MILES DE OPOSITORES AL RÉGIMEN DE SALEH EXIGEN SU RENUNCIA

En Yemen negocian una transición antes que la situación se desborde

El presidente Ali Abdalá Saleh reitera su ofrecimiento de traspasar el poder a "manos seguras". Pero el riesgo de enfrentamientos entre partidarios y detractores del régimen se dispara en Saná. Una gran protesta convocada por los manifestantes contrarios al presidente Ali Abdalá Saleh salió a las calles de la capital de Yemen, para exigir su salida inmediata del Gobierno. A la vez el Presidente lideró una gran concentración para exhibir su fuerza en las cercanías del palacio presidencial, y el Ejército ha realizado los primeros disparos al aire para dispersar a los 2 grupos de manifestantes.

En Yemen, 1 semana después de que medio centenar de personas murieran al ser tiroteadas en una protesta junto a la Universidad de Saná, miles de ciudadanos volvieron a reunirse en el mismo lugar para exigir la renuncia del presidente, Ali Abdalá Saleh.

 
A pesar de verse debilitado por esa matanza, que ha llevado a altos jefes del Ejército a unirse a los manifestantes, Saleh se presentó en otra plaza de la capital yemení para llamar a sus seguidores a "resistir todos los desafíos".
 
"Ustedes tienen que garantizar la seguridad de Yemen y su estabilidad" para evitar "el caos y el derramamiento de sangre", manifestó el gobernante, en el poder desde 1990.
 
Yemen se encuentra bajo estado de emergencia desde la matanza del pasado viernes, el hecho más grave registrado en el país desde que estallaron las protestas políticas contra el régimen de Saleh, en enero pasado.
 
Las autoridades han negado que estuvieran implicadas en la matanza, aunque Amnistía Internacional instó hoy al Gobierno a impedir que sus fuerzas de seguridad recurran a armas letales.
 
"Después de la horrible matanza de docenas de manifestantes el viernes pasado, es muy inquietante que los dirigentes yemeníes hayan dado a las fuerzas de seguridad mayores poderes con la nueva ley de emergencia en lugar de frenarlas", indicó Amnistía en un comunicado.
 
Según la ONG fueron al menos 52 personas las que murieron en las manifestaciones del viernes pasado en la capital yemení como consecuencia de la acción combinada de francotiradores apostados en los tejados y las fuerzas de seguridad en la calle.
 
En tanto, en una nueva arenga a sus fieles, Saleh dijo estar dispuesto a entregar el poder pero solamente a "manos seguras", según ha informado la televisión estatal. 
"Estamos en contra de disparar una sola bala y cuando hacemos concesiones es para garantizar que no hay un baño de sangre. Nos mantendremos firmes y les haremos frente con todo el poder que tenemos", ha advertido, en una referencia directa a sus detractores, entre los que figuran algunos ex altos cargos del Ejército.
 
Precisamente el militar de mayor rango entre los desertores del régimen, el general Alí Mohsen, quien el lunes 21/03 anunció su salida del Ejército para respaldar a los grupos prorreforma, se habría reunido durante las últimas 48 horas con el Presidente para pactar una transición ordenada, según ha informado este viernes un ayudante de Saleh. 
"Mohsen ha aclarado por qué hizo lo que hizo, y ha reclamado [al presidente] garantías de que no le ocurrirá nada", ha explicado Ahmed al-Sufi, secretario del presidente. 
 
El diario The Wall Street Journal informó de que Saleh y Mohsen estaban ultimando un acuerdo que culminaría con la renuncia de ambos y la creación de un gobierno de transición de carácter estrictamente civil.
 
Mohsen, Nº2 en el poder en Yemen, aseguró a Reuters que no tiene ninguna ambición de convertirse en Presidente. De hecho, muchos yemeníes ven a Mohsen como parte del sistema caduco y corrupto que quieren enterrar con sus protestas.
 
Viernes de la Despedida
 
Los miles de jóvenes acampados desde hace 6 semanas en la plaza de la Universidad de Saná han bautizado la jornada de hoy como el Viernes de la Despedida, confiando en que la protesta movilice a cientos de miles de simpatizantes y fuerce la caída del régimen.
 
En una protesta similar que tuvo lugar el pasado viernes 18/03 se registraron 52 muertos, muchos de ellos víctimas de los disparos de francotiradores afines al régimen. Ayer, jueves 24/03 un nuevo incidente elevó el riesgo de guerra civil en Yemen. Militares alineados con la oposición se enfrentaron a fuerzas del régimen en Mukalla, al sureste del país, con un saldo de tres heridos. Naciones Unidas ha contabilizado al menos cuarenta muertos en los últimos días de escaramuzas entre miembros de grupos tribales pro y antigubernamentales en la provincia de Al Jawf, al norte del país.
 
Las promesas de reforma planteadas hasta el momento por el veterano presidente han caído en saco roto. Los cabecillas de la llamada Coalición Cívica para una Revolución Pacífica han rechazado la oferta de Saleh de convocar elecciones presidenciales para enero de 2012, en vez de en septiembre de 2013, cuando concluye su mandato. La oposición quiere cambios inmediatos en el país, y ha reclamado la formación de un consejo transitorio integrado por personas ajenas al régimen que debería redactar una nueva Constitución en seis meses y después convocar elecciones.
 
"El Gobierno no puede abrirse paso a tiros para salir de esta crisis", ha advertido en un comunicado Philip Luther, director de la oficina de Amnistía Internacional para Oriente Próximo y el norte de África. "Uniformados o vestidos de civiles, las fuerzas de seguridad deben de parar inmediatamente de emplear munición contra los manifestantes pacíficos y desarmados".
 
Fieles a Saleh se han desplegado desde primera hora en el centro de Saná en claro desafío a los manifestantes que han tomado las calles al término de las oraciones de mediodía. Algunos van en moto con carteles con el rostro de Saleh impreso, ondenado banderas y escuchando himnos patrióticos. "No al caos, sí a la seguridad y la estabilidad", rezan algunas de sus pancartas.
 
Saleh, que lleva 30 años en el cargo, supervisó la unificación del norte y el sur de Yemen en 1990 y salió victorioso de una guerra civil cuatro años después, no ha dado muestras de querer abandonar el poder. Saleh no abandonó el tono desafiante en un nuevo discurso ante la cúpula militar este jueves, ofreciendo simplemente una amnistía a los militares insurrectos que se arrepintieran.