OPINIÓN

FUGA DE EMPRESAS

Ayudando a "irse bien" (capitalismo criollo en graves problemas)

Es muy curioso: si bien Juntos por el Cambio/Cambiemos y el Frente de Todos/Frente para la Victoria son coaliciones con enfoques bien diferentes en temas tales como la economía, han coincidido en fracasos importantes en la posibilidad de recrear el capitalismo en la Argentina, generar empleo, promover el desarrollo, lograr superávits gemelos importantes. Un desastre para una crisis que lleva 2 décadas. En el presente, sucede lo habitual cuando se acaban las expectativas positivas: el éxodo. Hay éxodo de los dólares, éxodo de las empresas, éxodo de los ejecutivos capacitados. Esta nota aborda esa situación que, al parecer, a Alberto Fernández no le preocupa demasiado.

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Revista Imagen). Buenas fuentes aseguran que el equipo de Danone estaba esperando una tormenta telefónica con llamados del gobierno. Pero la queja nunca existió: Danone anunció que puso en revisión sus activos en Argentina (significa que lo más probable es que termine vendiéndolos). 

Desde el gobierno nacional del presidente Alberto Fernández ni se preocuparon en que la noticia no trascienda o que se genere un relato más “light”.

Danone estaría abandonando la Argentina después de un cuarto de siglo: pésima noticia para un gobierno con una economía que está chocando contra un iceberg.

Esa llamada del gobierno hubiese sido un mínimo castigo en comparación con el hecho de que Diego Buranello, director regional de Asuntos Públicos de la francesa, podría quedarse sin trabajo. El experto en Asuntos Públicos se había pasado a Danone hace apenas cuatro meses, dejando su cómodo cargo en la petrolera YPF, en la que estuvo ocho años.

Buranello es un politólogo con un notable currículum y gran recorrido en las PR y Public Affairs: además de la petrolera, tiene el fogueo de la agencia de PR Burson-Marsteller y años de trabajar desde la comunicación para gobiernos y políticos peronistas. Por eso es entendible su sorpresa: sabe que son bastante celosos por cómo controlar los mensajes a los medios. 

Pero si nadie en el gobierno está preocupado por hacer un control de daños por las casi cotidianas noticias de empresas y empresarios que abandonan Argentina en un clima político y económico de gran incertidumbre, ¿cuál es el desafío de las PR ante la “crisis de moda ”:  la salida de empresas?

Brightstar Corporation

El caso de Buranello no es único: Aldo Leporati, CEO de la filial argentina de Porter Novelli, estuvo cubriendo la retirada del país de Brightstar Corporation, un ensamblador de teléfonos celulares de diversas marcas con una planta en Tierra del Fuego. 

Brightstar, hoy en manos estadounidenses y de un fondo japonés, le pidió a Porter Novelli que no trascienda nada hasta tanto tener cerrada su “venta” al vecino grupo fueguino Mirgor por el simbólico valor de 1 dólar.
 
Tampoco desde el gobierno nacional llamaron a Leporati. “Sí se preocupó el gobierno de la isla de Tierra del Fuego porque hay 500 puestos de trabajo en juego”, destaca el consultor.

Brightstar ya es historia, y Porter tiene otros dos clientes multinacionales en proceso de retirada o cierre: una empresa alimenticia y otra del rubro farmacéutico, más otras que ya lo hicieron desde que desembarcó la nueva administración kirchnerista hace casi un año. 

Para consultoras y RR.PP., cubrir las retiradas de empresas brindándoles una cierta “pax mediática” es hoy el negocio más rentable. Solo tiene un defecto: es pan para hoy y hambre para mañana. 

Además de la previsible preocupación del gobierno de Tierra del Fuego, a Leporati le llamó la atención que recibiera llamados de medios oficialistas con la inquietud de si se trataba de una noticia “fake”. Y es comprensible. Un ensamblador de teléfonos celulares en Tierra del Fuego estaba habitualmente en el corazón del “relato” industrialista nacionalista del kirchnerismo, por más que se tratara de meras operaciones de importación maquillada. 

¿Esperaban los periodistas oficialistas alguna narrativa más piadosa provista por la empresa a pedido del gobierno? 

A los medios oficialistas les cuesta creer que no sea fake news, y probablemente también estén sorprendidos de que al gobierno no le preocupe montar algún tipo de narrativa distinta para suavizar la dura noticia. 

Todavía humedece los ojos de muchos referentes de la izquierda kirchnerista el recuerdo nostálgico de hace más de una década cuando la entonces presidenta Cristina Kirchner sostuvo en sus manos con orgullo “un Blackberry argentino fabricado íntegramente en Tierra del Fuego”.

Ese teléfono con teclado de la emblemática marca canadiense pionera del smartphone -marca que hoy está en vías de extinción- lo había armado justamente Brightstar con partes fabricadas en China.

Pero no hay relato: Brightstar estima que entre un mercado que se achicó y probablemente se achique todavía mucho más en los próximos años, con serias dificultades para obtener permisos de importación e impuestos crecientes sobre empresas y consumidores, el mejor negocio era cerrar y “regalar” la inversión hundida en la Patagonia a Mirgor, vecina y rival, perteneciente a Nicolás Caputo, el “amigo de la vida” del ex presidente Mauricio Macri. 

Una mala noticia

Matteo Goretti, lobbyista y experto en Asuntos Públicos de la consultora Nueva Comunicación, como otras agencias de PR también tiene clientes en proceso de retirada, entre ellos otra multinacional del rubro alimentación.

“No quieren ni aparecer, no quieren hablar de nada ni tomar contacto con nadie”, explica las necesidades de comunicación de estas empresas. Para ser precisos, en realidad son necesidades de incomunicación. 

Esos son los mejores clientes: los que pagan por invisibilizarse. “A lo que se les proponga hacer en materia de comunicación, te van a decir que no”, explica indicando que hoy el mayor desafío de los consultores de comunicación es conseguir un buen “cono del silencio” para sus clientes en retirada. 

El cierre o la fuga de empresas no es una “operación de prensa” para extraerle al gobierno mejores condiciones para seguir adelante o conseguir paz social de los sindicatos. Es una retirada de empresas. Punto. Esa retirada debe ser protegida de conflictos.

Pero Goretti admite que “ las noticias de la retirada de empresas multinacionales son un grave golpe a la reputación de la Argentina como país que podría recibir alguna inversión extranjera algún día”.

“La retirada de las empresas de la Argentina es una muy mala noticia para el país que evidentemente al gobierno hoy no le interesa gestionar”, explica el experto de asuntos públicos y lobbying de Nueva Comunicación.

El caso de Danone es emblemático, porque es considerada la empresa láctea más innovadora a nivel mundial, y siendo Argentina un país agroexportador con potencial de convertirse en “la Francia” de América latina exportando más valor agregado que solo soja, debería ser importante aguantar un tiempo más. 

Pero la realidad es que la filial argentina está generando pérdidas desde hace tres años, y pensar que este gobierno tiene otros tres años por delante con precios congelados y costos en aumento vertiginoso no es algo “vendible” desde una remota filial a su casa matriz en París, aunque su vicepresidente global de comunicación y Public Affairs sea un argentino: el economista Facundo Etchebehere.

Además: se sospecha que Argentina se pueda estar encaminando a su cuarta hiperinflación. Y con precios congelados y un gobierno muy hostil, el dolor de cabeza para muchas multinacionales que ya hoy no pueden justificar su permanencia en el país a sus sedes centrales puede ser volverse una migraña insoportable.

Desinterés

La explicación para el desinterés del gobierno en establecer con las empresas en retirada algún tipo de narrativa acordada para atenuar las “malas noticias” de las multinacionales que abandonan o manifiestan que quieren irse del país puede estar en la real composición del gobierno del presidente Alberto Fernández.

En realidad, ese gobierno es una suerte de coalición peronista / izquierdista que agrupa tanto a sectores procapitalistas como a socialistas decididamente revolucionarios y antiempresarios. Y para estos últimos la retirada de empresas multinacionales es música para sus oídos, más allá de los puestos de trabajo de altísima calidad que se pierdan para siempre, el know how que desaparezca y la mala imagen que le generen al país ante el mundo. 

Es un pequeño triunfo contra el capitalismo global, y es evidente que los procapitalistas dentro de la coalición de gobierno no quieren despertar a sus socios de izquierda de ese “sueño húmedo” que están viviendo.

Otra explicación es que el gobierno del presidente Alberto Fernández apuesta todo el esfuerzo de su gobierno a controlar la cotización del “dólar blue” o mercado paralelo, que por más que sus funcionarios digan que es irrelevante, es el curioso termómetro por el cual se mide en Argentina la gobernabilidad. Todos los recursos están puestos en el relato en torno al “blue”. El tema de las empresas pasó a segundo plano.

Ante esta inconsistencia en la coalición gobernante, el silencio comunicacional parece ser la mejor estrategia para los consultores. Y mientras tanto, Nueva Comunicación y Porter Novelli, como otras agencias de PR, aprovechan en plena pandemia el “veranito” de la fuga de empresas.

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