En un encuentro que tuvo de todo, Boca venció a Gimnasia La Plata por penales en los cuartos de final de la Copa Argentina tras igualar 1 a 1 en el tiempo reglamentario, y avanzó a semis del torneo. Leandro Brey atajó cuatro penales y fue la figura del equipo.
Boca y Gimnasia se juegan el pase a semifinales de Copa Argentina
En el estadio Coloso Marcelo Bielsa, casa de Newells, Boca y Gimnasia se enfrentan desde las 21.10 por los cuartos de final de la Copa Argentina.
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El cotejo quedará en el recuerdo porque tuvo muchos condimentos. Demasiados. Lamentablemente, no fueron todos vinculados al desarrollo del juego. En el estadio Coloso Marcelo Bielsa hubo lluvia, patadas, ocasiones claras de gol, muchas amarillas (y ninguna roja) y hasta incidente en las tribunas entre las barrabravas.
Por si fuera poco, Juan Román Riquelme, presidente de Boca, tuvo que meterse a calmar personalmente a la 12. Fue secundado por Chicho Serna, Chelo Delgado y Raúl Cascini.
1T: Gimnasia ordenado y Boca con demasiado vértigo
Fue un partido atractivo. Gimnasia paró un 4-1-4-1 que cumplió bien con la tarea de anular las salidas del fondo del rival. A su vez, el Xeneize paró un 4-2-3-1, con un doble contención que fue Miramón-Belmonte y que fue positivo a la hora de darle mayor equilibrio y solidez defensiva para no sufrir en las transiciones, pero que no sirvió para encadenar pases desde la base.
Ni Miramón ni Belmonte tienen grandes condiciones para dar un buen primer pase que le permita al equipo ir encadenando toques, por lo que la presión de Gimnasia surtía efecto. Boca era obligado a jugar en largo o a utilizar el mediocampo únicamente de paso. Arriba esperaban cuatro delanteros: Cavani de punta, Zeballos y Aguirre de extremos, y Merentiel como una suerte de mediapunta.
Fue demasiado vértigo para el conjunto de Fernando Gago. Apostaba a los extremos como arma de peligro y como referencia para atacar, pero le faltaba un volante en el centro del campo que enlazara ataques, juntara pases y así también al equipo. Así y todo, el conjunto de La Ribera llegó a un gol tempranero, a los 9 minutos de partido, con un cabezazo de Anselmino.
Un entretiempo con violencia barrabrava y Riquelme calmando aguas
Fue inesperado para todos. Los equipos ya habían salido al campo de juego luego de los 15 minutos reglamentarios de entretiempo. Estaban en sus lugares y a disposición de comenzar la segunda etapa, pero en las tribunas comenzó a desatarse el descontrol.
Nunca quedó claro qué o quién inició la trifulca, pero, como siempre en estos casos, eso termina pasando a un segundo plano cuando el efecto cadena empieza a desencadenar furia, violencia y caos.
Primero se vieron a hinchas de Gimnasia revoleando butacas y tratando de romper uno de los alambrados que lindaba con el pulmón del estadio. Luego, quien se llevó el protagonismo fue la facción barrabrava del Xeneize, aparentemente respondiendo a esas primeras provocaciones. Desencajados, amagaban cruzar el pulmón que los separaba con el sector del Lobo para un enfrentamiento cara a cara. Se los veía dispuestos, incluso, a superar el cordón policial que se había colocado como barrera y había comenzado a tirar balas de goma y gases lacrimógenos.
Primero los jugadores, después Gago, luego Juan Román Riquelme y todo el Consejo de Fútbol
El partido estuvo detenido unos 20 minutos. Era tal el caos, que los propios futbolistas tanto de Boca como de Gimnasia se acercaron a las tribunas a intentar detener a ambas facciones barras. Hacían ademanes y hasta intentaban frenarlos con algún pelotazo que tiraron desde el césped. Se lo pudo ver también a Fernando Gago pidiendo calma.
Pero por si la escena ya era insólita, aun quedaba tiempo para más. El propio Juan Román Riquelme bajó desde su palco para meterse en el medio de los violentos barrabravas Xeneizes a calmar las aguas. A pedir tranquilidad y frenar, con sus propios brazos y a los gritos, a los delincuentes que querían avanzar en la pelea. Incluso se puso entre ellos y la policía, recibiendo un gas pimienta que no lo llegó a impactar porque se le esfumó a la altura de la espalda.
Junto a Riquelme, después, se sumaron los integrantes del Consejo de Fútbol. Chelo Delgado, Cascini y Chicho Serna. Este último declaró post partido: "Son reacciones que hay que tener en momentos. No sé cuánto pudimos colaborar pero bueno, al menos intentamos que nuestros hinchas se calmaran un poco". Cuando le preguntaron sobre Riquelme, dijo: "Demuestra quién es Román y cuál es el presidente que tenemos".
2T: zona liberada para los foules y un pésimo arbitraje que debió haber expulsado a más de uno
Fue un mal arbitraje del árbitro Jorge Baliño, y en el segundo tiempo quedó expuesto. El encuentro jamás bajo las tensiones y continuó con su característico ida y vuelta. Solo que abundaron las imprecisiones en ambos equipos, lo que provocaba menor control sobre el partido y más posibilidades para el rival de llegar al gol.
La lluvia, fina y molesta, no colaboraba. Los roces comenzaron a hacerse más frecuentes (durante el 1T tampoco faltaron), y las tarjetas amarillas comenzaron a volar. El conteo quedó en 5 para Gimnasia y 2 para Boca. En el medio, un Lobo a los empujones generó un córner que terminó en gol a favor gracias a una carambola. La pelota le rebotó a Marcos Rojo y se metió adentro. 1 a 1.
Si Baliño ya se había equivocado en situaciones anteriores, fue grosera la forma en que omitió dos tarjetas rojas que debieron haber sido claras expulsiones. ¿Para quién? Una para cada lado. Garayalde, mediocampista platense, cometió una durísima entrada contra Kevin Zenón, al punto de que lo lesionó y lo sacó del campo de juego (el ex Unión había ingresado en el segundo tiempo). Garayalde ni siquiera recibió amonestación.
Zenón salió de la cancha y Boca jugó algunos minutos más con uno menos, ya que Gago había agotado todos los cambios.
La otra roja que tendría que haber sacado el árbitro fue para Pol Fernández, que ya con un encuentro totalmente desvirtuado fue de atrás de forma dura contra Martín Fernández. Era clara expulsión. Fue tan solo amarilla.
El joven Leandro Brey se hizo grande en los penales
Los equipos no se sacaron diferencias en los 90 minutos y fueron a penales. Allí, Brey se vistió de Chiquito Romero (relegado al banco de suplentes tras la derrota de Boca vs. Tigre del fin de semana pasado) y atajó cuatro penales al hilo.
De Blasis fue el único que convirtió para Gimnasia desde los 12 pasos. Luego de él, que fue el primero en patear, Brey le sacó pelotas a Castillo, Troyansky, Morales y Zalazar.
Por el lado de Boca, convirtieron Rojo y Figal, mientras a Merentiel se lo atajó Ledesma y Milton Giménez la estrelló contra el travesaño.
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