PERIODISMO

Mucho riesgo para periodistas en Brasil

El ranking de Reporteros sin Fronteras se elabora desde hace 10 años y evalúa a 179 países. En la versión 2011-2012, quedaron arriba Finlandia, Noruega y Estonia. En América latina, Uruguay fue el mejor (32º). Argentina quedó Nº 47. Después de Brasil, aparecen Ecuador (104º) y Bolivia (108º). En las últimas posiciones quedaron Turkmenistán, Corea del Norte y Eritrea. Brasil perdió 41 posiciones y quedó en la posición 99.

 

“Hubo numerosos cambios en la 10ma. edición de la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa. Cambios que reflejan que la situación es de una increíble riqueza, en especial en el mundo árabe. Muchos medios de comunicación pagaron cara la cobertura de los movimientos prodemocráticos o de oposición. El control de la información sigue siendo un reto de poder y de supervivencia para los regímenes totalitarios y represivos. 2011 también ilustra el papel preponderante que han tenido los netciudadanos en la producción y difusión de información”, declaró Reporteros sin Fronteras con ocasión de la publicación de su Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa 2012.
 
‘Represión’ fue la palabra del año 2011. Nunca la libertad de información había estado tan asociada a la democracia, nunca el trabajo de periodista había molestado tanto a los enemigos de las libertades. Jamás los actos de censura y los ataques a la integridad física de los periodistas habían parecido ser tan numerosos. La ecuación es simple: la ausencia o la supresión de las libertades públicas conlleva automáticamente la de la prensa. Las dictaduras temen y prohíben la información, sobre todo cuando ésta puede debilitarlas.
 
El trío infernal –conformado por Eritrea, Turkmenistán y Corea del Norte, dictaduras absolutas donde no existe ninguna libertad pública– se encuentra, sin que sorprenda, al final de la clasificación. Este año Siria, Irán y China le pisan los talones. Estos tres países parecen haber perdido el contacto con la realidad, absorbidos como están por una loca espiral de terror. Al igual que Bahréin y Vietnam, regímenes opresivos por excelencia. Otros países, como Uganda y Bielorrusia, también se hundieron más en la represión.
 
“En la clasificación 2011-2012 aún se encuentra a la cabeza el mismo grupo de países (Finlandia, Noruega, Países Bajos, etc.) respetuosos de las libertades fundamentales, recordándonos a la vez que la independencia de la prensa sólo puede ser preservada en democracias fuertes y que la democracia se nutre de la libertad de prensa. Es de subrayar que Cabo Verde y Namibia entraron al rango de los veinte países mejor clasificados, dos países africanos donde no se registró ningún obstáculo al trabajo de los periodistas en 2011”, agregó Reporteros sin Fronteras.
 
Los movimientos de protesta 
 
El mundo árabe fue motor de la historia en 2011 con un balance que, de momento, contrasta con las evoluciones políticas. Túnez y Bahréin se encuentran en los extremos opuestos. Túnez (134º lugar), ascendió 30 puestos y dio a luz, con dolor, un régimen democrático que aún no da por completo su lugar a una prensa libre e independiente. Bahréin (173º), descendió 29 lugares debido a la implacable represión de los movimientos prodemocráticos, los procesos legales en serie contra defensores de los derechos humanos y el bloqueo de todo espacio de libertad. 
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Si bien Libia (154º) dio vuelta a la página de la era Gadafi, Yemen, presa de la violencia generada por los enfrentamientos entre la oposición y los partidarios del presidente Ali Abdallah Saleh, se estancó en el lugar 171. El futuro de estos dos países es incierto; la cuestión del lugar otorgado a la prensa permanece en suspenso. Al igual que en Egipto, que perdió 39 lugares (166º), donde las esperanzas de los demócratas fueron defraudadas por el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas (CSFA), en el poder desde febrero de 2011, que no acabó con las prácticas vigentes durante la dictadura de Hosni Mubarak. Por otra parte, el país vivió tres episodios –en febrero, noviembre y diciembre– de una rara violencia contra los periodistas.
 
De por sí mal clasificado en 2010, Siria se hunde un poco más en la clasificación (176º): censura absoluta, vigilancia generalizada, violencia ciega y manipulaciones del régimen hicieron imposible el trabajo de los periodistas.
 
En otras regiones del mundo algunos movimientos prodemocráticos intentaron inspirarse en el ejemplo árabe, pero se enfrentaron a una represión feroz. Vietnam (172º) multiplicó las detenciones. El régimen chino (174º), febril por las protestas locales y regionales, por la impaciencia de la población frente a ciertos escándalos e injusticias, reforzó su sistema de control de la información, multiplicó las detenciones extrajudiciales, endureció la censura de la Red. Violencia, amenazas e interpelaciones se multiplicaron en Azerbaiyán (162º), donde el régimen autocrático de Ilham Aliev no dudó en encarcelar netciudadanos, hacer secuestrar a periodistas de oposición y cerrarse a los medios de comunicación extranjeros para imponer silencio sobre la protesta.
 
Uganda (139º), bajo la batuta de su presidente Yoweri Museveni, vivió una ola de represión sin precedentes contra los movimientos de oposición y la prensa independiente tras las elecciones de febrero de 2011. También Chile (80º) perdió 47 lugares debido a los numerosos atentados a la libertad de informar, con gran frecuencia cometidos por las fuerzas del orden durante las protestas estudiantiles. Estados Unidos (47º) también debe su caída (perdió 27 lugares) a las numerosas detenciones de periodistas que cubrían las marchas de Occupy Wall Street.
 
Algunos países europeos se apartan de otros
 
La clasificación acentúa cómo algunos países europeos se han apartado del resto de los Estados del continente. La represión de la protesta en la reelección del presidente Lukachenko provocó que Bielorrusia perdiera 14 lugares (168º). Cuando se mostraba como un modelo regional, Turquía experimentó un gran retroceso (perdió 10 lugares, ahora ocupa el 148). Lejos de las reformas prometidas, la justicia emprendió redadas contra los periodistas de una magnitud inédita desde el régimen militar.
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En la Unión Europea la clasificación muestra un cierto estancamiento de la situación, aún marcada por una clara ruptura entre los países tradicionalmente bien clasificados (Finlandia, Países Bajos) y aquellos como Bulgaria (80º), Grecia (70º) e Italia (61º), que no resuelven sus problemas de ataques a la libertad de prensa, esencialmente porque falta voluntad política en la materia. Francia progresó poco (pasó del lugar 44 al 38), al igual que España (39º) y Rumania (47º). La libertad de prensa es más que nunca un reto en la península balcánica, atrapada entre el deseo de integración europea y los efectos nocivos de la crisis económica.
 
Persiste la violencia 
 
Algunos países están marcados por una cultura de violencia hacia la prensa que está muy arraigada. Será difícil revertir la tendencia si no existe una lucha eficaz contra la impunidad. México y Honduras se encuentran en los lugares 149 y 135, respectivamente. Paquistán (151º) es por segundo año consecutivo el país más mortífero para los periodistas. En Somalia (164º), en guerra desde hace una veintena de años, no es posible vislumbrar una salida de la caótica situación, en la que los periodistas pagan un precio alto.
 
En Irán (175º) la represión y la humillación de los periodistas se han convertido desde hace muchos años en cultura política del poder. El régimen se nutre de la represión de los medios de comunicación. Irak (152º) perdió 22 lugares y se acerca de forma preocupante al sitio que tenía en 2008 (158º).
 
Variaciones importantes 
 
Sudán del Sur, joven nación que enfrenta numerosos retos, entra en la clasificación en un lugar decoroso (111º) si se considera que proviene de uno de los países peor clasificados: Sudán (170º). Birmania (169º) estuvo ligeramente mejor clasificada que los años precedentes debido a los cambios políticos de estos últimos meses, que suscitan algunas esperanzas que aún quedan por confirmarse. Níger (29º) registra el mayor progreso en la clasificación, ascendió 75 lugares gracias a una bien lograda transición política.
 
Es también en el continente africano donde encontramos las caídas más importantes: Yibuti, pequeña y discreta dictadura del Cuerno de África, perdió 49 lugares (159º). Malawi (146º) perdió 67 debido a la tendencia totalitaria de su presidente, Bingu Wa Mutharika. Uganda (139º) perdió 43 lugares. Finalmente Costa de Marfil cayó 41 puestos (159º) debido al conflicto entre Laurent Gbagbo y Alassane Ouattara, que afectó duramente a la prensa.
 
En América Latina la caída más importante es la de Brasil (perdió 41 lugares, ocupa el 99º) debido a una elevada inseguridad que se tradujo en la trágica muerte de 3 periodistas y blogueros.
 
La organización destacó el "alto índice de violencia" en Brasil y mencionó la presencia del crimen organizado y de atentados contra el medio ambiente como los principales peligros a los que están expuestos los profesionales de los medios de comunicación. La organización colocó a las regiones Norte y Nordeste como las más peligrosas para los periodistas.
 
La semana pasada, International News Safety Institute (INSI) puso a Brasil como el 8º más peligroso del mundo para el trabajo de la prensa. La clasificación considera el número de muertes de profesionales. En 2011, 5 personas murieron en el ejercicio de la profesión.