Una finca donde el "Rey de la cocaína", el narcotraficante más famoso y millonario de la historia, Pablo Escobar, realizaban operaciones ilícitas hace más de 25 años, fue reciclada y hoy es una experiencia entretenida para los turistas que visitan Guatapé, Colombia.
LA RECICLADA FINCA DE PABLO ESCOBAR
Un vistazo al lujoso mundo del "Patrón del Mal"
Una de las mansiones donde el narcotraficante más famoso de la historia, Pablo Escobar, escondió cocaína y dinero en efectivo, es hoy un atractivo turístico en ruinas para los amantes del paintball. La finca de más de 20 acres ubicada en Guatapé Colombia deja imaginar lo que era la lujosa y ostentosa vida del "Rey de la Cocaína", incluso 25 años después de que fue volada con 200 kilos de TNT, por el Cartel de Cali, en un intento fallido de asesinato.
La mansión de 20 acres, que fue comprada y nombrada en honor al nacimiento de Manuela en 1984, hija del capo colombiano, se utiliza hoy como una sala paintball.
En su tiempo, Pablo Escobar mandó a construir paredes de doble fondo para ocultar efectivo y cocaína.
La quinta contaba con una discoteca privada, piscina, una casa para huéspedes, un muelle de hidroaviones, canchas de tenis y un campo de fútbol, que en realidad era utilizada como un helipuerto.
No obstante, en 1993, año en el que Escobar es dado de baja en Medellín, un grupo llamado "Los Pepes" y financiado por el Cartel de Cali, destruyó La Manuela al detonar 200 kilogramos de dinamita (TNT) en uno de los baños del lugar.
Ahora la bombardeada mansión se utiliza como campo de paintball, dónde los turistas además de conocer parte de la historia contemporánea de una de las organizaciones ilícitas más importantes y poderozas del mundo, pagan 170.000 pesos colombianos, unos US$ 50, por una ronda de policías contra narcos.
La propiedad que se encuentra en estado de abandono, cuenta con un bar que mantiene a los huéspedes alimentados e hidratados.
Un visitante londinés, quien recorrió la finca en un caluroso día, calificó de "irónico" el uso actual que se le da a la propiedad. "Creo que es bastante irónico que se lo esté utilizando; me imagino que es bastante similar a lo que estaba sucediendo cuando Pablo tuvo que huir", dijo.
Las marcas de balas y los escombros del bombardeo aún son visibles, mientras la naturaleza recupera parte de las estructuras que aún quedan en pie.
Además, se evidencian en las estructuras agujeros labrados por las manos de varios buscadores de tesoros que anhelaban encontrar parte de la fortuna del capo.
Según Carlos Ramírez, un visitante que creció en Colombia durante las décadas de los 80 y 90, nadie encontró ni un solo dólar perteneciente al "Rey de la cocaína".
"Mucha gente entraría y comenzaría a perforar las paredes para ver si podían encontrar dinero, es muy típico en propiedades de este tipo. Pero incluso ahora, todavía se puede ver lo magnífica que fue la mansión", explicó Ramírez.
Al explorar las instalaciones, se pueden observar grandes salas, terrazas y balcones; Mientras que la parte posterior y el área de la piscina, que contaba con playa y asador, hacen imaginar el tipo de reuniones que allí se celebraban.
Aunque ahora pertenece al Estado colombiano, se lleva a cabo una disputa legal sobre la propiedad, en curso, interpuesta por el excuidador de Pablo.
"El mayordomo de esa época está luchando por ello y dice que ha trabajado allí durante 20 años, por lo que afirma que tiene derecho a ello", agregó Ramírez.
Tal era la riqueza de Escobar que, según su hermano y contador, Roberto Escobar, gastaban US$ 2,500 en bandas elásticas cada mes solo para mantener el dinero en efectivo.
Después de la muerte de su padre, Manuela Escobar huiría de Colombia con su madre en 1995 y eventualmente se instalaría en Argentina.