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HOMICIDA PRÓFUGO

Muerte en Palermo: Un tiro en la cabeza por un celular

Un delincuente, que permanece prófugo, mató a un joven venezolano de un tiro en la cabeza para robarle el celular. Ocurrió esta madrugada en pleno Palermo.

Un delincuente mató de un disparo en la cabeza a un ciudadano venezolano en pleno barrio de Palermo, tras un forcejeo en el que la víctima buscaba impedir el robo de su celular. La Policía de la Ciudad busca al autor del hecho delictivo, que está prófugo.

El violento episodio ocurrió alrededor de las 2.15 de la madrugada en la vereda de una casa ubicada en la calle Aráoz entre Gorriti y Honduras, a unas pocas cuadras de la Plaza Serrano, una zona muy concurridas del barrio de Palermo.

Todo ocurrió cuando la víctima se encontraba sentado en la vereda junto a un amigo. Ambos mantenían una conversación hasta que fueron abordados por un hombre que estaba armado y de inmediato soltó una frase que adelantó la letalidad del hecho: "Dame el celular, ¿o querés que te mate?"

El destinatario fue Juan Francisco Fernández Acosta, según informó la agencia 'Télam'. La víctima intentó resistirse a la amenaza e inició un forcejeo que terminó con el disparo de un proyectil de arma de fuego que terminó en la cabeza.

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Juan Francisco Fernández Acosta intentó resistirse a la amenaza de muerte pero terminó con un tiro en la cabeza.

Juan Francisco Fernández Acosta intentó resistirse a la amenaza de muerte pero terminó con un tiro en la cabeza.

El delincuente huyó y la víctima quedó tirada en la vereda. Su vecino y amigo, también oriundo de Venezuela, llamó de inmediato a la Policía y al rato una ambulancia también llegó al lugar y trasladó a la víctima al Hospital Fernández. Llegó al nosocomio con vida, pero finalmente murió en la mañana de este lunes.

"Era un muchacho profesional muy emprendedor, ingeniero en sistemas. Estaba charlando con su colega y amigo cuando fueron abordados por un delincuente", dijo una vecina del joven en declaraciones al canal 'Todo Noticias'.

Acosta tenía 27 años y trabajaba remotamente desde su casa. Había llegado a la Argentina tiempo atrás y además de su tarea profesional también ocupaba su tiempo como delivery.

"No sabemos si el delincuente estaba solo o acompañado. Venía caminando. Le pidió sus pertenencias", contó otro de los vecinos, que también lo conocía.

Este, también de nacionalidad venezolana, dijo: "Es algo extremo lo que está sucediendo aquí. A menos de dos metros tenemos una estación de policía y aquí se vive una inseguridad enorme. Uno ya no se siente tranquilo. Nosotros en Venezuela vivíamos siempre alerta, pendientes, porque ya sabíamos la situación en la que vivíamos. Creíamos que Argentina era un país más tranquilo, pero ahora vemos que no es así”.

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