El Instituto Nacional del Cáncer, la Sociedad Argentina de Dermatología y la Asociación Argentina de Dermatología desalentaron el uso de las camas solares e hicieron especial hincapié en las personas menores de 35 años, ya que, según la evidencia científica, ese bronceado artificial aumenta el riesgo de padecer cáncer de piel.
El uso de camas solares por menores de 35 años es peligroso
Recibir diez o más sesiones de bronceado artificial aumenta mucho los riesgos de padecer cáncer de piel. Lo aseguró un estudio del Instituto Nacional del Cáncer, la Sociedad Argentina de Dermatología y la Asociación Argentina de Dermatología
30 de noviembre de 2010 - 13:04
“Recibir diez o más sesiones anuales de bronceado artificial aumenta considerablemente el riesgo de padecer cáncer de piel”, coincidieron expertos reunidos durante un encuentro que se desarrolló en el Ministerio de Salud. Según el informe técnico, la radiación ultravioleta en dosis excesivas puede asociarse con cáncer de piel, quemaduras solares, envejecimiento acelerado de la piel, formación de cataratas y reducción de la efectividad del sistema inmune. Contrariamente a ciertas ideas, lejos de preparar la piel para el verano, las dosis de rayos ultravioletas artificiales se acumulan a las recibidas del sol y refuerzan el efecto cancerígeno. Las camas solares emiten principalmente rayos ultravioleta A y un pequeño porcentaje de rayos ultravioletas B. Ambos tipos de radiaciones tienen efectos cancerígenos. Así, el bronceado de la piel se logra al costo de dañar el ADN.
Graciela Mirta Ferraro, presidenta de la Asociación Argentina de Dermatología, dijo que “las camas solares fueron diseñadas con fines terapéuticos hace más de 30 años. Su efecto es positivo si se aplica bajo pautas médicas a pacientes con enfermedades”. Ferraro, para quien “en algún momento a alguien se le ocurrió tostar al mundo”, destacó la importancia de no usar las camas sin un fin terapéutico y puso como ejemplo a Brasil “que este año las prohibió como solución a un problema estético”.