Club Atlético Temperley y Club Almirante Brown.
récord insuperable en el ascenso
El insólito penal que Temperley erró cuatro veces
Un hecho inusual en el fútbol. El árbitro pitó cuatro veces tiro de penal a Temperley, que fue atajado por un jugador de campo en el arco.
Los cuatro penales errados
Temperley recibió ese día a Almirante Brown en el estadio Alfredo Beranger para disputar un torneo de la Primera B. El encuentro venía empatado sin goles hasta que, a los 14 minutos, el árbitro cobró penal a favor de los locales. Lo que vino después fue uno de los acontecimientos más insólitos del fútbol argentino.
El encargado de intentar meter la pelota entre los palos defendidos por Osmar Miguelucci fue Esteban Corbalán. Corbalán era un histórico jugador del Gasolero: había metido 69 goles en 204 partidos. Pateó cuando el árbitro se lo permitió con el silbato y Miguelucci contuvo el penal, pero… el árbitro le cobró offside al arquero.
Nuevo intento: Corbalán ahora le dejaba su lugar a Nicolás Bieladinovich. Y se repitió la misma situación de antes: Bieladinovich ejecutó, Miguelucci se adelantó y nuevamente atajó, sólo que esta vez recibió una tarjeta amarilla.
Temperley no lo puede creer
Otra vez la burra al trigo. A esta altura la situación no se podía creer. Bieladinovich pateaba el tercer intento de Temperley por colocar la pelota en la red, pero esta vez le erró al arco. En tanto, a Miguelucci le volvían a cobrar posición adelantada y le mostraron otra cartulina amarilla y su consecuente roja.
El plantel de Almirante Brown protestaba por la expulsión de su arquero titular, ya que no tenían con quién suplantarlo. Al final, decidieron que Ricardo Tello (defensor central de la Fragata con alma de guardameta) se pusiera el buzo y defendiera el arco.
“La tercera es la vencida” se suele decir, y Bieladinovich hizo un nuevo intento por meter el gol. Pero Bieladinovich no contaba con “el arma secreta” de Tello: el volante lo conocía muy bien y sabía que el celeste apuntaría al ángulo izquierdo. Y gracias a esto (y a no adelantarse como Miguelucci), atajó el penal. El Negro afirmó años más tarde:
Yo lo conocía a Bieladinovich. Traté de ponerme en la cabeza de él. Como yo no era arquero, seguramente pensaría que yo me iba a hacer la lógica, tirarme al palo contrario del pateador. Por eso fui hacia mi izquierda y se lo atajé.
Con la atajada de Tello, se terminaba esa larga y agotadora secuencia de remates fallidos y posiciones adelantadas. El encuentro, que terminó empatado 1-1, continuó con Tello defendiendo los palos hasta el final. Un error de cálculo de su parte le permitió a Juan Merlo del Gasolero abrir el marcador a los 23 minutos, aunque pronto Luis Vargas lo empató a los 55.
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