9 DE JULIO
La importancia de un desfile
Lo simbólico es importante en la construcción de valores y desafíos de una sociedad. Un desfile es más que pasar revista a un grupo de personas. Hay un espíritu especial que va más allá de lo que se ve. La suspensión del desfile del 9 de Julio dice más sobre la Argentina presente que la mera suspensión de un rito. Algunos se preguntan: "¿Cómo puede ser que el 24 de marzo, Día de la Memoria, resulte más importante que el Día de la Independencia?" Algo no funciona correctamente y no hemos Cambiado nada.
El siguiente texto fue autoría de Luis Noailles French, por entonces oficial de Caballería con rango de mayor:
A fines de 1933 volvíamos de la Cambai situada al Norte del río Mocoretá en la Provincia de Corrientes. Luego de realizar unas maniobras muy lluviosas, ya atravesamos el nombrado río, con 1.000 metros de ancho a nado y 5 kilómetros de bañado, cansados y con la ropa húmeda.
A la cabeza de la columna marchaba el Teniente Coronel Donovan con su ayudante el Subteniente Espinosa. Atrás de ellos marchaba yo con la bandera de guerra enfundada, luego los 5 escuadrones.
Serían las 11 horas y el sol rajaba la tierra y la humedad era insoportable. Desde una lomada vimos un grupo de chicos, acompañados por una maestra de nomás de 20 años corrían hacia el camino. Al fondo se divisaba una escuela rancho y su bandera.
El Teniente Coronel Donovan ordenó al corneta de órdenes de alto y el Regimiento se detuvo. Luego hizo tocar “Prepararse para desfilar” y a mí, me ordenó: "Subteniente, desenfunde la bandera". Hizo pasar la banda al frente y esperamos que la Señorita maestra llegara con los chicos al alambrado.
Arrancó la banda y él se dirigió hacia el grupo de argentinos y saludando a la Señorita y pidiéndole permiso para iniciar el desfile con su sable desenvainado. Los chicos eran una sola boca abierta y la maestra lloraba; digo mal, sollozaba.
Estábamos listos y todo el Regimiento 6to. de Caballería rindió honores a ésa maestra y a sus alumnos, mientras las lágrimas brotaban silenciosas y ése grupo humano argentino miraba absorto a las armas de la Patria que reconocían sus sacrificios por hacer cada día algo por la Argentina.
Fué para mí el más brillante desfile de toda mí carrera militar, que hoy a mís 86 años (l998) me emociono hasta las lágrimas cuando recuerdo el momento que Dios me permitió vivir....