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UNA VENTAJA COMPARATIVA

Con fertilización aérea el rinde de arroz aumentaría a unos 1.000kg/ha.

En Argentina se siembran aproximadamente unas 200.000 hectáreas de arroz por año, en Entre Ríos un total de 60.000 hectáreas por campaña y la aplicación aérea es decisiva, afirma Fearca (Federación Argentina de Cámaras Agroaéreas, entidad sin fines de lucro creada para desarrollar, fomentar y difundir la Aviación Agrícola).  El cultivo pasa la mayor parte de su desarrollo bajo el agua, por lo que la aplicación aérea se posiciona como la mejor opción para fertilizar, es decir, otorga como ventaja comparativa la posibilidad de hacerse en el momento preciso.

El ingeniero agrónomo y productor Alejandro Panozzo y el piloto aeroaplicador Francisco Romero, miembro de Fearca, explicaron por qué es tan relevante la aplicación aérea para el cultivo del arroz, cómo se realiza la producción y cómo es su situación actual, entre otros temas.

El productor arrocero es un agricultor particular ya que empieza a trabajar sus lotes con un año más de anticipación (con respecto a los cultivos tradicionales), cuenta con un parque de maquinarias de laboreo, siembra, riego y cosecha que sólo se aplican al arroz. Esta producción demanda una gran cantidad de mano de obra como aguadores, tractoristas, secadoristas, niveladores.

De hecho, se puede afirmar que es cuatro veces más que la implicada para la soja durante todo el año, lo que hace de vital importancia para la vida de los pueblos de la región.

Por lo general, el productor arrocero viene de una larga tradición familiar y conoce el cultivo desde muy joven. “Debido a los vaivenes económicos y políticos en Entre Ríos, en la década del 90, había 1200 productores y hoy hay sólo 120 lo cual es irrecuperable”, contó Panozzo, desde el norte de esa provincia. Además, explicó que el avión es una herramienta muy importante para este cereal ya que “hay que preparar el terreno con curvas de nivel, está mucho tiempo anegado y los tiempos son limitados, lo que hace que la velocidad del avión ayuda a resolver el problema”.

Asimismo, destacó que una de las desventajas que tiene la aplicación aérea son las condiciones meteorológicas y el alto costo operativo. “Tenemos restricciones por normativas provinciales y municipales con distancias mínimas y condiciones meteorológicas, según la cercanía de caseríos y escuelas”, agregó Panozzo.

“El arroz pasa gran parte de su período de desarrollo inundado por lo cual las aplicaciones son aéreas”, sostuvo Romero y resaltó que “a diferencia de otros cultivos la mayoría de los vuelos son de fertilizante y muy pocos de insecticidas”. Cabe destacar que en el norte de Entre Ríos se aplican, vía aérea, unas 20 mil hectáreas por año entre arroz y pasturas.

“Haciendo una fertilización con aplicación aérea en tiempo y condiciones correctas el rendimiento del cultivo puede aumentar en kilos por hectárea en la cosecha”, confirmó Romero y explica que “con una buena aplicación se estima que el rinde aumenta unos 1.000kg/ha”.

Realizar una fertilización en el tiempo y condiciones correctas, influye positivamente en el rendimiento en kilos por hectárea en la cosecha, por eso y, teniendo en cuenta su condición de desarrollo del cultivo en terreno inundado, es que la aeroaplicación tiene una ventaja comparativa. 

Desigualdad impositiva

El arroz es el único cereal que debe abonar el 21% de IVA sumado a un 10% de retenciones a las exportaciones.

“En la comercialización el IVA lo retiene la AFIP por 90 días lo que crea otro costo debido a la volatilidad económica que hay en el país”, aseguró Panozzo y explicó que “por las particularidades del cultivo, se requieren movimiento de tierra, insumos, maquinarias, estructura, cosecha, secado, riego (requiere represas y canales; además de equipos de bombeo) la inversión por hectárea con respecto a la soja o maíz es cinco veces superior”. 

Todo esto hace que el margen de ganancia esté ligado no sólo a inconvenientes climáticos sino también sujeto a costos muy variables como la energía y la situación económica mundial ya que es un alimento que se consume más en países en desarrollo.

Por otro lado, depende de los volúmenes producidos por otros países como Brasil y Paraguay.

Cabe destacar que se exporta el 70% de la producción nacional lo que hace que los costos estén un 90% dolarizados por lo que los productores de arroz piden reglas claras de comercialización y un tipo de cambio real para poder afrontar esta situación.

Panozzo ejemplificó que “en Entre Ríos la energía eléctrica es cuatro veces más costosa que en otras provincias” y remarcó: “Necesitamos revisión impositiva sobre todo en el gasoil”.

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