ARCHIVO >

El ladrillo provoca algunas dudas para 2012

En 2011, por 2do. consecutivo la construcción volvió a crecer fuerte en la Argentina, dejando atrás el estancamiento y la caída sufrida en 2008 y 2009, en base a a la expansión de la economía y a la fuerte suba de los ingresos de la agroindustria en un contexto inflacionario con escasas alternativas rentables de inversión. Pero en el último trimestre de 2011 se observó un marcado freno de esta actividad. La aceleración de la fuga de capitales, explica en buena medida el menor dinamismo de la construcción hacia finales de año.

 

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Ecolatina). Por segundo año consecutivo, la construcción volvió a crecer fuerte en Argentina, dejando definitivamente atrás el estancamiento y la caída sufrida en 2008 y 2009. De todas formas, en el último trimestre del año pasado se observó una marcada desaceleración del sector que arroja algunos interrogantes de cara a 2012.
 
La notable performance de la construcción en 2011 respondió fundamentalmente a la expansión de la economía, y a la fuerte suba de los ingresos de la agroindustria (por mayor cosecha y mejores precios) en un contexto inflacionario con escasas alternativas rentables de inversión. Sin embargo, la aceleración de la fuga de capitales, que derivó en mayor incertidumbre y controles, explica en buena medida el menor dinamismo de la actividad hacia finales de año.
 
Según el Indicador Sintético de la Actividad de la Construcción (ISAC) del INDEC, la venta de insumos trepó 9,3% i.a. en los primeros 11 meses del año. Dentro del ISAC los bloques más dinámicos fueron los asociados a la obra pública: las obras viales treparon 12,1% i.a. y otras obras de infraestructura 11,8% i.a. En cambio, los edificios para viviendas treparon a un ritmo más acotado (+8,3% i.a.). 
 
Indicadores privados de la actividad confirman el elevado dinamismo del sector. El Índice Construya –que mide las ventas de insumos de las principales empresas del sector de la construcción- creció 9,3% en 2011 y el consumo interno de cemento cerró el año con una expansión cercana a 12%.
 
Además del fuerte incremento de las ventas de insumos de la construcción, se observaron mejoras en el empleo sectorial, en los permisos de edificación autorizados y en el volumen y los precios de los inmuebles comercializados. 
 
En los primeros nueves meses del año pasado, los puestos de trabajo registrados en la construcción crecieron 10,9% i.a. La notable performance corrige el déficit de creación de empleo formal que se observó durante la recuperación de 2010. De hecho, recién en el tercer trimestre de 2011, la ocupación superó los niveles alcanzados a mediados de 2008.
 
Asimismo, los permisos de edificación treparon 6,6 i.a. en los primeros once meses del año pasado. Más allá de este incremento, 2011 cierra por debajo de los récords registrados entre 2006 y 2008.
 
Por último, la comercialización de inmuebles creció fuerte por mayores precios y volúmenes. Por caso, según las estadísticas del Colegio de Escribanos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, las escrituras realizadas acumulan a noviembre de 2011 un alza del 4,4% i.a. Asimismo,  el monto total escriturado trepó 20% i.a. lo que refleja un aumento del valor de las propiedades. De hecho, según el IERIC , el Precio del M2 en dólares a estrenar de una vivienda en Capital Federal trepó 12% i.a. el año pasado.
 
Sin embargo, no todo fue color de rosa durante 2011. En primer lugar, como ya mencionamos, la actividad se frenó en el cuarto trimestre. Además, se observó una fuerte presión en los costos de la construcción -treparon cerca de 22% anual- que impacta directamente sobre la rentabilidad de los nuevos emprendimientos. 
 
Por último, pese a que el crédito hipotecario creció 34% el año pasado, la cifra sigue siendo muy baja (pasó de 1,4% del PBI en 2010 a 1,5% del PBI el año pasado). De hecho menos de 10% de las escrituras se realizan con préstamos.
 
Más aún, la dificultad para acceder a un crédito sumado al boom de precios de los inmuebles en los últimos años aleja del sueño de la vivienda propia a importantes segmentos de la población. 
[ pagebreak ]
 
En síntesis, 2011 fue un año muy positivo para la construcción ya que los principales indicadores del sector mejoraron sensiblemente. Sin embargo, persisten  desafíos estructurales: fomentar el crédito hipotecario y la edificación de viviendas públicas para palear el déficit habitacional existente en nuestro país. 
 
Perspectivas de la construcción en 2012 
 
Las perspectivas de la construcción para el año que comienza son moderadamente positivas ya que esperamos que el sector continúe creciendo. Sin embargo, lo hará a un menor ritmo respecto de 2011, en línea con la desaceleración de la economía argentina.
 
El principal factor que seguirá impulsando al sector es el crecimiento económico en un contexto de escasas alternativas rentables de inversión (en los últimos años los ladrillos se consolidaron como alternativa frente a la inflación gracias al boom de precios de los inmuebles).
 
Sin embargo, existen diversos factores que acotan el dinamismo del sector. Entre ellos se destacan: el ajuste fiscal del Sector Público (Nación y provincias) que va a repercutir en la obra pública; el impacto de la sequía sobre los ingresos de los productores agropecuarios; la fuga de capitales y las trabas a las compra de dólares, y el aumento de costos que afecta la rentabilidad de los nuevos proyectos.
 
El primer punto que hace improbable alcanzar en 2012 -por tercer año consecutivo- tasas chinas de expansión en la construcción, es el menor dinamismo del sector a finales de año pasado. Por el freno de la actividad, el arrastre estadístico será mínimo en comparación con años anteriores.
 
El segundo escollo de peso es el continuo incremento de los costos de la construcción, que es cada vez más difícil de compensar mediante el alza de los precios de venta. En este sentido las paritarias serán claves puesto que la mano de obra representa casi la mitad de los gastos. Hay que ver si el gremio de la construcción (UOCRA) acepta subas salariales en torno de la pauta oficial (18%), ya que en los últimos dos años percibieron -en promedio- mejoras del 28% anual. 
 
A esto se le suma el ajuste del sector público que se centrará en los gastos más flexibles cómo las erogaciones de capital (obras viales y de infraestructura). De hecho, tanto a nivel nacional como provincial estimamos que los gastos de capital no crezcan en términos reales durante 2012.
 
Por último, la performance de la construcción dependerá en gran medida de la canalización de ahorros de los agentes locales. En la medida que se achiquen los excedentes de los argentinos (especialmente de los productores agropecuarios que tienden a invertir sus ganancias en ladrillos) o se destinen una mayor proporción a la compra de dólares, el sector será menos dinámico. 
 
En este sentido, la sequía no sólo pone en riesgo la principal fuente de divisas de la economía (la cosecha agrícola), sino también recursos claves para financiar la expansión de la construcción civil. El crédito podría cumplir un rol más protagónico en la adquisición de viviendas, pero en las condiciones actuales la banca privada no participa activamente en el mercado hipotecario.
 
Por su parte, el cerrojo cambiario puede moderar la salida de capitales (lo que implica más pesos disponibles para invertir en ladrillos), pero también afecta la comercialización de inmuebles que opera mayormente en dólares. Profundizar el mercado en pesos, requiere mayor estabilidad de precios. Asimismo, moderar la inflación es clave para frenar el apetito por el dólar (formal e informal).
 
En síntesis, esperamos que el crecimiento de la construcción se modere sensiblemente en 2012, ya que son varios los riesgos que enfrenta la actividad. Esto se refleja en las expectativas del sector: a diferencia de 2010 y 2011, los empresarios que se dedican a la obra pública y los que trabajan principalmente en el segmento privado no esperan  mejoras sustanciales en la actividad este año.