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Boudou y Mariotto, los fieles criados de Cristina

Ninguno de los dos funcionarios, ni el vicepresidente Amado Boudou ni el vicegobernador, Gabriel Mariotto, tienen capacidad de vuelo propio para unirse en la guerra contra Clarín y La Nación, sin la anuencia de la Presidente.

 

por JORGE HÉCTOR SANTOS
Twitter: @santosjorgeh
 
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Especial para Urgente24). Decía  Beatriz Sarlo, el sábado 14/01, en el diario La Nación que el gobierno de Cristina Fernández viuda de Kirchner “no teme al ridículo”.
 
Para avalar lo dicho Sarlo señalaba:
 
> “La Presidente habla con diminutivos, invoca a los espíritus, intercala parrafadas sobre sus sacrificios y su entereza, se hace poner la banda por su hija, se emociona a lo grande, festeja sus propias ocurrencias y se da todos los gustos”.
 
> “Los gobernantes democráticos se caracterizan precisamente por lo contrario: se la pasan dando explicaciones, pedidas generalmente por la maldita prensa”.
 
En otra parte de su artículo periodístico de opinión, Beatriz Sarlo considera:
 
> “La Presidente es el centro de un cosmos cuyo orden depende de que todos los signos le estén subordinados. Por eso, nadie puede hablar sino ella”.
 
> “Ella unifica el mensaje y supervisa todos los detalles; ella convierte a cualquier hecho en acontecimiento o pasa por alto lo que se le antoja”.
 
Dos de los tantos personajes que rodean a la presidente cual monaguillos al sacerdote sin duda son, uno, el vicepresidente Amado Boudou que aceptó complacido el triste papel de estar a cargo del Ejecutivo, durante la licencia por la intervención quirúrgica de Cristina, arrinconado en un despacho menor del Banco de La Nación Argentina y con un agenda protocolar para sacarse alguna foto, autorizada desde la Rosada para que el pueblo se acordara que existe y que es un servil  de la convaleciente reconocida como “ella”.
 
El otro personaje, es el aplaudidor en 1era. fila de las palabras repletas de terminología tosca de Hebe de Bonafini, Gabriel Mariotto; el abanderado del odio y rencor contra todos los medios independientes que cumpliendo su cometido critiquen al gobierno.
 
Mariotto de interventor del desaparecido Comfer (Comité Federal de Radiodifusión) y merced a su búsqueda incesante por sacar una nueva ley de medios que tuviera como fin destruir el Grupo Clarín, so pretexto de democratizar la comunicación; llegó a ser titular de la AFSCA (Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual).
 
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De allí Mariotto saltó, por tantos méritos acumulados cumpliendo al pie de la letra los deseos de Cristina –como alumno destacado- a ser vice gobernador de Daniel Scioli, con el único propósito (según indicaciones de Cristina, quien se lo endosó a Scioli) de desgastar y trabarle la gestión al gobernador de la provincia de Buenos Aires.
 
Nadie del gobierno y del arco político cercano a la paciente reina durante el lapso de reclusión de “ella” en Olivos, luego de su paso por el Hospital Austral, ha levantado el copete y ha mantenido un bajísimo perfil.
Dos que se han destacado por no hacer ola alguna han sido precisamente los nombrados, Amado Boudou y Gabriel Mariotto, más allá de la foto entre ellos armada como respuesta al partido de futsal disputado entre Daniel Scioli y Mauricio Macri.
 
Es por lo dicho, que las decisiones tomadas por ambos, en ambas Cámaras de Senadores, la nacional y la provincial,  de cortar la compra de los diarios La Nación y Clarín, no puede escapar a la lógica de pensar que tales decisiones cuentan con la aprobación desde Olivos.
 
Boudou y Mariotto en forma despótica también decidieron cancelar el servicio como proveedor de cable e internet ofrecido por Cablevisión y Fibertel (Grupo Clarín) y reemplazarlo por  el que brinda Telecentro (de Alberto Pierri, ex presidente de la Cámara de diputados en tiempos de Carlos Menem).
 
Mariotto -cualquier dictador- a cargo del Senado de la Provincia de Buenos Aires, decidió que todos los televisores existentes en ese ámbito estén sintonizados en Canal 7.
 
Tampoco las reseñas informativas  que reciben los senadores contendrán las informaciones de los diarios La Nación y Clarín, justamente los de mayor circulación a nivel nacional.
 
Para no variar el gobernador bonaerense, Daniel Scioli, se señaló no formulará "comentarios" acerca de la decisión de su vice, Gabriel Mariotto.
 
"Al gobernador (Scioli) no le consta (lo dispuesto por Mariotto)", afirmó el secretario de Comunicación Pública bonaerense, Juan Courel.
 
La sociedad argentina, dividida y enfrentada desde el propio gobierno central, no toma conciencia del daño que todo este disparate, inserto en un ataque constante contra el periodismo crítico, le provocará de seguir así a la libertad de información y de opinión.
 
Por ahora muchos argentinos se han beneficiado con el viento de cola que ya no sopla más y con las apetencias de poder de los Kirchner que han dilapidado cifras escandalosas de dineros públicos para conseguir el favor popular y ganar elecciones.
 
Otros argentinos, los menos, han multiplicado como pocas veces antes sus ganancias y fortunas.
 
Una gran mayoría se beneficia con subsidios que alimentan la vagancia. Otros, no pocos, viven en la indigencia y pasan hambre.
 
Pronto, se correrá el telón de un ajuste al bolsillo por la falta de recursos públicos para seguir la fiesta.
 
Probablemente, cuando llegue la catarata de aumentos masivos y el bolsillo comience a doler y este llore recordando tiempos mejores, el argentino despierte y comience a ver más allá de sus ojos.