El presidente sirio, Bachar al Assad, se dirigirá hoy (30/03) por primera vez a la nación desde el inicio de las protestas el día 18/03, reclamando reformas democráticas. Ya han muerto más de 100 personas.
CAMBIOS EN SIRIA
1er. discurso de Assad buscando el final de las protestas
El presidente sirio, Bashar al Asad, pronunciará hoy miércoles 30/03 su 1er. discurso desde que estallaron las protestas prodemocráticas en las que han muerto más de 60 personas en el sur de Siria, que posteriormente se han extendido a todo el país. Él intenta calmar a la población.
El presidente sirio, Bachar al Asad, tenía 34 años y reputación de reformista cuando llegó al poder el 17 de julio de 2000.
Aunque fue elegido Presidente en un referéndum en el que él era el único candidato, su llegada al poder fue recibida con los brazos abiertos por amplios sectores de la sociedad: empezaba la primavera de Damasco.
Y sin embargo, el joven oftalmólogo terminó siendo el mejor heredero del régimen autoritario instaurado por su padre, el general Hafez Al Assad, muerto en junio de 2000.
Hafez Al Asad, quien encabezó un golpe de Estado en 1970, apodado el León de Damasco, dirigió el país con mano de hierro hasta su muerte.
Durante la Guerra Fría, se alineó con Moscú. Y su política estuvo marcada por su intransigencia con Israel.
Para perpetuar su dinastía, Hafez al Asaad había preparado a su hijo Basil pero la muerte del delfín en un accidente de tráfico en 1994 obligó al hermano menor, menos carismático, a volver de Londres, donde estudiaba Oftalmología, y tomar el relevo.
Casado con una economista, Asma Akhras, la pareja insufló aires de modernidad en una Siria anclada en el inmovilismo. Pero nunca concretó la reforma política, y la libertad de expresión sigue estando vetada.
En 2007, Bachar fue reelegido para un 2do. mandato de 7 años.
Nunca hubieron reformas económicas: el desempleo es notable y el 50% de los sirios dependen del sector público. Solamente la élite se beneficia de la apertura económica.
Cambiar el gabinete -el anuncio de Assad- fue considerado un cambio cosmético ya que éste tiene poca autoridad en Siria, donde el poder se concentra en manos del Presidente, su familia y el aparato de seguridad.