EL CAMPO NO ES K

Massa prometió no cometer los pecados de la carne

Sergio Massa, 1er. candidato a diputado nacional por del Frente Renovador recorrió las instalaciones de la Sociedad Rural de Bolívar, provincia de Buenos Aires, en el marco de la 85º edición de la Expo 2013. “Nosotros queremos al campo de pie, caminando, produciendo y pensando en su futuro”, prometió. Interesante recordar el dramático escenario presente de la producción pecuaria, que Susana Merlo compactó en su análisis semanal, con el título "Pecados de la carne".

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). Continuando su recorrida por la 7ma. Sección Electoral y acompañado por autoridades de Bolívar y del espacio político Frente Renovador, Sergio Massa sostuvo: “El productor y el empresario pequeño y mediano sienten que la presión impositiva es cada vez más abrumadora y quita más posibilidades de competitividad. Viene un tiempo en el que esos temas tienen que estar en la agenda cotidiana para no perderlos de vista y con propuestas vamos a trabajar en esto”.
 
Inaugurada el sábado 07/09, la 85º edición de la Expo Bolívar 2013 en el predio de la Sociedad Rural del municipio homónimo. Massa participó del acto de cierre junto a autoridades locales manifestando: “La inflación cada día le come más el salario a la gente; la inseguridad es un problema concreto que no hay que resignar; el productor y el empresario pequeño y mediano siente que la presión impositiva es cada vez más abrumadora y quita más posibilidades de competitividad. Viene un tiempo en el que esos temas tienen que estar en la agenda cotidiana para no perderlos de vista y con propuestas vamos a trabajar en esto”.
 
Sergio Massa sostuvo: “Millones de bonaerenses nos permitieron ganar la pulseada de ganancias, la del monotributo y el 27 de octubre nos van a permitir ganar la pulseada sobre coparticipación de impuesto al cheque y eliminación de impuestos a los sectores agropecuarios. Nosotros queremos al campo de pie, caminando, produciendo y pensando en su futuro”.
 
Massa recorrió el predio de la exposición junto a miles de vecinos, productores y empresarios. Allí amplió su preocupación por el crecimiento del sector agropecuario: “En el tema maíz vemos que es una gota en el desierto. Los ROE (registros de exportaciones) son un problema porque además del trigo, hoy ha dejado de ser una posibilidad para el productor y cada vez vamos más directo a los monocultivos. Esto quita rotación en la tierra y posibilidades de abastecer el mercado interno, ni que hablar de exportar. Para alimentar el volumen del mercado interno hay que empezar a trabajar en políticas que disminuyan el peso fiscal e impositivo en el productor. En este sentido, en los próximos días vamos a hacer una propuesta que será trascendente”.
 
“Creemos que llegó un tiempo de mostrar que hacen falta correcciones y un cambio, por eso necesitamos que millones de bonaerenses muestren que hay un camino de cambio, esperanza y futuro”, concluyóMassa.
 
Para profundizar la situación en escenarios como Bolívar, es oportuno leer a Susana Merlo en Campo 2.0:
 
No hay dudas de que la carne vacuna es, por lejos, el producto más emblemático de la Argentina y el que retiene, aún, el más alto prestigio mundial, a pesar de la bajísima performance exportadora que tuvo en los últimos años, y que llevó al país casi a desaparecer del mercado cárnico internacional.
 
Tanto es así que hoy apenas se alcanza el 6%/7% de ventas al exterior sobre el total de lo producido, uno de los porcentajes históricos más bajos, casi asimilable a los volúmenes de 2001 cuando el repentino brote de fiebre aftosa provocó el cierre automático de prácticamente todos los mercados externos para este producto.
 
Pero a pesar de todo esto, la “carne” argentina sigue manteniendo ese halo de prestigio que ostentan contados productos: el caviar ruso, los quesos franceses o el salmón noruego, entre unos pocos más.
 
Solo son: “los mejores del mundo”.
 
Y así los reconocen prácticamente todos los turistas de cualquier origen que pisan la Argentina y que lo primero que demandan es un bife argentino.
 
También se comprueba por la persistencia de los clientes internacionales, quienes, a pesar de los permanentes incumplimientos de los compromisos en los que se incurrió en estos años (hasta la antes codiciada Cuota Hilton, de cortes especiales para Europa, que hoy supera los US$15.000 por tonelada, lleva 7 años seguidos de cumplimiento apenas parcial), siguen demandando el producto, aunque debieron suplir, mientras tanto, el abastecimiento faltante desde otros orígenes. (Brasil, agradecido…).
 
Pero así como es indiscutible la representatividad de la carne vacuna argentina en el mundo, también resulta ser uno de los más claros ejemplos, sin lugar a dudas, del resultado final de las políticas oficiales. Y después de 10 años de administración, obviamente no hay posibilidades de inventar otro responsable.
[ pagebreak ]
 
La sumatoria de intervenciones en los mercados, cierre/restricción de las exportaciones, cambios permanentes en las reglas de juego, pérdida continua de competitividad o aumento de los costos internos, entre otras varias razones, muchas justificadas oficialmente desde la “defensa de la mesa de los argentinos”, llevaron al retroceso de la Argentina en los mercados internacionales donde, en los últimos años, pasó de tener más de 10% del mercado mundial (lo que hoy correspondería a exportar cerca de un millón de toneladas anuales), a menos de 3%.
 
De hecho, las apenas algo más de 200.000 toneladas exportadas el año pasado representan solo el 6% del total de carne producido localmente, cuando el promedio histórico de participación de las exportaciones es cercano al 20%.
 
Es difícil explicar como estando el mercado internacional firme, y con demanda creciente, con los precios internacionales cercanos a los récords históricos (alrededor de US$6.000 la tonelada promedio, cuando llegó a estar en pisos de US$600/700 por tonelada en los ´60), es posible que el país que tiene el producto más reconocido internacionalmente pierda mercado mundial en lugar de ganarlo.
 
Semejante explicación es casi tan difícil como justificar el mantenimiento de derechos de exportación (retenciones) a un producto que casi se está dejando de vender en el exterior.
 
¿Alguien, en el Gobierno, habrá sacado la cuenta del sacrificio fiscal que representaría la eliminación de este gravamen en las actuales circunstancias?
 
¡Pues no más de US$60/80 millones anuales!
 
Pero, por otra parte, ¿alguien se hará cargo de que los ingresos de divisas por este rubro hoy apenas ronden los US$200 millones cuando en realidad, deberían estar superando ya los US$4/5.000 millones?
 
¿Y los frigoríficos que se cerraron? ¿Las fuentes de trabajo que se perdieron? ¿Los capitales externos que habían invertido en el sector (como los brasileños) que se fueron ante la incorregible política oficial? ¿No hay ningún gobernador de las provincias más afectadas (Santa Fe, Buenos Aires, Córdoba) que esté dispuesto a defender los intereses de su territorio ante la administración nacional?
 
Ni hablar de los consumidores locales, que tampoco fueron beneficiados por esta política, al contrario. O los productores ganaderos, que terminaron liquidando más de 20% del stock vacuno (unas 11/12 millones de cabezas), y que tras un breve recuperación (de no más de 3 millones de cabezas), ahora vuelven a parar la recomposición para, probablemente, volver a liquidar stock (mientras todos los países vecinos siguen creciendo) excepto, claro está, que haya un abrupto cambio en las políticas domésticas, en las que se privilegie la producción por sobre el gasto público, el crecimiento genuino por sobre los datos virtuales y la propia generación de divisas por encima del endeudamiento, externo e interno.
 
La carne vacuna puede constituir un aporte de magnitud en este sentido.
 
Por el contrario, si no se pueden incrementar las exportaciones en forma inmediata, se cometerá nuevamente el pecado de llevar al abismo a una de las actividades más reconocidas del país.

Dejá tu comentario