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Mucha polémica por el cambio de agenda que impuso Rajoy en España
El gobierno de Mariano Rajoy había anticipado una agenda pero horas después del inicio de gestión, implementó otra y ahora intenta explicarlo mientras sorprende una nueva ayuda a la banca, que no había explicitado.
07 de enero de 2012 - 20:38
El ministro español de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, ha asegurado este lunes 02/01 que el déficit público español previsto para 2011 podría incluso "pasar" del 8%, aunque espera que "no mucho". La economía española celebra la llegada del año entrando de nuevo en recesión.
"Es posible que se pase del 8%, pero espero que no sea mucho", ha subrayado el ministro en declaraciones a la SER, donde ha destacado que el contexto actual es muy complicado, con un crecimiento negativo en el último trimestre del año y seguramente en el primero del próximo año, unas comunidades con "dificultades enormes de liquidez y de pago", con un deterioro del mercado laboral y con un sistema financiero que necesita una reestructuración "adicional".
El ministro Guindos, ha justificado la posibilidad del Estado de otorgar avales a la banca por 100.000 millones de euros en el ejercicio 2012 para evitar el cierre de crédito, y consideró que no adoptar dicha medida hubiera sido "una gran irresponsabilidad".
Esta medida, que no fue anunciada por/12/2011, forma parte del decreto de ajuste del Gobierno publicado al día siguiente en el Boletín Oficial del Estado.
Los 100.000 millones de euros servirán para avalar "emisiones de bonos y obligaciones nuevas que realicen las entidades de crédito residentes en España con una actividad significativa en el mercado de crédito nacional", indicó De Guindos en declaraciones a la Cadena Ser.
El titular de Economía explicó que dichos avales servirán para que las entidades acudan a las subastas de liquidez del Banco Central Europeo (BCE), dado que la banca española tiene "enormes dificultades de financiación en los mercados de capitales".
El ministro recalcó que "si no se hiciera así, sería un acto de irresponsabilidad" que llevaría a la economía española a una situación absoluta de cierre de crédito", y recordó que la banca pagará una cantidad importante por esos avales que utiliza.
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Carlos Cué relató así la situación en El País, de Madrid:
"José Luis Rodriguez Zapatero tardó seis años en dar un giro de 180 grados y hacer lo contrario de lo que siempre había prometido. Mariano Rajoy, seis días.
Pero si se busca el origen de los dos giros, muy distintos en su presentación y estrategia —el presidente ha aprendido mucho de los errores que hundieron a su antecesor—, se encuentra lo mismo: los mercados y Europa. Rajoy decidió desmentirse a sí mismo e incumplir su promesa de no subir impuestos al comprobar que no hacerlo podría provocar graves problemas a la deuda española, según fuentes del Ejecutivo.
Fue una semana frenética. Todo se cocinó en secreto y entre pocas personas. El Gobierno conoció el lunes la estimación de que el déficit llegaría al 8%. Ante el temor de que la prima de riesgo española se disparase en febrero, cuando se conociese la cifra oficial, ya sin tiempo para reaccionar, decidió adelantarse. A costa de empezar a incumplir sus principales promesas desde el primer Consejo de Ministros con contenido. Para el Ejecutivo de Rajoy, es clave dar la sensación de que lleva la iniciativa. No puede ir por detrás del mercado nada más empezar, según fuentes del Gobierno.
Las decisiones se tomaron en contacto con Berlín, el Gobierno más poderoso de Europa, al que Rajoy intenta acercarse mientras se distancia de Italia, cuya deuda tiene ahora muchos más problemas que la española, y con Bruselas, según las mismas fuentes. No en vano el mismo día en que se dio a conocer el ajuste, Olli Rehn, vicepresidente de la Comisión Europea encargado de asuntos económicos, hizo una nota para aplaudir las medidas —que conocía mucho antes de que se hicieran públicas— y reclamar al Gobierno español que ahora se centre en la reforma laboral.
Rajoy no quería que le pasara como a Zapatero, explican en su entorno. Esto es, que los acontecimientos y la presión de la prima de riesgo le desbordara. Por eso ha decidido ir por delante, dar la sensación de que toma la iniciativa y no es Europa quien le obliga —aunque en privado esté todo hablado—.
Si no reaccionaban, corrían el riesgo de que el Ecofin del próximo 20 de enero, como le pasó a Zapatero, les torciera la mano y les exigiera que subieran impuestos, algo que Europa lleva meses reclamando, aunque siempre hablaba del IVA, no de IRPF. El coste es alto.
El PP ha enfrentado al corazón de su electorado: la clase media que cotiza en el IRPF o los que tienen rentas del capital. Además, el recorte profundizará la recesión. (...)".
El ministro
El ministro de Economía, Luis de Guindos, ha afirmado que si el Gobierno no hubiera tomado las medidas que aprobó el viernes 30/12/2011 la "habrían impuesto otros".
De Guindos ha justificado así la subida de impuestos y el recorte en el gasto que el Ejecutivo aprobó para hacer frente al déficit del 8% que registrará España en 2011, dos puntos por encima de lo comprometido con la Unión Europea.
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"[Las medidas] Nos lo hubieran impuesto otros, España no está en condiciones de asumir una desivación como esa", ha afirmado el ministro en una entrevista en la Cadena Ser.
De Guindos no ha descartado, además, que el déficit cierre 2011 incluso ligeramente por encima del 8% que el Ejecutivo del Partido Popular ha calculado. La cifra definitiva se conocerá en los próximos meses.
El titular de Economía y Competitividad ha insistido en que el Gobierno está para tomar las medidas oportunas que saquen a España de la crisis y ha confiado en que no sea necesario subir el IVA para recortar el déficit.
"Las reformas económicas son las que nos van a permitir salir de la crisis (...) El Gobierno tiene una agenda reformista muy agresiva para las próximas semanas y meses", ha indicado De Guindos.
Entre ellas ha mencionado la reforma laboral y la del sistema financiero, que tendrán que desarrollarse durante la primera mitad de este año.
"Tenemos que ser conscientes de que si sólo nos metemos a apretar las tuercas nos podemos meter en un lío", ha afirmado De Guindos, que ha remarcado que "no todo puede ser un planteamiento de ajuste".
Las malas noticias
Todo empezó a precipitarse el lunes 26/12/2011. El interventor general, aún el que puso el PSOE, comunicó al ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, que la previsión es que el déficit se fuese al 8%, 2 puntos más del objetivo, 20.000 millones de euros más de recorte para bajar al 4,4% en 2012.
El martes 27/12 Montoro, en coordinación con Álvaro Nadal, hombre clave de confianza de Rajoy, habló de propuestas. Hasta entonces se manejaba un ajuste de 4.000 millones sin subida de impuestos. Los ministros están inquietos. Hacienda no les dice cuánto les toca.
El martes Rajoy atendió brevemente a los periodistas en el Congreso, sin cámaras ni micrófonos. Él les dijo que el ajuste duro vendría en marzo, con los Presupuestos. No era verdad. Hacienda ya discutía propuestas mucho más duras. Y subidas de impuestos, el anatema en el PP.
Todos los ministros, y sobre todo Rajoy, se han mostrado en contra públicamente de subir ningún impuesto. Se hablaba de bajadas. Es lo que viene en el programa electoral. Subirlos es una enmienda a la totalidad del discurso central del PP.
El miércoles 28/12 se elaboró la propuesta en Hacienda, se hicieron los números, y el jueves 29/12 Rajoy convocó en La Moncloa a los ministros económicos: Montoro, Guindos, Fátima Báñez (Empleo) y José Manuel Soria (Industria). También estaban Nadal y la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría. La cita dura varias horas.
Montoro llevó la propuesta. Todo el mundo era consciente de los enormes riesgos políticos de la operación. Y de que las medidas van a profundizar la recesión. Por eso se discutieron opciones. Montoro llevaba semanas insistiendo en que el IVA, en un momento de depresión del consumo, no era una opción.
El secreto era clave. De hecho, la reunión no era una Comisión Delegada de Asuntos Económicos, de esas que va a presidir Rajoy. El mayor recorte de la historia de la Hacienda española, 8.900 millones de golpe, y la segunda mayor subida de impuestos —solo Zapatero, al quitar los 400 euros de golpe y subir el IVA, la superó en volumen de ingresos previstos, aunque esta es más generalizada— se decidió de manera muy informal. Ni hubo comisión de subsecretarios —no estaban aún nombrados los del PP— ni comisión delegada. Todo se quedó en el entorno de Rajoy y sin actas.
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La mayoría de los ministros hicieron el mayor ajuste de la historia sin tener jefes de gabinete, ni subsecretarios, ni secretarios de Estado, ni directores generales, ni jefes de prensa nombrados. Porque como Rajoy no les confirmó hasta última hora que iban a ser ministros, no les dio tiempo a hacer sus equipos.
El jueves, después de tomar las decisiones políticas clave con los ministros económicos, llegaron los remates técnicos. El PP buscaba tapar las críticas. Mantiene cosas importantes como mensaje a las clases populares que también les votan: los 400 euros para parados de larga duración, el seguro de desempleo intacto, ligerísima subida de pensiones pero suficiente para ganarse el titular...
Rajoy también quieren evitar mientras pueda una declaración de guerra a los sindicatos y una batalla en la calle, que sucederían si toca el desempleo. El PP le sigue temiendo a la calle y quiere evitar en lo posible el conflicto. Aunque eso suponga enfrentarse abiertamente a esa clase media que no suele salir a la calle, alejada de los sindicatos, pero muy influyente a la hora de crear opinión pública.
El Consejo de Ministros fue uno de los más largos que se recuerdan. Buena parte de los ministros se quedaron impactados. Pensaban en un recorte de 4.000 millones y se encuentran con uno de 8.900. Hay ministerios, como el de Exteriores, que pierden casi dos tercios de su Presupuesto y eso que este recorte es el “inicio del inicio”, en palabras de la vicepresidenta Sánez de Santamaría.
Los ministros llevaban preparadas estrategias de defensa contra Hacienda. Todos tenían una lista de materias intocables para discutir. Pero el volumen del recorte es de tal calibre que queda poco margen para matizar.