CAMBIOS EN SIRIA

1er. discurso de Assad buscando el final de las protestas

El presidente sirio, Bashar al Asad, pronunciará hoy miércoles 30/03 su 1er. discurso desde que estallaron las protestas prodemocráticas en las que han muerto más de 60 personas en el sur de Siria, que posteriormente se han extendido a todo el país. Él intenta calmar a la población.

El presidente sirio, Bachar al Assad, se dirigirá hoy (30/03) por primera vez a la nación desde el inicio de las protestas el día 18/03, reclamando reformas democráticas. Ya han muerto más de 100 personas.

 
En su intervención, se espera que Al Assad, en el poder desde el año 2000 cuando heredó a su padre, anuncie el levantamiento de la Ley de Emergencia vigente desde 1963.
 
La supresión de esta ley, que fue impuesta tras el golpe de Estado que llevó al omnipresente partido Baaz, de su padre, al poder, es una de las principales demandas de los manifestantes, así como la introducción de mayores libertades políticas.
 
Bajo esta ley, que otorga especiales poderes a las fuerzas de seguridad, se puede interrogar a cualquier individuo sospechoso de poner en peligro la seguridad nacional, controlar las comunicaciones privadas e imponer la censura a los medios de comunicación.
 
Asimismo, también se cree que Al Assad podría anunciar la supresión de varios artículos constitucionales, entre ellos los que estipulan que el partido Baaz es el único partido que puede gobernar.
 
El discurso se produce un día después de la renuncia del Gobierno de Mohamed Nayi Otri, nombrado jefe del Ejecutivo en 2003, en una jornada en la que el régimen organizó manifestaciones multitudinarias de apoyo en las principales ciudades del país.
 
La agencia estatal de noticias dijo que Assad abordaría "los asuntos internos y los últimos acontecimientos", en el país de 22 millones de habitantes.
 
Assad trata de contrarrestar el desafío a sus 11 años de mandato que representan las dos semanas de protestas al movilizar a decenas de miles de sirios en manifestaciones a su favor en todo el país y aceptando la dimisión de su Gobierno.

El presidente sirio, Bachar al Asad, tenía 34 años y reputación de reformista cuando llegó al poder el 17 de julio de 2000.

Aunque fue elegido Presidente en un referéndum en el que él era el único candidato, su llegada al poder fue recibida con los brazos abiertos por amplios sectores de la sociedad: empezaba la primavera de Damasco.

Y sin embargo, el joven oftalmólogo terminó siendo el mejor heredero del régimen autoritario instaurado por su padre, el general Hafez Al Assad, muerto en junio de 2000.

Hafez Al Asad, quien encabezó un golpe de Estado en 1970, apodado el León de Damasco, dirigió el país con mano de hierro hasta su muerte.

Durante la Guerra Fría, se alineó con Moscú. Y su política estuvo marcada por su intransigencia con Israel.

Para perpetuar su dinastía, Hafez al Asaad había preparado a su hijo Basil pero la muerte del delfín en un accidente de tráfico en 1994 obligó al hermano menor, menos carismático, a volver de Londres, donde estudiaba Oftalmología, y tomar el relevo.

Casado con una economista, Asma Akhras, la pareja insufló aires de modernidad en una Siria anclada en el inmovilismo. Pero nunca concretó la reforma política, y la libertad de expresión sigue estando vetada.

En 2007, Bachar fue reelegido para un 2do. mandato de 7 años.

Nunca hubieron reformas económicas: el desempleo es notable y el 50% de los sirios dependen del sector público. Solamente la élite se beneficia de la apertura económica.


Cambiar el gabinete -el anuncio de Assad- fue considerado un cambio cosmético ya que éste tiene poca autoridad en Siria, donde el poder se concentra en manos del Presidente, su familia y el aparato de seguridad.

 
Pero la semana pasada, Assad se comprometió a estudiar levantar las leyes de emergencia, considerar elaborar leyes sobre una mayor libertad política y mediática y elevar el nivel de vida de los ciudadanos. Todas estas medidas son concesiones potencialmente significativas a los manifestantes, alentados por las revueltas de Túnez y Egipto.
 
No obstante, las autoridades sirias, activistas de derechos humanos y diplomáticos dudan de que Assad, que contuvo a sangre y fuego una insurrección kurda en el norte de 2004, elimine completamente las leyes de emergencia sin sustituirlas por otra legislación similar.
 
"Assad está sometido a presiones externas e internas. Ha preparado un plan para dar la impresión a la opinión pública de que ha comenzado las reformas", dijo a Reuters, Maamoun al-Homsi, que estuvo encarcelado durante 5 años por demandar más libertades políticas, desde su exilio en Canadá.
 
Las detenciones arbitrarias han continuado sucediéndose en todo Siria desde que Assad hizo saber a través de una asesora que estaba considerando eliminar la ley, según abogados y activistas.
 
Homsi dijo que la policía secreta detuvo a 200 personas sólo el domingo.

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