TRIUNFO DE REPSOL YPF
Pemex se rindió ante Brufau
Repsol y Pemex han anunciado un acuerdo estratégico entre ambos para los próximos 10 años. Tanto la dirección de Pemex como la de Repsol habían declarado públicamente hace semanas que buscan vías de entendimiento para lograr la paz definitiva, después de que el gigante mexicano se aliara con Sacyr para disputar a Antonio Brufau el poder ejecutivo de la petrolera española. El derrumbe de Luis del Rivero modificó el escenario.
26 de enero de 2012 - 18:03
Según el acuerdo remitido a la CNMV (Comisión Nacional de Mercados de Valores de España), Repsol YPF y Pemex se han comprometido a explorar conjuntamente oportunidades en el negocio de upstream de gas natural licuado en América, así como colaborar en downstream tanto en el mercado americano como en España y Portugal, así como a crear un comité estratégico conjunto para desarrollar el acuerdo.
Además, como parte del acuerdo, Pemex también da estabilidad a su paquete accionarial en la española: la compañía mexicana se compromete a no bajar su participación por debajo del 5%, su participación histórica hasta antes de la operación junto a Sacyr, y tampoco a elevarla por encima del 10%, el porcentaje que posee actualmente tras comprar un 5% durante el último trimestre del año pasado.
El origen del conflicto accionarial entre Pemex, con Juan José Suárez Coppel a la cabeza, y el presidente de Repsol arrancó el pasado mes de agosto con motivo del famoso pacto de sindicación firmado por la mexicana con Sacyr, gracias al cual pasaron a controlar casi el 30% de Repsol. Su aspiración, al margen de los formalismos, era asumir más cuota de poder dentro de la compañía en base a su nueva condición de primeros accionistas con pacto accionarial incluido.
Entonces, la justificación del acuerdo era “colaborar para que la gestión de Repsol se desarrolle en línea con las mejores prácticas internacionales de gobierno corporativo y responsabilidad corporativa, todo ello en defensa de todos los accionistas”. En este sentido, consideraban “positiva la separación de las funciones del presidente del consejo de administración y del primer ejecutivo (CEO) de forma que cada función recaiga en un miembro del consejo de administración”.
Sin embargo, fracasado el acuerdo entre la mexicana y la constructora española, donde los socios de Sacyr dieron en primer lugar marcha atrás tras destituir a Luis del Rivero, y luego redujeron a la mitad su participación (el 10%), Pemex ha cambiado también su postura y ha aceptado reconducir su discurso, comprometiéndose ahora a dar estabilidad a su participación en Repsol. Seis meses después, todo vuelve a su cauce.