CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). El 18/12, renunció quien era el ministro de Finanzas de Brasil, Joaquim Levy, conocido como el "joven manos de tijera" por su razonable obsesión por ajustar el déficit fiscal descontrolado.
DE DILMA ROUSSEFF A LUIZ INÁCIO LULA DA SILVA
El sacrificio de la Reina para salvar al Rey
En Brasil todavía pueden ocurrir acontecimientos más complicados que los conocidos. Por ejemplo, potenciales pérdidas de producción de soja que mejoren el precio global pero reduzcan los ingresos de ese país: será uno de los temas en las primeras semanas de 2016. El lunes 15/12 el Instituto Matogrossense de Economía Agropecuaria (IMEA) recortó en 1 millón de toneladas su proyección de producción para el principal estado sojero de Brasil. El viernes 18/12 el IMEA divulgó una encuesta entre 400 productores: el 20% del área sembrada se encuentra en condición pésima y el 23% en condición mala. Un 25%, regular y apenas 32% en condición buena o excelente. Hay consultores ajustando sus estimaciones por debajo de 100 millones de toneladas para Brasil. Luego, la política que no se estabiliza...
25 de diciembre de 2015 - 23:07
Para la revista The Economist, el cambio en el gabinete de Dilma Rousseff es una señal de alarma en un Brasil ya devastado económicamente y hundido políticamente, porque significa que Levy perdió la discusión con el Gobierno respecto de la necesidad de ajustar la grave situación fiscal, origen de la inflación creciente.
2 de las agencias de calificación principales, Standard and Poor’s y Fitch, ya rebajaron el grado de inversión del país a “bono basura”, y Moody’s está analizando hacer lo mismo.
Para la revista Foreign Policy, estamos presenciando “la triste muerte de la izquierda latinoamericana.” El Brasil de Luiz Inácio Lula da Silva, uno de los países emblemáticos de los años recientes, que hasta llegó a ambicionar un asiento permanente en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, hoy se ve obligado a hundir sus propias expectativas debido al colapso del precio de las commodities y el escándalo de corrupción de la petrolera estatal y empresa N°1 del país Petrobras.
Para David Fleischer, de la Universidad de Brasília, citado por la revista, las ambiciones de Lula da Silva hoy se reducen a intentar sobrevivir al naufragio del Titanic de su sucesora Dilma, elegida por él (ella, a su vez, intenta zafar de un juicio político o impeachment en su contra, promovido por un sector de sus aliados en el gobierno). En forma simultánea, Lula está tratando de salvarse a sí mismo y salvar a su PT (Partido de los Trabajadores).
“Es un juego de ajedrez en el que la reina está siendo sacrificada para salvar al rey”, explica David Fleischer. “Rouseff puede ser vendida como mártir y usada como impulso por Lula” para un posible intento de regreso en 2018, vaticina.
Ante la ausencia de renovación, Lula da Silva es la única posibilidad que tiene el vetusto PT luego de 3 mandatos presidenciales consecutivos. ¿Qué hará él si la sociedad sigue girando hacia un cambio?
El regreso de Lula
“Con Brasil atascado en un escándalo, ¿está el ex presidente de izquierda a punto de abandonar a su sucesora elegida a dedo y retomar el mando una vez más?”, se pregunta Juliana Barbassa, en Foreign Policy.
A 1 año del inicio del 2do. mandato consecutivo de Dilma, Brasil está deslizándose cada vez más hacia la recesión. El escándalo de corrupción más grande de la historia del país está hundiendo a docenas de líderes políticos –entre ellos, muchos del Partido de los Trabajadores- y económicos.
Eduardo Cunha, el presidente de la Cámara de Diputados, anunció días atrás que el 'impeachment' contra Dilma se iniciará en febrero de 2016 –luego de que la Corte Suprema ordenara que se reiniciara todo el trámite-; y 2 de cada 3 brasileros piensan que la Presidenta debería renunciar. Su coalición para formar Gobierno se está desarmando, su vicepresidente Michel Temer (presidente del partido al que pertenece Cunha, el PMDB), está preparando su propia jugada para salvarse a sí mismo, aunque signifique sacrificarla a ella.
Ante semejante panorama, Lula tiene 3 opciones para intentar retener el poco crédito que le queda tras los escándalos de corrupción:
> o apoyar a Dilma pero admitiendo el peligro de terminar caído junto con ella en el barro,
> o soltarle la mano y salvaguardar su propio futuro político;
> o apostar a que no hay apertura del 'impeachment' y Dilma zafa en el inicio de 2016.
David Fleischer considera que Lula da Silva irá por su propio futuro. Joao Augusto de Castro Neves, experto en Brasil del Grupo Eurasia, también citado por Foreign Policy, considera que “tiene sentido (para Lula) mantener un juego doble ambivalente.”
De todos modos, si hoy día él compitiera con Aécio Neves -el candidato de la derecha que insiste en llamarse centro-, derrotado por Dilma hace 1 año- perdería Lula, según encuestas recientes citadas por la revista.
“¿Brasil? Los inversores están mejor en cualquier otro lado”
El especialista en mercado financiero y economista del Instituto Insper, Alexandre Chaia, explicó, según el diario español El Mundo, que 2016 "será un año muerto" para Brasil por la inestabilidad política.
Brasil necesita gastar menos de lo que recibe y así empezar a disminuir sus deudas. "Esto va a tardar años y no va ocurrir en este Gobierno", aseguró Chaia.
Él añadió, además, que el 'impeachment' abre una oportunidad de acelerar un cambio de plan económico. Y sólo así podría la economía recuperarse más rápido. Cifras recientes mostraron que la economía brasileña se contrajo un 4,5% en el 3er. trimestre, en comparación con el mismo período del año anterior, lo que confirma la peor recesión en 19 años en la mayor economía de América Latina, según el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística.
“¿Brasil? Los inversores están mejor en cualquier otro lado”, escribió Kenneth Rapoza de la revista Forbes. “Petrobras bajó el 2,6%, Vale bajó el 18,73%, AmBev bajó el 3%. (…) El jueves 17/12, Moody’s sacó una advertencia sobre el crédito soberano brasilero, sugiriendo que una baja en el grado podría producirse dentro de los próximos 90 días.” Así, Moody’s sería la 3ra. agencia de calificación en retirar el grado de inversión a la economía brasilera.
Esto contrasta con los esfuerzos oficialistas por sostener lo contrario.
Por ejemplo, el diario O Estado de S.Paulo promocionó al empresario Carlos Wizard Martins, quien vendió en 2013 por US$ 800 millones a Pearson su red de enseñanza de idiomas que había creado en 1986, y que en agosto de 2014 compró la red de alimentación saludable Mundo Verde y en 2015 se quedó con las marcas Topper y Rainha, que eran de Alpargatas, afirmando: “Con ojo clínico sobre el activo y visión de largo plazo, este es un buen momento para invertir en Brasil. Tenemos muy buenos activos que están con precios buenos. Creo que todo brasileño sólo quiere que esta crisis política termine lo más rápido posible, y la economía vuelva a crecer. Nuestro país tiene un excelente mercado interno. Soy optimista sobre Brasil y entiendo que esta situación es pasajera”.
Es un enfoque minoritario. El tembladeral político es consecuencia de la debilidad económica, que no pasará mientras no se mejore los 'fundamentals' de Brasil, más allá de la voluntad de Wizard Martins.
La renuncia del “joven manos de tijera”
Joaquim Levy fue el elegido por Dilma hace 1 año, cuando el mercado le exigió a ella reducir el enorme déficit.
Levy se había desempeñado previamente como presidente de Bradesco Asset Management, una división de Bradesco, el banco privado más grande N°2 de Brasil.
Levy logró bajar el gasto público de asignación discrecional en 2015 en US$ 18.000 millones. Él intentó revertir el gasto público gigantesco que multiplico Lula da Silva durante 2 mandatos, y luego Dilma. Levy entendió que no había otroa forma de recuperar la confianza de los mercados, atraer inversión y recuperar el crecimiento. Pero Levy perdió su pulseada con la política, representada por el Congreso.
Según explica The Economist, el peligro de 'impeachment' a Dilma complicó el compromiso presidencial con la reducción del déficit porque para sumar apoyos tuvo que conceder mucho gasto.
Desde el comienzo, las políticas de Levy habían sido impugnadas por sectores del PT (de ideología tan ridícula como el Frente para la Victoria argentino o el Partido Socialista Unido de Venezuela) que las consideró “neoliberalismo sin corazón”.
Para el semanario británico, la renuncia sugiere que Levy perdió la discusión, “y la perdió no porque su remedio económico estuviera errado sino porque era políticamente indigerible.” La elección de Nelson Barbosa como nuevo ministro de Finanzas, según The Economist, tiene que ver con eso: él es visto como mucho menos amigo del ajuste.
Sueños internacionales hechos añicos
“La triste muerte de la izquierda latinoamericana”, se titula una nota de Foreign Policy que relaciona el colapso económico de Brasil y Venezuela con el fracaso de sus intentos por ganar protagonismo en materia de política internacional.
Tanto la Venezuela de Hugo Chávez como el Brasil de Lula, una vez ambicionaron reducir al mínimo la influencia estadounidense en la región. Brasil hasta se embarcó en la aventura de intentar rediseñar el orden mundial, democratizar instituciones multilaterales como las Naciones Unidas o el Fondo Monetario Internacional, para convertirse en un vocero del Hemisferio Sur.
La nafta de esos sueños fue tanto el carisma de Lula como el boom económico que le tocó con el precio de la soja y el mineral de hierro hacia arriba, pero Dilma se encontró con un escenario diferente: el colapso del precio de las commodities la obligó a bajar sus expectativas.
Dilma no ha podido recuperarse de la baja en la demanda china de mineral de hierro y materias primas agrícolas.
En el caso de Venezuela, el poco carismático Nicolás Maduro no pudo recomponerse de la caída en el precio del crudo.
Aunque recorrieron caminos distintos, Brasil y Venezuela terminan en sus sueños internacionales hechos añicos.