El último Censo Nacional arrojó que existían en 2022 menos de mil personas en situación de calle en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, pero las agrupaciones asistenciales que trabajan en el territorio (como el Movimiento de Trabajadores Excluidos) habían censado por entonces en CABA a más de 2.000 homeless con epicentro en Constitución, Congreso y Once
CRECIMIENTO ALARMANTE
Constitución, Congreso y Once suman homeless cada semana
La inflación llevó los precios de piezas de hospedajes a 120.000 y 150.000 pesos por mes. Muchas familias terminaron en calles de Once, Congreso y Constitución
En el inicio de 2024, todo ha empeorado. Los sin techo que pernoctan al aire libre se están multiplicando debido a la altísima inflación y la crisis de ingresos.
Las pensiones familiares o las piezas en los barrios populares (villas de emergencia) aumentaron en las últimas semanas de manera notoria. Los dueños llegan a pedir entre 120.000 y 150.000 pesos mensuales por una simple habitación con baño.
En los vagones de trenes y subtes es cada vez más común ver a padres y madres pedir de manera desesperada limosna “para pagar el cuarto esta noche” y no quedar en la acera.
Por una jornada completa, los conserjes de los más sencillos hospedajes exigen entre 8.000 y 10.000 pesos.
Muchos grupos y personas solas no pudieron afrontar semejantes exigencias y terminaron pernoctando en las recovas cercanas a Plaza de Mayo, Congreso, Once, Retiro y Constitución
Se los ve en grupos ocupando plazas, umbrales de los edificios, veredas, cajeros automáticos de bancos, estaciones de trenes e incluso bajo puentes y autopistas.
Crisis de seguridad en Once y Constitución
Por cuestiones de seguridad, de comodidad y también la vergüenza de quien está en “situación de calle” escoge sitios poco transitados o directamente escondidos de los transeúntes.
Por ello, es tan difícil realizar un muestreo fidedigno por parte de los censistas.
La Capital Federal dispone de 31 refugios con camas, duchas con agua caliente y una comida nocturna pero no todos los indigentes los utilizan ya que suelen ocurrir allí hechos de violencia, robos y los devuelven a la calle a primera hora de la mañana.
La mayoría de los indigentes se resignan a dormir a la intemperie, con temperaturas bajas, expuestos a lluvias, a calores agobiantes y a enfermedades que se propagan por la ausencia de higiene.
Los más jóvenes abren los depósitos de basura una y otra vez en búsqueda de latas de aluminio, cartones, ropa o comida que aún pueda ser consumida.
Un portero de un edificio ubicado en Pueyrredón y Sarmiento aseguró que con una cámara de seguridad contaron un día cuántas veces eran abiertos cada 24 horas los contenedores de la cuadra.
El número resultó increíble: entre 400 y 500 intentos por parte de los llamados “recuperadores urbanos” que transitan con carritos y munidos de varas de acero con punta afilada para rescatar cualquier elemento que revista algún tipo de valor.
El gobierno de la Ciudad pudo “removerlos” del Aeroparque Jorge Newbery, luego de que medios del exterior mostraran con asombro lo que estaba ocurriendo
Los problemas habitacionales se pueden transformar muy pronto en cuestiones de seguridad ya que cientos de nuevos homeless sin “nada que perder” escuchan ofertas de dealers de drogas y tratantes de personas.
De hecho, en la aplicación Telegram tocando la opción "personas cercanas" aparecen grupos que venden abiertamente estupefacientes en la Plaza Miserere, entre otras.
La “carne de cañón” para ocupar ese último engranaje de la cadena suelen provenir de una tropa desesperada a la que reclutan sin mayores dificultades
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