ORDENANDO EL DIÁLOGO

Vaticano a Guaidó: El pedido debe ser formal, por escrito

El papa Francisco ya fracasó en el 1er. intento de lograr que Nicolás Maduro y sus opositores dialoguen en forma constructiva. En aquella ocasión, uno de los que faltó a la cita fue Voluntad Popular, de Leopoldo López, y el movimiento al que pertenece Juan Guaidó. En esta ocasión, el Vaticano tomaría todos los reaseguros para regresar a escena. En ese contexto, las formalidades son apropiadas. Por lo tanto, si Guaidó ambiciona que el Vaticano participe debería solicitarlo por escrito, no basta un pedido por TV: fue la respuesta de los colaboradores de Francisco.

 

Fragmento de una entrevista de Juan Guaidó con la agencia francesa AFP, que expone al venezolano como demasiado voluntarista en sus 2 respuestas iniciales, muy liviano en su pedido al Papa católico apostólico romano, y controversial en su mención del Fondo Monetario Internacional:

-¿Por qué cree que la oferta de amnistía no ha producido aún una deserción masiva de altos mandos?

-Hay que profundizar en eso. Ya vimos un general de división hace unos días pronunciarse abiertamente. Vimos algunos sargentos de la Guardia Nacional mostrar descontento y están siendo torturados. Uno de los familiares de los sargentos está desaparecido.

No solamente es por la oferta, sino también porque opera el miedo, la persecución que han ejercido sobre la Fuerza Armada. Parte de lo que tenemos que vencer es explicar muy bien que (la Fuerza Armada) tiene un rol en la reconstrucción y esperamos que no sean pronunciamientos por cuotas, sino en bloque.

-¿Ha tenido contacto con funcionarios de China y Rusia, aliados de Maduro?

-Hemos tratado de tener contactos con la mayoría de los países del mundo y estamos abiertos a hablar con todos.

Estoy seguro de que tanto Moscú como Beijing tienen muy clara la situación venezolana, que Maduro no tiene respaldo popular, que no puede estabilizar la economía, que produjo la inflación más grande del mundo, que contrajo el PIB en 53 puntos en cinco años teniendo las reservas petroleras más grandes del planeta.

-¿Recibirá a los emisarios del Grupo de Contacto Internacional que busca una salida negociada?

-Estamos dispuestos a hablar con todo el mundo con una agenda, eso sí, muy precisa. Maduro intentó un diálogo en 2017 en el cual se burló incluso del Vaticano para ganar tiempo, no para producir una elección libre. No estamos dispuestos a prestarnos para un falso diálogo.

-¿Le parece tibia la posición del papa Francisco?

-No recibió a nadie del gobierno. Ya ni siquiera los toma en cuenta. Nuestra petición al Vaticano es la misma que a los casi 60 países que nos han reconocido: respaldo al proceso de transición, a una elección libre y a atender la emergencia humanitaria.

-¿Ha habido un diálogo con el FMI para un eventual rescate financiero?

-Sí, estamos avanzando no solamente con el Fondo, sino también con todas las multilaterales que tengan a bien prestarse para un esquema sano de auxilio financiero. Si logramos captar el 15%, 20% o 30% de los fondos que se han fugado por la corrupción, entre 300.000 y 400.000 millones de dólares, tendremos un avance para el rescate.

En tanto, la web Vatican Insider, del diario La Stampa, difundió la respuesta a la mención de Guaidó.

Con la firma de Domenico Agasso Jr. se lee:

No es suficiente en llamado a través de la televisión para que se ponga en marcha la mediación diplomática de la Santa Sede. Sobre todo en relación con una situación particularmente delicada como la que se vive en Caracas. Ayer hubo momentos de entusiasmo e ilusión, después de que Guaidó concediera una entrevista al telediario SkyTg24, en la que pidió a «todos aquellos que puedan ayudarnos, como el Santo Padre» que colaboren para que llegue «el fin de la usurpación, para un gobierno de transición y para llevar a cabo elecciones verdaderamente libres en Venezuela». El presidente “ad interim” invitó «al Papa a nuestro país, un país muy católico». Parecía, pues, llegar un cambio en la situación, después de la carta que Maduro escribió una carta a Francisco y a 48 horas de que el Papa declarara, durante el vuelo de vuelta a Roma desde Abu Dhabi, que para una acción diplomática habría sido necesaria la voluntad de ambas partes.

Pero en la Secretaría de Estado las palabras pronunciadas ante las cámaras de televisión no cuentan como una petición formal. Además de la de Maduro, no han llegado otras cartas. Además, Juan Guadió no ha pronunciado la palabra decisiva: mediación. Hizo solamente en llamado general. Por esta razón la postura del Vaticano sigue siendo la misma que explicó ayer el portavoz del Papa, Alessandro Gisotti: «El Santo Padre se reserva la posibilidad de verificar la voluntad de ambas partes, constatando que existan las condiciones para recorrer este camino». Que, en palabras sencillas, quiere decir: el canal está abierto, hay disponibilidad para evaluar la posibilidad de una mediación, pero, por ahora, la situación sigue siendo demasiado «incierta», y todavía existen dudas y perplejidades sobre las intenciones de ambas partes. La única petición oficial ha sido, pues, la de Maduro. Mientras tanto, la Iglesia venezolana sigue manifestándose en su contra.

La prudencia de la Santa Sede sobre la crisis venezolana se debe también a un antecedente negativo: las negociaciones en Santo Domingo entre el gobierno y la oposición, en las que participaron como intermediarios el ex presidente español, Zapatero, y la diplomacia vaticana, que participó con la presencia, primero, de monseñor Emil Paul Tscherring y, después, de monseñor Claudio Maria Celli. Pero fue un fracaso, como confirmó el mismo Papa durante el vuelo de vuelta a Roma: «Se parió un ratoncito: nada, humo».

De cualquier manera, las prioridades de la Santa Sede son la emergencia humanitaria del país y una resolución pacífica de la crisis: todo lo que se pueda hacer en este sentido, se insiste, será hecho. Y, si el Vaticano se compromete, podría haber dos responsables de su representación: el cardenal Secretario de Estado, Pietro Parolin, y el sustituto para los Asuntos Generales, Edgar Peña Parra. El primero fue nuncio en Venezuela y el segundo es venezolano.

Mientras tanto, en Italia, Rodrigo Diamanti, uno de los representantes de la delegación enviada por Guaidó para reunirse con representantes italianos, sostiene que «ser neutrales significa aceptar nuestra constitución», es decir que frente a «un vacío de poder el jefe del parlamento debe asumir la presidencia para llevar al país a elecciones transparentes». Y esta es la posición del Primer Ministro italiano, Conte, y del Ministro de Desarrollo Económico, Trabajo y Políticas Sociales Di Maio: «Italia debe ser neutral –dijo Di Maio. Debemos simplemente favorecer el diálogo, no queremos crear otra Libia».

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