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Salarios y lobby: El doble discurso en la paritaria que viene

Las convenciones colectivas de trabajo 2012 se encuentran cada vez más cercanas. Es lógico, entonces, que se hable demasiado, probablemente intentando impresionar al otro lado. Pero también hay objetivos y compromisos que se intentan reivindicar. De parte de los empresarios, el 18% de tope salarial prometido por la Presidente de la Nación. De parte de Hugo Moyano y sus colaboradores, que no hay tope de 18%. De parte del gobierno, que la CGT no es Hugo Moyano. Pero, además, otras cuestiones en danza.

 

 
"(...) El ex titular de la UIA y empresario del rubro del plástico Héctor Méndez fue categórico. Señaló que la negociación salarial para el 2012 debería ubicarse “entre 15 y 18%” de aumento. Si se supera esa línea, entiende, se disparará “una carrera de precios y salarios”, lo que “sería una cosa trágica en este momento”. “Habría que tener un poco de control” en la discusión de haberes, estimó Méndez, “para no desbordar los precios”.
 
La respuesta gremial no tardó en llegar. El canillita Omar Plaini, miembro de la plana mayor de la CGT y hombre alineado con su secretario general, Hugo Moyano, apuntó directamente contra el empresariado. Opinó que “la productividad aumentó” en los últimos años “mucho más que la recuperación salarial”.
 
Plaini fue contundente a la hora de sugerir qué termómetro utilizarán a la hora de sentarse a pedir aumento: “Nunca se negoció por la cifra del Indec, hay que repasar la historia para verlo. El movimiento obrero siempre se fijó en sus propias encuestas. "Esto forma parte del folclore a comienzo de cada año, las soluciones durante estos ocho años siempre llegaron y no hay que preocuparse”.
 
Consultado por BAE, el sindicalista evitó mencionar las versiones que señalan que un 18% es el límite que miran con simpatía desde Olivos para este año. “El ministro [de Trabajo, Carlos Tomada] ya se expresó en diciembre. Dijo que no había ni pisos ni techos en las paritarias. ¿Por qué vamos a esperar otra cosa ahora?”, respondió.
 
La consulta a Plaini surge de una denuncia que llegó desde Río Negro. Puntualmente, de los dirigentes que el gremio de trabajadores rurales, UATRE, tiene en esa convulsionada provincia. Miguel Muñoz, representante en la mesa de negociación paritaria de ese sindicato, denunció que estaban “cerca” de alcanzar un acuerdo con el empresariado “muy por encima del 20%” y que desde Buenos Aires lo frenaron. (...)".
 
 
Sin embargo, ¿José Ignacio de Mendiguren, actual presidente de la UIA, comparte la opinión de su antecesor, Méndez?

¿O Méndez está presionando a Mendiguren en la interna de la UIA, donde no representan los mismos intereses sectoriales?
 
La pregunta apunta a despejar si hay visiones diferentes en la UIA acerca del conflicto posible, o si Méndez dice lo que Mendiguren no puede. O si Méndez opina sobre aquello que Mendiguren no puede porque está empeñado en otra negociación con el gobierno de Cristina Fernández.
 
El interrogante acerca de Mendiguren queda planteado en el comentario de Natalia Donato en el diario El Cronista Comercial (¿o, acaso, ella solo exagera y lo de Mendiguren es demasiado leve como para generar compromisos?):
 
"(...) Algunos de los economistas de la central industrial lograron ubicarse en distintas posiciones en el gobierno nacional y también en el de la provincia de Buenos Aires. Al gobierno de Daniel Scioli desembarcó Sergio Woyecheszen, quien asumió semanas atrás al frente de la subsecretaría de Industria, Comercio y Minería, el segundo cargo luego del ministro de la Producción, Ciencia y Tecnología, Cristian Breitenstein.
 
El economista llegó a la administración provincial proveniente de la UIA, donde presidía el Departamento de la Pequeña y Mediana Industria. Como economista del Centro de Estudios Económicos (CEU) de la entidad, era el segundo de Diego Coatz. Trabajó en numerosas investigaciones vinculadas con desarrollo industrial, empleo y estructura social; fue asesor en la Comisión de Productividad en el Consejo del Salario Mínimo Vital y Móvil y coordinó el Departamento de empleo de la Sociedad Internacional para el Desarrollo, Capítulo Buenos Aires, de Naciones Unidas.
 
Otro de los jóvenes industrialistas que desembarcó en un cargo político recientemente es Santiago Sacerdote, nombrado vicepresidente de Asuntos Tecnológicos del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet). También pertenecía a los cuadros técnicos de la UIA, al desempeñarse como jefe del Departamento de Educación, Ciencia y Tecnología. Sacerdote era director del Conicet desde abril de 2010, pero a partir de su ascenso, abandonará la entidad industrial. 
 
También recayó en el Ministerio de Ciencia y Tecnología que preside Lino Barañao el economista Fernando Peirano, el primo del ex ministro y ex economista de la UIA, Miguel Peirano. Si bien no integra la UIA, pertenece a la corriente de jóvenes economistas defensores del actual modelo económico y de raigambre industrialista. Integra la Asociación de Economía para el Desarrollo de la Argentina (AEDA), que preside el ex subsecretario Pyme y actual director del Banco Nación, Matías Kulfas. (...)".
 
 
En tanto, hoy día la prioridad del gobierno de Cristina es dejar en claro que Hugo Moyano no es sinónimo de la CGT.
 
Es decir, que la relación con la CGT es buena más allá de la mala relación con Moyano.
 
Y que el problema con Moyano consiste en que no entiende que la Presidente necesita/quiere renegociar con la relación con él.
 
Así lo explicó a Gabriela Vulcano, de diario BAE, Luis Tonelli, politólogo director de la Carrera de Ciencia Política en la UBA, y quien integra la dirección de la revista Debate, tan vinculada a Rudy Ulloa, además de director Asociado en la consultora Mora y Araujo:
 
"–¿El 2012 va a estar signado por la tensión entre el Gobierno y la CGT?
 
–Esta confrontación responde a una cuestión de estilo. En la visión de Cristina Fernández, la presidencia no tiene socios. Tiene colaboradores, empleados y personas que están más o menos cerca, pero es un poder que no se comparte. Compartir el poder es una necesidad. Cuando deja de existir esa necesidad, ese poder ya no se comparte. Por eso, la Presidenta busca redefinir la relación con Moyano.
 
–Es decir, el Gobierno apuesta a redefinir la relación con Moyano, no a cortarla de cuajo…
 
–No puede cortar una relación con el movimiento obrero organizado, ya que se trata de un gobierno con raíces peronistas. Pero además es un gobierno progresista que avanzó muchísimo en la relación institucional con el movimiento obrero, lo cual lo inhibe de alejarse de los sindicatos. A su vez, la economía da muestras de desacelerarse, por lo que es clave que las demandas sindicales no sobrepasen ciertos límites. (...)".
 
 
Reforzando el concepto de redefinición de las relaciones, de parte de Cristina, el filósofo docente en la cátedra de Tomás Abraham y panelista del programa 678, por Canal 7, Dante Palma, le dijo también a Vulcano:
 
"(...) –A diferencia de lo que fue el primer peronismo está claro que el kirchnerismo no tiene como única columna vertebral al sindicalismo. A juzgar por el armado de las listas, Cristina buscó en la juventud una nueva base de sustentación. No creo que sea la única, pero es uno de los grupos que, junto al sindicalismo, la estructura del PJ y sectores trasversales conforman el movimiento kirchnerista.
 
–Usted destaca la participación del sindicalismo en el kirchnerismo, pero hoy la relación entre el Gobierno y la CGT parece bastante dañada…
 
–Hubo una primera etapa en la que el kirchnerismo apostó a la transversalidad y no alcanzó. Después hubo una apuesta por la gobernabilidad que implicó acercar a los gobernadores radicales y tampoco funcionó. Y ahora hay un intento de segunda transversalidad más amplia. En Cristina hay una base peronista pero también una apuesta a una agenda más progresista, que necesita de otra base de sustentación.
 
–¿La principal disputa se va a dar para afuera o para adentro del propio kirchnerismo?
 
–Va a ser una conjunción de todo eso. Estará la oposición de las grandes corporaciones, pero además una parte de la oposición política empezará a reunificarse y a su vez todo eso se va englobar con una parte de lo que será una especie de kirchnerismo disidente, entre ellos una parte del PJ tradicional y del sindicalismo."