EDUCACIÓN RELIGIOSA

En Brasil le cumplen el sueño a Urtubey (pero con matices)

El máximo tribunal brasileño autorizó que se impartan clases de una religión específica en las escuelas públicas de enseñanza primaria, aunque destacó que dichas clases no pueden ser obligatorias. Así, quedó descartado un recurso presentado por la Procuraduría en 2010, que consideraba inconstitucional un acuerdo firmado entre Brasil y el Vaticano que preveía "la enseñanza religiosa, católica y de otras confesiones religiosas" en las escuelas, cuestionando la posibilidad de que hubiese "catequesis" o "proselitismo" en las aulas, contra la neutralidad que debe mantener el Estado laico.

Mientras en Argentina se espera el fallo de la Corte Suprema de la Nación sobre la obligatoriedad de la educación religiosa en la provincia de Salta, el Tribunal Supremo de Justicia de Brasil aprobó el miércoles 27/9 que las escuelas públicas de ese país ofrezcan aulas de una religión específica, aunque señaló que no se puede obligar a los estudiantes a asistir a dichas clases y que deben contar con el permiso de sus padres para participar.

La constitucionalidad de la llamada enseñanza confesional en la escuela pública en Brasil, fue aprobada por apenas un voto de diferencia (fue decisivo el de la magistrada presidenta Cármen Lúcia Antunes Rocha). Con esta decisión de la Corte, seguirán estando permitidos en Brasil los modelos de enseñanza confesional, no-confesional y también el llamado interconfesional, con clases sobre valores y prácticas religiosas basadas en características comunes de las religiones.

Así, fue rechazado un recurso presentado en 2010 por la Procuraduría General de la República, que intentaba impedir que los profesores fuesen representantes de una religión específica o pudiesen privilegiar una creencia por sobre otras. Este proponía que las clases se limitaran a la exposición de las doctrinas, historia, prácticas y dimensiones sociales de las diferentes creencias, así como del ateísmo y del agnosticismo -lo que se llama el modelo 'no confesional', explica Renana Ramalho del portal Globo.

El argumento de la Procuraduría sostuvo que el carácter laico del Estado no significa vetar la enseñanza religiosa de las esculeas públicas, pero impone la "neutralidad" en relación a las distintas religiones presentes en la socidad brasileña. El recurso cuestionaba la posibilidad de que hubiese "catequesis" o "proselitismo" en las aulas. Y consideraba inconstitucional un acuerdo firmado entre Brasil y el Vaticano (decretado en 2010) que preveía "la enseñanza religosa, católica y de otras confesiones religiosas" en los horarios normales de las escuelas públicas de enseñanza primaria, explica Ramalho.

El acuerdo, del año 2008 -cuando Luiz Inacio Lula da Silva era el Presidente brasileño y Benedicto XVI el Papa-, estipula además el estatus jurídico de la Iglesia Católica Apostólica Romana en Brasil, el país católico más grande del mundo. "El tratado garantiza a toda la sociedad una enseñanza religiosa en las estructuras públicas. Abrimos así una puerta no sólo a los católicos sino a las otras confesiones religiosas. Garantizamos una mayor expresión, una mayor libertad para las otras confesiones, con espíritu de libertad religiosa", decía al respecto por ese entonces quien era el nuncio (embajador) del Papa en Brasil, el monseñor Lorenzo Beldisseri a la radio Vaticana. Y agregaba: "Ahora la Iglesia tiene una personalidad jurídica cierta, que es lo que los obispos de Brasil trataron de establecer. El acuerdo contempla todos los temas que se refieren a la evangelización como misión de la Iglesia, en relación con la sociedad y al Estado." Los sacerdotes y los agentes pastorales en Brasil "podrán entrar en las estructuras sanitarias, penitenciarias, escolásticas y en todos los otros lugares donde la Iglesia pueda llevar su mensaje espiritual".

El juez Luis Roberto Barroso, quien votó en contra de las clases de religión en escuelas públicas, se posición a favor del veto a la admisión de profesores "en calidad de representantes de confesiones religiosas" (como padres, pastores, rabinos, etc.). "Las escuelas privadas pueden estar ligadas a cualquier confesión religiosa, lo que igualmente es legítimo. Pero no la escuela pública. La escuela pública le habla a los hijos de todos, y no a los hijos de los católicos, los judíos, los protestantes", afirmó.

Desde la otra vereda, Alexandre de Moraes argumentó que impedir la promoción de las creencias es contraria a la libertad de expresión de los profesores, explica Globo. Según él, la adopción de un modelo opuesto llevaría al Estado a definir el contenido de la disciplina, creando así una "religión estatal", explica Globo. Además consideró que sólo los prepresentantes de las religiones, quienes defienden su fe, tienen el dominio suficiente de sus preceptos como para enseñarlos. Antunes Rocha esgrimió en su voto que "es posible ofrecer contenido confesional en materias no obligatorias en las escuelas públicas", destacando el carácter optativo de la disciplina. La magistrada considera que la decisión no contradice el carácter laico del Estado debido a que la disciplina no puede ser ofrecida en carácter obligatorio.

Hay que aclarar que lo que está en discusión en la Corte argentina es la obligatoriedad de la enseñanza religiosa en las escuelas públicas de Salta -iniciativa del gobernador Juan Manuel Urtubey y que ha sido convalidada por el máximo tribunal de Justicia de esa provincia-, luego de que la ONG Asociación por los Derechos Civiles (ADC) y un grupo de madres de menores que concurren a la escuela publica de Salta, presentaran un amparo colectivo contra el Estado Provincial, con el objeto de que se declare la inconstitucionalidad de la legislación. Los actores sostienen que las normas, del modo en que son aplicadas, imponen la religión católica como enseñanza obligatoria en las escuelas públicas y el adoctrinamiento de menores cuyos padres poseen otras creencias, señaló el Centro de Información Judicial. El gobierno de Salta sostiene que no se trata solamente de educación católica, sino religiosa integral, y que se enmarca dentro del credo que los padres elijan para sus hijos.

La semana pasada, el jefe de redacción de Charlie Hebdo, Gérard Biard, dijo en entrevista con el diario La Nación: "El gran problema con la cultura democrática es la deferencia cada vez más grande que se tiene en Occidente hacia lo religioso. Esto es particularmente flagrante con el islamismo, pero también con el catolicismo." Según Biard, la voluntad de extender el poder político de las religiones "plantea un problema a nivel democrático, porque cuando se hacen leyes que se apoyan en preceptos religiosos no hay posibilidad de democracia."

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