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TORTURAS Y VIOLACIONES

Guantánamo, la consecuencia más cruda del 11S continúa

Tras 20 años del mayor atentado terrorista en la historia de USA, la consecuencia más inhumana aún continúa: Guantánamo, torturas y violaciones.

El 11S del 2001 fue un antes y un después en el mundo. USA había sufrido el mayor atentado terrorista de su historia y eso implicaba grandes y graves consecuencias, las cuales muchas continúan hasta el día de hoy. Guantánamo es una de ellas.

La denominada "guerra contra el terrorismo" no terminó con la retirada estadounidense de Afganistán. A raíz del 11S, USA decidió abrir un centro de detención en la Base Naval estadounidense en Guantánamo, Cuba. El Gobierno de USA consideró que mantener a los detenidos fuera del territorio estadounidense privaría a las cortes federales de jurisdicción respecto de las denuncias de los detenidos. 7 años después esta premisa fue declarada inconstitucional.

El Gobierno de USA ha detenido a casi 800 hombres en Guantánamo desde que se abrió en 2022, una abrumadora mayoría de ellos sin cargos. Esto marcó el inicio de uno de los capítulos más oscuros y plagados de secretos en la historia de estadounidense. Las denuncias de torturas y vejaciones llegaron desde el arco político y organismos de derechos humanos.

Años atrás, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) condenó la decisión de USA de mantener abierta la prisión en la base naval en Guantánamo y reiteró el llamado a su cierre "inmediato".

Después de 12 años de su apertura, el entonces presidente Barack Obama había prometido cerrar la prisión dentro de un año de su toma de posesión.

Guantánamo es una instalación que nunca debió haberse abierto y que se ha transformado en todo el mundo en un símbolo de un Estados Unidos que menosprecia el estado de derecho Guantánamo es una instalación que nunca debió haberse abierto y que se ha transformado en todo el mundo en un símbolo de un Estados Unidos que menosprecia el estado de derecho

Pero eso no sucedió. Aún quedan 39 de los presos de los cuales solo 12 han sido acusados de un delito. 10 más han sido autorizados a ser puestos en libertad, pero permanecen en la prisión a la espera de ser reubicados. La transferencias fuera de Guantánamo se detuvieron durante la presidencia de Donald Trump, quien se opuso al cierre de la prisión y amenazó, incluso, con enviar a más gente allí. Por su parte, su sucesor Joe Biden indició que tiene intención de cerrar Guantánamo, pero nunca ofreció un cronograma para hacerlo.

De acuerdo con la CIDH, el Gobierno de USA autorizó el uso de "técnicas de interrogatorio reforzadas", las cuales durante los primeros años, incluían confinamiento estrecho, la técnica de pared, posiciones de estrés, privación del sueño, "submarino", privación sensorial, golpizas brutales, descargas eléctricas, hipotermia inducida, submarino seco, entre otros.

La alimentación forzada ha sido utilizada en las huelgas de hambre iniciadas por los prisioneros como forma de protesta. Un juez estadounidense describió la alimentación forzada como un "proceso doloroso, humillante y degradante”.

Adnan Farhan Abdul Latif, quien describió la alimentación forzada como “que te metan una daga por la garganta”, se suicidó en Guantánamo en 2012.

Sin embargo, el impacto devastador de la detención en Guantánamo se extiende mucho más allá de los propios hombres y define las vidas de cientos de sus familiares en todo el mundo. Un número incalculable de niños ha crecido con un padre en Guantánamo, viviendo una infancia llena de miedo, angustia y estigma. El hecho de que un Estado se enfrente al terrorismo no debe dar a lugar a que se restrinja la protección de la integridad física de la persona.

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