ARGENTINA

UNIDAD PERONISTA

Por las dudas, los K van a Córdoba con un plan b

Mientras continúan negociando la unidad con Juan Schiaretti, desde el Frente de Todos buscan solidificar una lista para poder enfrentar las próximas elecciones legislativas de manera individual en caso de ser necesario. Para ello, el senador Carlos Caserio busca repetir el mitin político que se realizó en los últimos días de diciembre del 2020, del cual Alberto Fernández fue participe y donde se conoció la postura de “no esperar” a ver que dispone el oficialismo cordobés. La situación sanitaria acorta los tiempos y apremia por una reunión. El 29/12 se reunieron los “pesados” y definieron el camino a seguir.

CÓRDOBA. El intento de unificar el peronismo en Córdoba es uno de los principales desafíos políticos del 2021 para Alberto Fernández, representando la faceta más conciliadora de un kirchnerismo, que sabe que solo es mucho más difícil que acompañado. La unidad cordobesa es fundamental para el proyecto que el Frente de Todos tiene de aquí en adelante, sobre todo en lo que respecta a la reforma judicial. 

Por ello, y durante todo el 2020, el espacio K intentó estrechar lazos con el peronismo que lidera el gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti. Así fue que se estableció una auténtica relación de “negocios”, donde ambos espacios se intercambiaron la satisfacción de intereses (el Gobierno obtuvo el apoyo en el Congreso, y Córdoba ayuda económica constante). 

Pero esa relación no le es suficiente al FdT, que necesita dejar de 'alquilar' diputados a Córdoba y establecer gente de confianza que responda ideológicamente. Además de que la potencia electoral del kirchnerismo en Córdoba es muy débil, donde apenas superan los 10 puntos sin disfraces.

De este modo, y conociendo las necesidades de una Córdoba sumida en una crisis económica estatal, el oficialismo nacional le acercó una propuesta unificadora al ‘Gringo’: correr juntos en las próximas elecciones legislativas, auxilio económico para la provincia (enfrenta un posible default por una deuda de más de 1600 millones de dólares) y una de las cuatro bancas que Schiaretti comanda en Diputados ocupada por alguien del FdT, además de la renovación de Carlos Caserio como senador por Córdoba.

La ambiciosa oferta choca con algunos intereses de Hacemos por Córdoba, ya que entregando una de las cuatro bancas, corre el riesgo de perder el poder de negociar realmente con la Nación, algo a lo que se acostumbró en el 2020. Además, la intención de Schiaretti sería la de colocar a su esposa, la diputada Alejandra Vigo en el senado, ocupando el espacio de Caserío (aunque esto último no sería un impedimento para arribar a un acuerdo), y existe cierto temor con respecto a la reacción electoral que el votante de Hacemos por Córdoba puede tener en caso de una unidad (hay alto grado de rechazo al kirchnerismo en la provincia).

Todas estas interrogantes provocan que Schiaretti aún no de señales concretas por fuera de los actos institucionales, de un avance efectivo hacia la unificación peronista en Córdoba. Si bien desde el Frente de Todos cordobés son optimistas y buscan intensamente alcanzar un acuerdo con Hacemos por Córdoba, también entienden que existe la posibilidad de que Schiaretti no conteste nunca la propuesta (aunque el clima político y la urgencia parece indicar que tarde o temprano lo hará).

Eso fue lo que se expresó en la última reunión del PJ en Córdoba, en los últimos días del 2020, de la cual el presidente Alberto Fernández fue partícipe. En la misma no hubo presencia de Hacemos por Córdoba, y por ello el gobernador Juan Schiaretti fue criticado por algunos dirigentes, entre los que se encontraba Caserio.

Ante ello, el FdT cordobés, en conjunto con dirigentes nacionales, planteó la posibilidad de correr solos en la provincia como una alternativa (aunque la intención expresa del conjunto es la de ir por la unidad a toda costa) ante la posible no respuesta de los schiarettistas. El principal impulsor de la idea es el senador Carlos Caserio, quien comanda la presencia kirchnerista en la provincia. 

En vistas a esta posibilidad, Caserio ya estaría organizando un nuevo mitin de partido a realizarse en los próximos días de enero, para comenzar a definir quién es quién en la carrera 2021 y de cara al futuro. La idea de consolidar el kirchnerismo en Córdoba se llevará a cabo sin importar el acuerdo.

La reunión busca concentrar a todos los partidarios kirchneristas, tanto a los más duros como a los albertistas que tengan presencia en Córdoba. Además, el Senador busca juntar a todos los intendentes peronistas que se muestran abiertos al kirchnerismo como fórmula de gobierno, como el secretario de Obras Públicas de la Nación e intendente de Villa María, Martín Gill. Los jefes comunales son el plato fuerte de Caserio para la reconstrucción kirchnerista en Córdoba, que busca llevar adelante. 

Otros apuntados para lograr la unidad, son aquellos dirigentes que se cayeron del schiarettismo y de Hacemos por Córdoba. Por ende el plan b del kirchnerismo en Córdoba sería engrosar sus filas y ganar “músculo” político en una provincia en la cual Cristina Kirchner tiene una imagen negativa que ronda el 70%. 

La realidad indica que el Frente de Todos hará lo necesario para conseguir la unidad con Hacemos por Córdoba, un peronismo que pisa fuerte en la provincia más disidente desde hace 20 años. El conjunto pesado de dirigentes kirchneristas en Córdoba avaló el camino de la unidad en una reunión realizada el día 29 de diciembre (un día antes del acto del PJ), según pudo saber este medio. 

La posibilidad de que el kirchnerismo arme una lista propia en Córdoba para las legislativas de este año, sería uno de los peores escenarios ya que es muy difícil armar la fuerza necesaria en tan poco tiempo. Aunque las intenciones kirchneristas son realmente llegar al 2023 con un conjunto competitivo de dirigentes propios.

Mientras tanto, la fuerza K deberá conformarse con un eventual acuerdo con el schiarettismo que le permita allanar el camino a la concreción del proyecto, habiendo tendido puentes con todos los peronismos oficialistas del país (Schiaretti es el único gobernador que aún no muestra un apoyo concreto al gobierno de Alberto F.).
 

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