GLOBAL

EL 2020 NO SERÁ FÁCIL

La crisis es inminente y el mundo ya se prepara para una desaceleración global

Como ya explicó la directora del Fondo Monetario Internacional, Kristalina Gerogieva, tan solo una semana atrás el mundo se enfrenta a una desaceleración global, causada principalmente por fenómenos comerciales y políticos como lo son el Brexit y la guerra comercial de Trump con China, que si bien parecen estar llegando a su fin dejaron su marca que recién se comenzará a notar en los próximos meses. Y por supuesto esto cuenta para Estados Unidos, Asia, Europa y América Latina, es por eso que ahora todos hacen malabares para no ser arrastrados por la corriente.

Muchos tienen sus propuestas, su forma de ver las cosas: ¿recesión o desaceleración? La forma de encarar la actualidad económica global varían de acuerdo al país y por supuesto a las políticas económicas que tienen. Todo esto viene en consecuencia de que la futurología y los números que dan a conocer las grandes entidades institucionales como el Fondo Monetario Internacional, o el Banco Europeo, reflejan que no hay buenos augurios con respecto a la economía internacional de cara a lo que resta del 2019 y el 2020. 

Tanto los países europeos, afectados todos de alguna u otra forma por la crisis del Brexit en el Reino Unido, Estados Unidos y China, por supuesto golpeados por la guerra comercial, y América Latina que parecen no repuntar nunca y claro también afectados por las problemáticas globales ya mencionadas, están en crisis. Uno de estos países es México, que no solamente ve venir las consecuencias, sino que también ya parece tener planes para sobre llevarla. Recordemos que México es uno de los países que más depende de la economía norteamericana porque es su vecino y principal socio comercial. 

Desde el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, explican que una de las cosas que más están esperando para que ocurra un repunte en su economía, es el Tratado de libre comercio entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). Recordemos que el mismo estuvo frenado durante varios meses debido a la lucha contra la migración mexicana y latinoamericana que lleva adelante el presidente Donald Trump, aunque ahora esperan aprobar un texto final la semana entrante. 

En tanto, Arturo Herrera Gutiérrez, el titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, aseguró que "México debe estar preparado para una eventual recesión", explicó el funcionario para luego agregar es necesario desarrollar una política contracíclica, para que cuando en momentos la demanda agregada crezca por demás de lo esperado, haya un fondo para usar ese sobrante en inversión e infraestructura. Hasta ahora claro esto es solo un propuesta.

Ahora volviendo al panorama general, ¿qué es lo que sucede?: la recesión que comenzó en 2008 y golpeó a todo el mundo, parece estar terminando su ciclo para darle comienzo a otro nuevo, por lo menos esto es lo que aseguran los expertos. Es tan así que hasta las economías a las que no se les había movido un pelo en la crisis anterior, están tambaleando o por lo menos en alerta. Con esto nos referimos a Alemania, la economía más fuerte de Europa y la que tiene el control del Banco Europeo y del precio del euro. Es así que según explicaron algunos medios locales  principio de octubre, el gobierno de Angela Merkel estaría preparándose para aumentar la deuda del país y "compensar un déficit fiscal", aunque no solo eso ya que el pasado 14/08 anunciaron que la deuda alemana también estaba sufriendo consecuencias de la guerra comercial.

En consecuencia, el país que con su marco alemán de roble moldeó en su momento a la Unión Europeo y le dio un status de competencia al euro, hoy también tiene problemas. Ni hablar de España o Grecia, que fueron las economías más golpeadas en 2008, salvadas por Europa. Aunque claro estos están todavía en deuda con la institución regional porque para que estas economías salgan de la inflación que tenían en su momento, devaluar la moneada no era una opción, teniendo en cuenta que todo Europa depende del mismo tipo de cambio. 

Pero de cara al estancamiento que se viene, el Banco Europeo también tuvo que tomar decisiones y reducir a negativos las tasas de interés, siguiendo parcialmente el accionar de la Reserva Federal de Estados Unidos que presionado por el objetivo electoral de Donald Trump y por supuesto por el escenario internacional, decidió por primera vez en agosto y luego de nuevo en septiembre, reducir en total un 0,50% las tasas de interés: algo que o hacía desde el año 2008. Aunque volviendo a Europa, el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, antes de dejarle el cargo a la actual presidenta del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, decidió reducir las tasas a un -0,5%.

Por su parte la actual presidenta del FMI, Kristalina Georgieva, dijo que si bien la economía global está en desaceleración, no está frenada, "no es tan malo", explica la búlgara. Además en referencia a la Reserva Federal y el Banco Central, aseguró que la disminución de las tasas de interés tiene que ocurrir solamente cuando sea necesario, es decir, no tiene sentido que todos los meses se lleve adelante un recorte, si la situación no es extrema, ya que "las tasas de interés negativas podrían tener efectos secundarios de vulnerabilidad financiera".

Aunque por su parte, el vicepresidente del Banco Central Europeo, Luis de Guindos, negó la posibilidad de una recesión, pero sí instó a los gobiernos europeos a tomar medidas y llevar adelante reformas básicas y estructurales para afrontar la desaceleración actual."El potencial del crecimiento podría superar las proyecciones de este momento", dijo el funcionario para luego alertar sobre la importancia de una consolidación monetaria en toda la región, algo que pasa exclusivamente por el Banco Central. 

Sin embargo, frente a los dichos de las autoridades, las entidades privadas, como las empresas, no perciben el mismo optimismo que por ejemplo cree tener el Banco Central Europeo, o mismo el FMI, que asegura que "todavía estamos bien". Según un informe publicado por la Asociación de Mercados Financieros en Europa (AFME por sus siglas en inglés), las empresas europeas invierten menos, esto por supuesto atenta directamente sobre el dinamismo del mercado y claro es un reflejo de un momento de incertidumbre en la región.