Sigue el conflicto en Télam, y Granovsky cada vez más 'Luchodependiente'

No cesa el conflicto laboral en la agencia estatal Télam, aunque la Comisión Interna insiste en su voluntad de negociar, para lo que se han dirigido ante el Ministerio de Trabajo buscando una conciliación obligatoria.

Martín Granovsky, presidente de la agencia estatal Télam, sigue empeñado en que su inflexibilidad obligará a los periodistas, administrativos y trabajadores de maestranza a retroceder en un conflicto que ya ingresó a su 8vo. día y sin horizonte de resolución.
Granovsky confía en el apoyo del ex sindicalista Luis Giménez, más conocido como 'Lucho', tal como hicieron los anteriores responsables de Télam, especialmente durante los '90 menemistas.
La diferencia es que Giménez hoy carece de la representatividad de entonces, y representa un aspecto muy controversial del pasado de Télam; además, algo que no advirtió Granovsky, logró unificar a personal muy diferenciado en lo ideológico.
Giménez tiene una relación con el Sindicato de Camioneros, a través de Hugo y Pablo Moyano, pero eso carece de importancia en el conflicto, y en todo condiciona al 'progresista' Granovsky, quien realizó los despidos cuestionados para imponer la ética y la transparencia del Gobierno nacional en la agencia.
"Solamente le falta de apoyo de Carlos Ruckauf y Alfredo Atanasof", dijo un periodista de Télam.
El conflicto va ganando espacio en los medios de comunicación y en la política; algo que no le conviene ni a Granovsky ni a sus defensores en la Casa Rosada, que por cierto han disminuido, pero algunos quedan.
La Comisión Interna de Télam insiste en la necesidad de negociar varias condiciones que incluyen las reincorporaciones y un ajuste salarial, para lo cual se han dirigido ante el Ministerio de Trabajo, solicitando una conciliación obligatoria que varios funcionarios desean conceder cuanto antes.
Pero una conciliación obligatoria con la reincorporación de los despedidos -algo habitual en los conflictos sindicales- dejaría muy debilitado a Granovsky, por la inexperiencia con la que abordó el conflicto. Solamente en ese marco puede explicarse la soberbia de algunas de sus actitudes cuando, en definitiva, él es un funcionario público insertado en una administración que no quiere problemas con la prensa.
Hoy habrá repercusiones en Diputados por el conflicto, y ya hay legisladores oficialistas muy enojados por tener que defender despidos y otras arbitrariedades, y porque no les consta que lo que ejecutó Granovsky termine siendo lo mejor para la agencia Télam.