CÓRDOBA. El 2023 de Natalia de la Sota no terminó en la frustrada designación como candidata a vicegobernadora de Córdoba. Si bien el puesto quedó en manos de la radical Myrian Prunotto, la hija del fundador del peronismo cordobés no parece estar dispuesta a quedarse con las manos vacías en este período electoral.
VENDETTA
Natalia de la Sota entró en un radar raro: Sondeos del FDT
Natalia de la Sota se quedó con las manos vacías en la repartija cordobesa. Con Juan Schiaretti jugando a nivel nacional, la diputada despertó interés.
Al respecto, la reacción de De la Sota fue recia. No se permitió exabruptos mayores a pesar de haber sido vetada del cargo que pretendía por el socio directo de su difunto padre, Juan Schiaretti.
Fue el gobernador quien dispuso, a pocas horas del cierre de listas, que la fórmula sería Llaryora-Prunotto. Y así expuso las diferencias que siempre existieron con el delasotismo, más asociado a un peronismo dogmático que el schiarettismo.
Ahora, con Juan Schiaretti intentando borrar fronteras con Juntos por el Cambio, Natalia de la Sota parece procurar no perder la postura. Todo ello a pesar de no estar de acuerdo con el acercamiento que, con su padre presente, no habría sucedido.
“El límite es Macri”, supo decir De la Sota padre en la campaña de 2015, donde hizo un nuevo intento para ser protagonista nacional. Su hija seguiría esa misma línea.
Con el descontento interno presente, la diputada sigue apoyando la campaña de Llaryora, aunque no de manera tan activa. La bajada a territorio ya no responde a actos proselitistas, sino, más bien, a mantener el contacto con la gente.
Esa capacidad de supervivencia que está pareciendo mostrar la dirigente del sur cordobés llamó la atención del oficialismo nacional. En ese espacio recordaron que De la Sota siempre fue amiga de un acercamiento del Gobierno provincial al del Frente de Todos, compartiendo fotos, incluso, con algunos dirigentes del oficialismo.
Ahora, con Schiaretti posicionado como opositor, muchos dentro del peronismo encapsulado en el FDT ven a Natalia de la Sota con un gran potencial dirigencial, sobre todo con tracción del voto conservador, ese que define elecciones. “Martín es un gran candidato. Ha hecho un trabajo muy bueno como intendente de San Francisco, y lo está haciendo en la Capital. Representa la escuela del gobernador Schiaretti. Ese perfil de hacedor, de gestión y administración. Y es muy bueno que así sea. Y yo, humildemente, represento muy bien a la escuela de José Manuel de la Sota”, supo decir cuando aún corría para ser vice.
Tiempo más tarde, y ya fuera de la carrera, De la Sota se reivindicó en su sentir peronista. “Estoy orgullosa de ser justicialista, esta idea de justicia social nos tiene que guiar. Nos tiene que guiar a todos”, dijo en un acto de campaña hace una semana atrás.
Así, Natalia de la Sota se publicitó como “el factor peronista” que, finalmente, quedó bastante diluido con el ingreso de la candidata radical. Y para el Frente de Todos en estado de guerra, “soldado que huye sirve para otra batalla”.
Todo eso motivó sondeos de distintos sectores del oficialismo, que comenzaron a ver con entusiasmo su figura. Tanto moderados, como kirchneristas extremos.
Por ejemplo, el presunto precandidato a presidente del Frente de Todos, Daniel Scioli, fue consultado por la diputada cordobesa y las posibilidades de una sumatoria al espacio oficialista. “La veo con un gran compromiso y proyección nacional pero no quiero anticipar nombres hasta que no me de el tiempo de hablar con todos los que quiero hablar", dijo Scioli ante la consulta de Futurock y sorprendió a más de uno.
Al respecto, en las últimas horas circularon flyers en el Gran Buenos Aires, donde se podían ver a De la Sota y Scioli juntos. Sin embargo, las imágenes fueron desestimadas por el entorno de la diputada.
Por otra parte, Natalia de la Sota también comenzó a llamar la atención del ala más kirchnerista, que empuja la candidatura de Wado de Pedro. Pensando una posible candidatura del funcionario, la cordobesa calzaría perfecto como factor de peronismo moderado, invirtiendo la fórmula actual.
Un dato no menor que alimenta los rumores de un posible salto de Natalia de la Sota al oficialismo nacional es la libertad de acción que Juan Schiaretti ordenó para todos sus colaboradores en la campaña provincial. Con la apertura del oficialismo cordobés a sectores de Juntos por el Cambio, se incluyó una cláusula llamativa: no hay obligación de apoyar a Schiaretti en su aventura nacional.
De esa manera, algunos dirigentes del PRO que saltaron a Hacemos Unidos por Córdoba sostendrán su campaña, por ejemplo, por Horacio Rodríguez Larreta. Lo mismo pasó con algunos radicales que también hicieron efectivo su traspaso.
Con ese permiso en juego, Natalia de la Sota tendría permitido hacer su apuesta nacional diferente y seguir apoyando la campaña de Martín Llaryora. Algo que, de hecho, está haciendo.
En el entorno de la diputada sostienen que De la Sota estará activa y en campaña para el PJ cordobés hasta el 25 de junio, día en el que se producirán las elecciones provinciales en Córdoba. Sin embargo, la fecha más importante será el próximo 14 de junio, casi una semana antes del comicio local.
Ese día se cierran las alianzas nacionales y, en caso de así desearlo, Natalia de la Sota debería hacer efectivo el traspaso ese mismo día. Algo que, a priori, parece posible.
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