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THE WALL STREET JOURNAL

Atención Vaca Muerta: Complicándose la financiación del 'shale'

"Un mercado descerebrado": así hay inversores en Wall Street advirtiendo sobre la financiación de los productores estadounidenses de 'shale'. Esta situación abre interrogantes sobre Vaca Muerta. Es cierto que el cuestionamiento proviene de la prensa de Rusia, que junto a Arabia Saudita no sólo lidera la próxima OPEP+ sino que es adversaria de la producción no convencional de gas y petróleo a la que adhiere USA como estrategia para dejar de importar energía no renovable. El hallazgo y traducción es de Hernando Kleimans.

A mediados de 2018, USA llegó a producir 11 millones de barriles por día (bpd) de crudo, ubicándose entre los 3 mayores productores de petróleo del mundo. Según la Administración de Información Energética estadounidense, la mayor parte de esa producción provino de los productores de petróleo de esquisto o shale o fracking, con 6,2 millones de bpd. Pareciera que tales volúmenes de producción, similares a los de Rusia y Arabia Saudí, deberían también traer enormes ganancias. Sin embargo es un error afirmar algo semejante. Al Rajhi Capital, empresa con sede en Riad (Arabia Saudita), investigó las finanzas de una lista de compañías de esquisto en USA y descubrió que "a pesar del aumento de los precios, la mayoría de las firmas de nuestro estudio aún sufren pérdidas sin signos de mejora". El rendimiento promedio de los activos para las empresas estadounidenses de esquisto "sigue siendo un moderado 0,8%". Según cálculos de The Wall Street Journal, la mayoría de los 20 productores más grandes de petróleo de esquisto en USA gastaron en el 1er. trimestre de 2018 casi US$ 20.000 millones más del dinero que ingresaron de sus operaciones. Apenas 5 de esas compañías generaron ganancias. Es importante tenerlo presente para no sufrir ningún desengaño en los ampulosos proyectos argentinos vinculados al esquisto o shale o fracking. Una de las explicaciones de la dicotomía entre altos niveles de producción y el bajo rendimiento es la alta tasa de endeudamiento de las empresas productoras. Mike Shellman, un experto veterano de la industria petrolera, calculó que la deuda total de los productores de esquisto llega hasta US$ 300.000 millones. Un incremento más en la tasa de interés estadounidense provocaría problemas enormes con el actual precio del crudo. A los precios de petróleo actuales, el pasivo equivaldría a la producción de 9.000 millones de barriles de petróleo, que es el volumen que la industria ha logrado producir hasta el momento: la industria estadounidense de producción de petróleo de esquisto debería producir casi lo mismo que todo lo producido hasta ahora, solo para pagar sus deudas. Hoy los productores de petróleo de esquisto están obligados a destinar 1,5 millón de bpd sólo para pagar los intereses de los préstamos recibidos. Por lo tanto, es una producción estratégica para los intereses nacionales de USA pero no rentable y, entonces, no se puede reinvertir en el desarrollo de la empresa ni de sus reservas. Atención Reserva Federal: la industria, para financiarse, emite nuevas acciones, inflando una burbuja ya inflada. Por ejemplo, entre 2011 y 2016 Pioneer Resources, un jugador clave en la industria de esquisto, ha emitido acciones por un valor de US$ 5.400 millones. Una crisis financiera en USA derivará en una crisis energética.

Aquí la traducción completa de la nota de Natalia Dembínskaia, desde Moscú, para RIA Nóvosti.

Las compañías estadounidenses de “shale” (N. de la R.: esquisto en español) se enfrentan a un agudo déficit de financiación. Durante 2018 los inversores de Wall Street destinaron recursos al sector dos veces menos que en 2016. 

En comparación con 2012, las inversiones en el "shale" o "fracking" se redujeron en dos tercios. Al quedarse sin dinero, las compañías que extraen el recurso, recortan sus presupuestos y confían en un aumento de precios del barril de crudo. 

Sin embargo, tal como lo declaró recientemente Robert Warren Dudley, el multimillonario CEO de BP, al sector ya nadie lo ayudará porque, según lo explicó, padece una “carencia de cerebros”. 

Puras pérdidas

Entre 2010 y 2014 el desarrollo de las tecnologías de prospección, perforación y extracción y los elevados precios del petróleo condujeron a un explosivo auge de las inversiones en la producción de petróleo en los yacimientos de esquisto. Sin embargo, en 2015 el precio del barril se depreció abruptamente y las compañías extractoras tuvieron que luchar por su supervivencia.

De pronto, quebraron más de 100 compañías, que adeudaban más de US$ 70.000 millones. 

Y se complicó la obtención de financiación para nuevas inversiones. Las compañías, para mantenerse a flote, emplearon su propio capital, reduciendo los gastos. 

A cuenta de la mejora en la eficiencia tecnológica de la extracción, en 2017 el mercado comenzó a equilibrarse, lo que provocó una mejora en 60% de las inversiones. 

Sin embargo, en cualquiere caso, el sector está lejos del 'break even' clave para que un proyecto resulte autosustentable.

“Miles de torres en los yacimientos de esquistos perforados en los recientes 5 años obtienen un volumen de petróleo y gas inferior al que prometieron sus propietarios a los inversionistas", informó el diario The Wall Street Journal. "Esta situación obliga a dudar si es promisoria y beneficiosa la extracción de esquisto, el eje de la esperanza de convertir a USA en una superpotencia petrolera”, agregó.

Según evaluaciones de la consultora energética noruega Rystad Energy, la aplastante mayoría de las compañías estadounidenses de esquisto podrán extraer como mínimo un 10% menos de petróleo y gas, con respecto a lo que prometieron. Y en determinadas regiones, el retraso superará el 50%.

De tal modo, en los próximos 30 años esas compañías en comparación con anteriores pronósticos dejarán de extraer cerca de 1.000 millones de barriles de petróleo y gas, lo que a precios actuales equivale casi a US$ 30.000 millones.

Entre las compañías cuyo nivel práctico de extracción resultará inferior a los pronósticos, se encuentran las 2 más grandes productoras de petróleo y gas en la cuenca permiana de Texas Occidental y de New México: Pioneer Natural Resources y Parsley Energy. 

Defraudaron a los inversores

La extracción de petróleo en USA alcanzó ahora un récord de 11,5 millones de barriles diarios, gracias al boom del esquisto. 

Pero, tal como lo señala el WSJ, es extremadamente complicado mantener semejantes indicadores: los operadores deben perforar cada vez más pozos, lo que requiere gastos colosales. Y tanto dinero no hay: desde octubre los precios por el crudo cayeron casi un 40%, lo que obliga a reducir presupuestos, en tanto no se prevén enormes inyecciones de inversión.

Para los inversionistas, las compañías de esquisto resultaron ser 'la oveja negra', afirma FactSet, una empresa internacional especializada en el mercado de datos financiero. Desde 2007 el indicador de acciones de los productores estadounidenses de esquisto perdió un 31% en tanto que el S&P 500 creció en un 80%.

Los analistas señalan que en diez años el sector sigue sin justificar las esperanzas. Según informa la consultora Evercore ISI, las energéticas perdieron durante este período 280.000 millones de dólares más, que lo que ganaron con la extracción de petróleo y gas.

En 2018 las compañías de esquisto estadounidenses atrajeron apenas US$ 22.000 millones en los mercados de acciones y bonos. Es 2 veces menos que el resultado de 2016 y apenas 33% de los recursos recibidos por el mercado en 2012, según calcularon los analistas de la investigadora Dealogic.

Se cansaron de perder dinero

“Los inversores se cansaron de perder dinero. Muchos ya les advierten a las compañías que si el sector no se hace más disciplinado, ellos no volverán”, señala Todd Heltman, analista senior del sector energético de la neoyorkina Neuberger Berman Group, una de las administradoras líderes de activos, a la que le pertenecen las acciones de productores de esquisto.

Según la opinión de los expertos, estas compañías caen en un círculo cerrado. La particularidad de este sector es el rápido agotamiento de los pozos. De inmediato luego de la perforación la extracción en los yacimientos de esquisto cae bruscamente y ya no se puede hablar de la primigenia productividad.

Para compensar esto, las extractoras deben aumentar el número de nuevos pozos, lo que no es real sin gastos complementarios, señala Paal Kibsgaard, CEO de Schlumberger. 

Pero los inversores no desean adquirir ni acciones ni bonos de compañías que aumenten los presupuestos de perforación, ya que no es posible en tal caso apuntar al crecimiento de las cotizaciones.

“Hace algunos años todos querían invertir en los prometedores proyectos de esquisto –señala Scott Roberts, de Invesco, compañía con activos superiores a los US$ 800.000 millones-. Fueron demasiados los que se quemaron con esto y por eso hoy no se ven deseos de aportar en ellos”.

Cortan los presupuestos

La aguda carencia de inversiones obliga a las compañías a revisar sus planes de producción. Ya en diciembre pasado ellas ingresaron en un régimen de severa economía, recortando presupuestos para el año corriente, por primera vez en varios años. Las grandes extractoras Centennial Resource Development, Diamondback Energy y Parsley Energy redujeron los gastos planificados en alrededor del 15%.

En general, más de una decena de productores anunciaron la reducción de gastos. Esto, pese al crecimiento en más del 20% de los precios en comparación con los mínimos de diciembre.
Uno de los grandes problemas del sector de esquisto es la absoluta dependencia de las cotizaciones del petróleo. 

El CEO de BP, Robert Dudley, al comentar la situación reflexionó: “A diferencia de Arabia Saudita y Rusia, que corrigen la extracción en dependencia de la demanda, el mercado norteamericano de esquisto reacciona exclusivamente ante los precios”.

“USA –según constató- es el único país donde así reaccionan ante las señales del mercado, es un mercado sin cerebro”.

Con un precio sobre el WTI en los US$ 57 por barril inclusive un insignificante aumento en el costo de los medios contratados fue suficiente para que algunas compañías se priven este año de todo el beneficio potencial.

“Para lanzar nuevos proyectos el precio del WTI debe mantenerse establemente en los US$ 60 por barril”, subrayó John Hess, dueño de “HESS”, una de las compañías estadounidenses de esquisto más importantes, en el Foro Económico Mundial de Davos. Esto es, precisamente, lo que precisan los extractores de esquisto.

Sin embargo, inclusive con una favorable coyuntura de precios el potencial de extracción de esquisto está severamente limitado. Según pronósticos del mismo Hess, en los próximos años las chances de incrementar la participación del sector en la oferta global alcanza al 10%, pero luego el incremento se interrumpirá ante el agotamiento de los recursos.

Entre la lógica de los mercados financieros y la mente humana siempre ha habido contradicciones. La lógica de mercado no tan sólo limita la mente humana, sino que la liquida.

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