JUSTICIA

Otro testimonio complica a Tinari: "Les hago una pregunta pero que muera acá"

Claudio Alberto Tinari, el empresario gastronómico detenido en Pinamar por presunta violación, está cada vez más complicado. Ahora, otra empleada declaró ante la Justicia, en la causa por trata laboral y sexual.

La situación judicial del empresario gastronómico Claudio Alberto Tinari se complica cada vez más a raíz de nuevos testimonios de sus empleados. Este jueves (14/01) una declaración ante la Justicia expuso las presiones a las que sometía a las empleadas en la causa por posible trata sexual.

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Recordemos que Tinari está siendo investigado en dos expedientes en la Justicia: uno, a cargo del fiscal Juan Pablo Calderón, es por el delito abuso sexual con acceso carnal, luego de que una de sus empleadas lo denunciara por violarla en el hotel donde hospedaba a todo su staff en la calle Del Cangrejo; el otro, en manos del fiscal Walter Mercuri, es por los delitos de trata laboral y sexual.

Según las denuncias, el empresario tenía a todos su staff de empleados en negro, muchos vivían en una casa que alquilaba en la calle Llao Llao. Allí, los mantenía encerrados, sin permitirles salir, en un clima denigrante de gritos e insultos. Uno de ellos lo grabó en secreto, registró diversas escenas de furia que fueron entregadas al fiscal Calderón.

Sobre la posible trata sexual, diversos testimonios de su staff aseguraron que le ofrecía a las mujeres una suma de dinero por tener sexo con amigos suyos, entre besos forzados y encierros en baños, presuntas escenas de acoso sexual constante.

Según el testimonio de una empelada ante la Justicia, les ofrecía 100 dólares por "cada persona con la que estuviéramos".

De acuerdo a la información publicada por Infobae, que tuvo acceso al relato de la mujer, la testigo comenzó su relato con una escena de playa: “Claudio estaba dentro de la carpa sentado en una silla. Le dijo a los carperos que nos traiga unas reposeras y nos dijo que nos sentemos. Ahí, él nos dijo: ‘Les hago una pregunta pero que muera acá, no le digan a nadie ”. Acto seguido, les preguntó “si queríamos ir a una fiesta en Cariló en la que él iba a ser nuestro manager y que si nos gustaba alguien y lo cogíamos él nos daría cien dólares por cada persona con la que estuviéramos. Y si no nos gustaba, que no nos hagamos problema, que solo tendríamos que cogernos a tipos de alrededor de 40 más o menos, pero solo si queríamos, que él no nos iba a obligar”.

Dicha oferta fue comentada entre las mujeres del personal, alarmadas por la situación. Según relató la empleada ante la Justicia, Tinari luego se enteró y la intimidó: “Si seguía hablando, me iba a despedir”.

Luego, tiempo después, Tinari insistió con la propuesta; "¿qué cosas estarías dispuesta a hacer para ganar más plata?”. “Yo le encantaba”, aseguró la joven: “La propuesta estaba abierta... siempre que lo llame me iba a pagar”.

# Tras violarla, le preguntó: "decime si te gustó”

Ayer, en la causa por abuso sexual con acceso carnal, se conocieron algunos detalles del testimonio de la víctima. Contó que su pesadilla comenzó el 5 de diciembre pasado, el día que llegó a Pinamar para trabajar en el restaurante de Tinari como cajera. Dijo que el hostigamiento arrancó inmediatamente, y finalizó con la violación tres semanas después.

“Tinari nos contrató a nosotros para trabajar, siempre les dice cosas a las mujeres y también las usaba a mis compañeras de trabajo, les conseguía droga para aprovecharse de ellas. Una vez yo estaba hablando con un mozo en la barra, y mi jefe pasó y me pasó el dedo por la cola, desde abajo hacia arriba, como marcando la costura del pantalón, yo me quedé dura y no supe reaccionar”, fue lo primero que declaró la mujer a los investigadores policiales.

En sede judicial, la mujer que denunció a Tinari contó que el empresario se obsesionó conmigo, decía que nadie se acercara a mí, les decía eso a los demás empleados en mi presencia, como que yo era de él y yo estaba prohibida para todos”.

Apenas empezó la temporada, el empresario les alquiló habitaciones a los empleados en el hotel Trinidad, un alojamiento dos estrellas de Pinamar. A la mujer le asignaron la habitación 21 para que durmiera sola. Además, el empresario reservó otras tres habitaciones donde vivían cuatro empleados varones.

Ese día, el 22 de diciembre del 2020, tipo 21 horas, Claudio nos trajo en su auto, él manejaba y siempre nos llevaba hasta el hotel desde el balneario a mí y a dos compañeros y los otros chicos venían en un remís. Cuando llegamos al hotel, yo subí a mi habitación y él se quedo afuera como para irse. Yo me estaba terminando de bañar y escucho que alguien entra a la habitación”, relató la víctima.

La mujer, de 33 años, explicó a los investigadores que su habitación quedaba abierta porque sus compañeros siempre pasaban “para entrar a buscar algo”. Entonces, cuando salió de bañarse, envuelta en una toalla, vio a su jefe.

Estaba Claudio, me agarró del brazo izquierdo, se desabrochó el pantalón, estaba sin calzoncillos y me dijo ‘callate, no grites, no digas nada, así no se escucha nada, que va a ser rápido’, me sacó la toalla de un tirón, me empujó a la cama y se me subió encima, me tapo la boca, yo intenté defenderme, trataba de sacármelo de encima pero es mucho más grande y pesado que yo, y aparte le tenía miedo, tenía miedo que me lastimara, entonces me tapó la boca, y me penetró ”, detalló la mujer, que aportó datos precisos del momento siguiente a la violación, que el hombre ejecutó sin preservativo, según ella misma aclaró.

“Cuando él terminó, yo me levanté, salí corriendo y me encerré en el baño, y esperé a que se fuera. Sentí que abrió la puerta y se fue sin decir nada. Después de eso, me sentía sucia, tenía mucho miedo, volví a bañarme, tenía asco, y después me vestí y me fui a la pieza de los chicos”, relató. La mujer contó que le abrió la puerta un compañero y ella lo abrazó y se largó a llorar. Le preguntaron qué le pasaba pero ella no se animó a contarles.

“No le conté a nadie hasta que me animé a venir a denunciar”, les dijo a los investigadores. Y explicó que decidió hacerlo tras saber que una compañera también lo denunció “porque se zarpó con ella”. Esa otra denuncia, que investiga el fiscal Mercuri, a cargo de la UFI especializada en trata de personas con sede en Madariaga, tiene pruebas que complican al empresario, ya que lo denuncian por encerrar a los empleados en el hotel y ofrecerles a las mujeres prostituirse con “clientes VIP de Cariló”.

A pesar del abuso, la mujer siguió trabajando. “Acá estoy sola y no tengo medio de subsistencia que no sea mi trabajo, y él se comportaba conmigo como si no hubiera pasado nada”, explicó.

Días después, según contó la mujer en sede judicial, el hombre la llamó "para hablar cosas de trabajo, hablar de precios y menúes, me dijo ‘¡al menos decime si te gustó o no te gusto!’, y yo me di vuelta y me fui”.

La víctima explicó que después de ese episodio el hombre no la tocó más, pero sí la maltrató verbalmente “como imponiéndose” en su condición de jefe.

En la ampliación de su declaración testimonial, fuentes judiciales contaron a Infobae que la mujer agregó una situación en una cervecería de Pinamar: “Me llevó a tomar una cerveza, me había agarrado como ‘novia’ y era tan violento cómo me trataba que cuando él fue al baño una mesera vino a preguntarme si quería que lo denunciara”.

Tinari quedó detenido luego de la declaración de la mujer y de que una médica legista, por orden del fiscal Calderón, constatara lesiones en sus genitales. Ahora la causa avanza hacia una pericia psicológica sobre la denunciante, aunque en el expediente se incluyen análisis preliminares que dan cuenta de un “estrés postraumático”.

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