Desde tiempos de su campaña política, el ojo de Donald Trump estuvo puesto en cuidar la economía norteamericana, así como lo está la de todos los ciudadanos y su plan inicial fue hacer que los ricos norteamericanos, paguen menos impuestos. Y lo sigue siendo en la actualidad, ya que muchas veces cuando hay graves problemas con la economía, el electorado decide tomar otro camino. A pesar de estar a más de un año de la elección general presidencial en Estados Unidos, esto es lo que muchos hoy se preguntan: ¿qué pasara con el gobierno de Trump? En principio, la economía no lo estaría ayudando.
NI UNA BIEN...
La economía no acompaña a Trump: el déficit presupuestario aumentó US$ 205 mil millones
El panorama no es de lo más positivo para el presdiente de Estados Unidos, Donald Trump. Entre las acusaciones sobre la supuesta injerencia electoral con Ucrania, lo que por supuesto volvió a despertar a las acusaciones sobre la alianza de su campaña con Rusia en 2016, el mal manejeo de su política exterior al salir de Siria y prácticamente entregarle en bandeja a Rusia el sector en Medio Oriente, al presidente Trump le juega en contra su caballo de batalla, la economía. Es así que según informaron medios locales, el déficit presupuestario de EE. UU. Se amplió a casi $ 1 billón en el último año fiscal. ¿Está la reelección de Trump en peligro?
De acuerdo a lo que informaron los medios norteamericanos, como Bloomberg o The Washington Post este viernes 25/10, el déficit presupuestario de Estados Unidos ronda casi el billón de dólares, una cifra no alcanzada desde el año 2012. Los datos fueron dados a conocer primeramente por el Departamento del Tesoro norteamericano, quienes aseguraron que en el último año fiscal, la brecha aumentó en un 26%, haciendo así que se trunquen los planes del presidente Trump.
Como explicamos previamente, el objetivo de Trump desde un principio fue dejar de preocuparse por el déficit presupuestario, como lo hacían la mayoría en el gobierno de Barack Obama, a lo que muchos hicieron caso y hoy expertos aseguran que el déficit seguirá creciendo por lo años próximos. Si bien Estados Unidos es un país con un gran gasto público y grandes niveles presupuestarios, estos últimos fueron un tanto inusuales.
A esto claro se le suman las bajas tasas de interés y la garantía de confianza que ofrece a los inversionistas la deuda estadounidense. En consecuencia fue simple para el gobierno pedir préstamos para financiar distintos proyectos, sumado a la actitud permisiva por parte del Congreso durante los últimos años. Aunque de acuerdo a lo que explica The Washington Post, todas estas decisiones están teniendo efecto ya que los números publicados este viernes son "el peor desbordamiento ocurrido en 2009 cuando el déficit alcanzó el 9.8%".
Claro que esto tiene sus explicaciones y viene de la mano de la guerra comercial con China, la cuál si bien parece estar llegando a su fin de cara a las próximas conversaciones y al establecimiento de una tregua oficial, y de la actitud de Donald Trump con respeto a su presidencia, el ego del mandatario es tan alto que no se preocupó por las consecuencias, ya que estaba más que preocupado en "Hacer a America Grande Otra vez". Algo que al parecer no es tan fácil y posible como él imaginaba.
Aunque desde la Casa Blanca no parecen reflejar ningún tipo de preocupación ya que el Secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, dijo: "La agenda económica del presidente Trump está funcionando", aseguró el funcionario quien también está convencido que el plan presupuestario presentado para 2020 es el correcto. Recordemos que en el mismo esperan un masivo acuerdo presupuestario que durará 2 años y que suspende el techo de la deuda externa norteamericana hasta julio de 2021, es decir el límite que tiene el Departamento del Tesoro para emitir deuda. El mismo también permite el aumento del gasto público en US$ 324 mil millones por encima de lo actual solamente en lo que tiene que ver con gastos domésticos y defensa.
En tanto el mandatario asegura tenerlo controlado, mediante la presión hacia la Reserva Federal norteamericana al pedirle que mantenga abajo las tasas de interés, pedido que cumplió después de largos enfrentamientos con el poder político. Sin embargo, si la Reserva Federal decidiera no complacer otra vez al presidente, la situación podría ser más difícil de controlar para el gobierno. Al mismo tiempo a Trump se le suma otro enemigo que intenta hacerlo caer: los demócratas, quienes no solo no están de acuerdo con su política económica, sino con su ideología y figura en general.
Además de impulsar un proceso de juicio político en el Congreso por el supuesto intento de injerencia del presidente en las próximas elecciones presidenciales, aliado con el mandatario de Ucrania con el objetivo de investigar a su principal contrincante, Joe Biden, el Partido Demócrata presionan por la vuelta del Obamacare, un programa de atención médica millonario que Trump decidió eliminar, y programas de educación. Aunque claro las prioridades de Trump son otras.