La inteligencia artificial ha irrumpido en nuestras vidas con una fuerza arrolladora, transformando la manera en que trabajamos, aprendemos y nos relacionamos. Y lejos de ser un riesgo, esta tecnología revolucionaria se ha convertido en una aliada poderosa para la resolución de problemas cotidianos, simplificando lo difícil y haciéndolo entendible en cuestión de segundos.
¡CLAVES PARA UNA GESTIÓN EXITOSA!
La Inteligencia Artificial simplifica, pero el rol humano sigue siendo clave
La Inteligencia Artificial acelera procesos y libera tiempo para nuevas tareas, pero quien no se adapte quedará desfasado. Qué deben hacer las empresas para integrarla.
04 de agosto de 2024 - 18:28
El impacto de la Inteligencia Artificial en las compañías, según la consultora CoEducation.
Sin embargo, el panorama empresarial revela una realidad más matizada. Mientras muchos empleados han abrazado con entusiasmo las posibilidades que ofrece la IA, numerosas compañías aún luchan por capitalizar su potencial. La clave de este desafío radica en la gestión del talento humano en esta nueva era tecnológica.
Maia Martinez Mornaghi, partner de CoEducation, arroja luz sobre esta cuestión: "La IA sintetiza información, hace resúmenes y da opinión, pero las personas aún tienen que seguir pidiendo las respuestas y saber que van a preguntar. Lo que ésta herramienta provee como novedad es que acorta los tiempos y simplifica las tareas pero requiere sí o sí de un criterio de lectura y de la capacidad de indagar de manera inteligente, además de saber elegir la respuesta adecuada y aplicar un criterio personal para darle un cierre final".
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El rol del liderazgo en la era de la Inteligencia Artificial
Por ello, es crucial comprender que la IA no supera la inteligencia humana en su capacidad de procesamiento. Su fortaleza radica en la magnitud de su base de datos y en su habilidad para replicar operaciones inteligentes. No obstante, la intervención humana sigue siendo indispensable para formular las preguntas adecuadas, interpretar las respuestas y aplicar criterios personales.
En este escenario, el liderazgo juega un papel fundamental. Los directivos tienen la oportunidad de guiar a sus equipos en el desarrollo de habilidades complementarias a la IA, permitiéndoles aprovechar al máximo esta tecnología sin quedar rezagados. Para ser más específicos, CoEducation identifica tres tipos de inteligencia cruciales para prosperar en esta nueva era: la cognitiva, la emocional y la espiritual.
La primera se enfoca en el análisis de datos y la aplicación del conocimiento. La segunda potencia el trabajo colaborativo a través de la comprensión y manejo de las emociones. La tercera, por su parte, fomenta la adaptabilidad y resiliencia en un entorno de constante cambio.
La firma advierte: "Cuando nos hablan de que las nuevas tecnologías, en particular la IA, va a hacer que los puestos de trabajo desaparezcan de manera apocalíptica, solo nos están diciendo que, como todos los avances tecnológicos -en este caso con una velocidad vertiginosa- van a simplificar tareas que pueden ser reemplazadas y acelerar procesos que deben ser mejorados".
"Uno de los grandes desafíos que plantea esta nueva era es sobre la utilización del tiempo ¿En que vamos a usar las personas ese tiempo disponible? Como siempre sucedió a lo largo de la historia a partir de revoluciones que modificaron la forma de trabajar, quienes se interesen, se formen, se incomoden y se capaciten, serán quienes más se beneficien", manifestaron desde CoEducation.
"La IA es una gran generadora de "headspace" porque hace lugar para lo nuevo. En ese sentido, es una excelente oportunidad para el tiempo de la creación de nuevos trabajos, nuevas necesidades a cubrir, de la generación de pensamiento estratégico aplicado a los procesos concurrentes que surgen del nuevo entorno, de la reflexión, de mirar el futuro, de explorar nuevos mercados y de diseñar nuevas formas de hacer", culminaron diciendo.
En simples palabras, podría decirse que, la IA no marca el fin del trabajo humano, sino su evolución. Este cambio nos brinda la oportunidad de redefinir nuestros roles, potenciar nuestras capacidades únicas y conocer nuevos horizontes profesionales. El verdadero desafío radica en nuestra capacidad de adaptación y en cómo aprovechamos el tiempo que esta tecnología nos regala. La IA no es un reemplazo, sino un impulsor para la innovación y el crecimiento personal y profesional.
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