Tras la muerte de Mahsa Amini a manos de la policía de la moralidad en Irán, se desató una ola de protestas entre la ciudadanía, junto con una serie de consecuencias inesperadas. Desde el ámbito oficial, el mandatario persa Ebrahim Raisi busca la aprobación internacional con insistencia, al punto de reforzar desde IRSA (la agencia de noticias de la república islámica) que la protección de los derechos humanos es parte de la naturaleza de la República Islámica.
No obstante, desde Estados Unidos se emitieron nuevas sanciones contra el sector petrolero iraní, alegando el agravante de las represiones y condenando el proceder de las fuerzas armadas islámicas. Desde la Casa Blanca se emitió un comunicado donde el presidente Joe Biden rechaza las múltiples represiones ejercidas en Teherán.
Al mismo tiempo, la administración Biden ha estado negociando durante un año y medio para el acuerdo nuclear de la era de Obama conocido como JCPOA y así levantar las sanciones impuestas a Irán, pero el revés del ámbito social en medio oriente podría llegar a tambalear esa negociación.
Protestas en Irán: Estados Unidos ajusta las sanciones petroleras por un lado, provee internet por el otro
Mientras que las jóvenes se cortan el cabello y queman los velos en memoria de Amini, Raisi acusa a occidente de "contaminar a la ciudadanía mediante las redes sociales". Lo que luego se convierte en un motivo suficientemente convincente para que desde el Estado iraní se censuren las telecomunicaciones.
Aljazeera informó que a principios de esta semana el organismo de control de Internet NetBlocks documentó una "interrupción casi total" del servicio de Internet en el oeste de Irán y una parcial en la capital, así como restricciones en todo el país en las plataformas de comunicación y redes sociales Instagram y WhatsApp.
Por esas razones, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos decidió suavizar el viernes ciertas sanciones a los servicios de Internet en Irán, diciendo que la medida tiene como objetivo “apoyar el libre flujo de información”. Esto se produce en respuesta a las autoridades iraníes que cortaron el acceso a Internet en el país para interrumpir las manifestaciones y “evitar que el mundo vea su violenta represión contra los manifestantes pacíficos”.
Hasta ahora, el panorama posee múltiples variables, ya que además, en el plano político no aparece una figura para que la revolución en la interna política iraní se lleve efectivamente a cabo: Si bien culturalmente se inició una chispa de descontento desde la primavera árabe, sin la presencia de dirigentes políticos, o rostros visibles que conduzcan o al menos apoyen el cambio basándose en hechos objetivos, la suma de voluntades individuales por los manifestantes iraníes no es suficiente.
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