Antes de que el Día de San Valentín se estableciera como el día del noviazgo, la pareja, los amigos con derecho a roce, los amantes, los matrimonios, etc. en Argentina ya existía la efeméride del Día de los Novios. La fecha es anticipatoria del inicio de la primavera en el Hemisferio Sur, que es la primera estación verdadera en el calendario lunar.
EFEMÉRIDE ENAMORADA
20 de septiembre, Día de los Novios ¡Viva la dopamina!
El 14/02, Día de San Valentín, es la celebración del amor eros. Pero en Argentina el 20/09 es Día de los Novios, vísperas de la estación verdadera (prima- vera)
La Luna es cosa de enamorados; las noches de plenilunio anticipan mareas que besan las arenas.
“Diana” obnubila a Febo y por espejo proyecta el claroscuro propicio para el encuentro deseado. Toda vida escondida en el vientre de “Era” encuentra el instante de develarse y desnudarse al asombro de los ojos de la naturaleza. Todo estalla, revienta, brota. No podía ser de otra forma; Cronos ha hecho sonar el bronce “a tempo” y el concierto de la vida y de las mieles, emprende el primer compás de una partitura que ensambla los aromas por noventa días.
¿Por qué surge el amor en primavera?
La Ciencia ha revelado que lo cálido del tiempo, las flores y sus perfumes, y el paisaje se vuelve más atractivo para el encuentro de los seres vivos. La primavera y sus fragancias nos ponen de mejor humor, con más ganas de relacionarnos y del disfrute del aire libre.
Pero la principal razón que aducen los especialistas es la estimulación de la dopamina.
La dopamina es un químico natural que usa nuestro cerebro para hacernos querer determinadas cosas, y si bien hay otros sistemas involucrados en la experiencia del amor, la dopamina es la principal causa.
Con abundancia de esta sustancia en nuestro organismo es más probable que nos enamoremos profundamente.
La dopamina hace que nos sintamos con más energía, motivados y dispuestos a asumir determinados riesgos.
Hay muchos estímulos que impulsan el cerebro y generan dopamina, y estos estímulos tienen que ver con los colores, nuevos olores e incluso la vestimenta que deja ver más piel.
Todos estos estímulos impulsan al cerebro a generar dopamina, sucede más en la primavera y por eso hace que estemos más susceptibles al amor.
Libros son amores
Tanto la literatura sacra como la profana, enlazan estos tres hilos de la misma trama:
- los amores y sus candores;
- la tierra y sus humores;
- la juventud de los años, la del alma y sus rubores.
El Cantar de los Cantares, libro del rey Salomón que integra el canon bíblico entre los libros del Antiguo Testamento, refuerza la mixtura a la que se hace referencia en este texto, enlazando al amor eros, con la primavera, y el deseo del encuentro. Así lo expresa en sus versos 2:1-6:
Y continúa:
El Corán, libro sagrado árabe, hablando del Profeta, de su amor y de la primavera, canta: