Control, la obsesión de Diego Martínez que repite como un mantra

Diego Martínez, DT de Boca Juniors

Aquel Superclásico de abril pasado que el Boca de Diego Martínez le ganó al River de Demichelis era la confirmación de un equipo que se consolidaba y encaminaba hacia el título como el mejor de todo el país. Sin embargo, el derrotero que atravesó el Xeneize hasta hoy dista mucho de aquellos tiempos.

Las circunstancias y razones fueron varias, y el 90% de ellas tuvieron que ver con cuestiones que excedieron al cuerpo técnico y el funcionamiento del equipo, pero que lo afectaron profundamente. El corolario fue el empate de esta noche de Boca ante Barracas Central 1 a 1 en La Bombonera.

Un empate que dejó sabor amargo para el elenco de La Ribera, porque su rival podría haberle ganado y se fue con mejores sensaciones. Porque, por el contrario, el Xeneize volvió a dar un paso en falso en volver a recuperar su esencia. Esa que había construido a principios de 2024 y tan buenos resultados mostró. En la conferencia de prensa post partido, Diego Martínez lo dejó muy claro y, hasta sin quererlo, dejó expuesta su clara obsesión por un detalle: tener el control.

Diego Martínez y su sala de máquinas: el mediocampo

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Kevin Zenón, una pieza clave para Diego Martínez

Un control que había logrado a partir de la repitencia, como un mantra, de que el mediocampo mandaría. Que sería la sala de máquinas. Una sala que funcionaba de manera orgánica y funcional, gracias a la libertad que les daba el entrenador, con Equi Fernández (a quien Martínez le deseó mucha suerte en su nuevo equipo), Kevin Zenón y Cristian Medina.

Entre ellos tres se gestaba el componente cerebral de un Boca que se asociaba por dentro y amenazaba por fuera, con sus laterales Lautaro Blanco y Luis Advíncula, de lo mejor que mantiene el Xeneize actualmente.

En ese proceso está el DT: recuperar lo que había conseguido. Volver a restablecer esa impronta característica que le dieron aquellos tres cracks, que ya volvieron de los JJ.OO de París 2024. A excepción de Equi, claro, cuyo futuro está en Arabia Saudita.

Por eso la nueva posición de Changuito Zeballos, extremo devenido en los últimos partidos en mediapunta. Un Zeballos con cualidades para asociarse por dentro y explotar su creatividad en carriles centrales, esos que son tan fundamentales para los equipos de Diego Martínez. Un movimiento inteligente del cuerpo técnico, aunque también complejo. Los partidos del Changuito en esa posición demostraron que necesitará tiempo para incorporar ese nuevo rol.

"Control", la fijación que Diego Martínez no negocia

El empate frente a Barracas Central, por la fecha 9 de la Liga Profesional, no solo dejó expuestas las falencias del elenco azul y oro sino también la fijación que tiene el entrenador en una palabra, que más que una palabra es una idea, un modo de ver y sentir el fútbol: el control.

A continuación, van algunas de sus declaraciones en la conferencia en las que detalla ese mantra:

"Fue un partido donde no pudimos tener el control, como nosotros buscamos tenerlo. Generamos muchas situaciones, habrá sido el partido con situaciones más claras de gol, pero no tuvimos el control que buscamos tener".

"Por el control del partido que nosotros queremos tener, no fue como nos gusta".

[Sobre Exequiel Zeballos]: "En banda se sintió más cómodo, fue más desnivelante. Con el cambio de sistema 4-2-4 que salimos a jugar el 2T, nos hizo ser mucho más vertiginosos, veloces, pero sin control. Decidimos que entre Jabes [Saralegui] porque nos puede dar llegada pero apostamos a poder tener un poco más de control y no tanto ataque por ataque".

No pudimos tener una buena calidad en el control del juego.

[Sobre la llegada de Ignacio Miramón, el nuevo refuerzo de Boca]: "Nos va a ayudar mucho para poder volver a encontrar ese control del juego y ese equilibrio que nos gusta tener en los equipos. Nos gusta atacar, poder pisar el área rival, pero hoy quedó marcado cómo se partió el partido. La característica de Ignacio [Miramón] nos va a dar mucho más control sobre esa zona media que es tan importante para nosotros".

"No me gustó que no tuvimos el control del partido como nos gusta tenerlo. La idea es volver a crecer y construir ese equipo que pudimos lograr en el primer semestre, que lograba situaciones de gol, que tenía mejor control del juego y que no transformaba muchas veces a la hora de las pérdidas el palo y el palo, donde es demasiado vertiginoso. Nos gusta poder controlar mejor las transiciones, que los contraataques de los rivales no sean tan peligrosos".