Las acciones de Tesla (TSLA) profundizaron su crisis este lunes (17/3) al retroceder casi un 5%, marcando un arranque de año desastroso para la automotriz de Elon Musk. Solo en la última semana, los papeles de la compañía se desplomaron un 8% y ya suman ocho semanas consecutivas en rojo. Desde que inició el año (YTD) la sangría supera el 41%.
China, un obstáculo clave
Tal como señalan desde Yahoo Finance, el último golpe provino de China, uno de los mercados más relevantes para Tesla. La compañía anunció que ofrecerá una prueba gratuita de su sistema de conducción autónoma (FSD) en el gigante asiático, pero la medida no logró apaciguar el escepticismo de los mercados.
La promoción, vigente entre el 17 de marzo y el 16 de abril, no solo se aplicará a nuevos compradores, sino que también estará disponible para actuales propietarios cuyos vehículos cuenten con el hardware, software y cartografía más recientes. Sin embargo, las trabas regulatorias en China siguen siendo un dolor de cabeza para Tesla.
Restricciones y competencia feroz
Los problemas de la compañía con la conducción autónoma en China no son nuevos. Las estrictas leyes de privacidad impiden que Tesla transfiera datos recopilados en el país hacia sus servidores en Estados Unidos Elon Musk reconoció esta dificultad en la última presentación de resultados: “Estamos en una encrucijada. No nos permiten enviar videos de entrenamiento fuera de China y, al mismo tiempo, el gobierno estadounidense nos prohíbe hacer entrenamientos en China. Es un dilema real”, afirmó.
Para sortear este escollo, Tesla busca apoyo de socios locales como Baidu, integrando su cartografía con el FSD. Este cambio representa una ruptura con la estrategia original de Tesla, que basaba su conducción autónoma exclusivamente en datos visuales.
Un declive internacional
El tropiezo en China se suma a dificultades en Europa y al deterioro de la imagen de Tesla en Estados Unidos. La compañía enfrenta una creciente competencia con vehículos más accesibles, pero también debe lidiar con el impacto negativo del comportamiento de su CEO.
Elon Musk ha visto desplomarse su popularidad tras liderar la controvertida iniciativa del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) en la Casa Blanca. Paralelamente, su respaldo a partidos de ultraderecha en Alemania y Reino Unido generó rechazo en esos mercados, mientras que en Estados Unidos, crecen las protestas en las concesionarias de Tesla.
Los números no cierran
Las cifras del primer trimestre serán clave para medir el impacto de esta crisis. Tesla presentará su informe de ventas a comienzos de abril, pero ya hay señales preocupantes: JPMorgan redujo su proyección de entregas a 355.000 unidades, lo que implica una caída del 8% interanual y un desplome del 28% respecto a las 495.000 unidades del cuarto trimestre.
La estimación de JPMorgan es un 15% inferior al consenso de Bloomberg y su analista, Ryan Brinkman, rebajó el precio objetivo de la acción de 130 a 120 dólares, uno de los niveles más bajos de Wall Street. “Nos cuesta encontrar un antecedente similar en la historia de la industria automotriz, salvo la crisis de las marcas japonesas y coreanas en China en 2012 y 2017, provocada por disputas comerciales”, señaló Brinkman.
Tesla enfrenta un escenario desafiante. La combinación de competencia feroz, restricciones regulatorias y la erosión de la marca en mercados clave amenaza con profundizar su declive. El tiempo apremia y Musk deberá tomar medidas urgentes si pretende revertir esta caída libre.
Más contenidos de Urgente24
"Monopolio": Que lo explique Milei porque Telecentro denunció a Telecom por la compra de Teléfonica
Mercado Libre ofrece 2x1 en zapatillas de las mejores marcas
Correo Argentino en alerta: Las políticas de ajuste hacen ruido
Chau heridas: Científicos crean un gel que se cura solo como la piel humana