La victoria tiene matices. Las primeras proyecciones, al cierre de los colegios electorales, apuntan a un resultado menos abultado de lo que algunos sondeos aventuraban en los últimos días. Y la abstención récord, casi un 57%, obliga a rebajar el triunfalismo del macronismo.
ELECCIONES EN FRANCIA
Ganó Macron pero Le Pen ya es diputada y es récord el desinterés
La República en Marcha, el joven partido del presidente francés Emmanuel Macron, demostró su fuerza imparable en la 2da. vuelta de unas elecciones legislativas marcadas por una abstención récord, según las primeras proyecciones de voto difundidas por los medios franceses. Macron culminó su inesperado trabajo de demolición del viejo sistema partidista. En la Asamblea Nacional aterriza otra generación de diputados, inexpertos en su nueva profesión y devotos del Presidente, a quien le conceden una mayoría absoluta para imponer sus prometidas reformas económicas. Pero Marine Le Pen es, por 1ra. vez, diputada.
La República en Marcha, el partido del presidente francés, Emmanuel Macron, terminó de demostrar su fuerza imparable al ganar la mayoría absoluta de la Asamblea Nacional en la 2da. vuelta de unas elecciones legislativas marcadas por una abstención récord, según las primeras proyecciones de voto difundidas por los medios franceses tras el cierre de los comicios.
Más que un partido, es un movimiento a medida de Emmanuel Jean-Michel Frédéric Macron, de 39 años, el líder francés más joven desde Napoleón Bonaparte, y quien, desde el centro político y buscando superar la división izquierda/derecha, en apenas 2 meses ha refundado el sistema: él es la mayoría Macron y del otro ladod hay una heterogénea cantidad de minorías.
Según estas primeras proyecciones, el oficialismo de Macron y su aliado de centro, el MoDem, obtendrían entre 352 y 360 bancas -muy por encima de los 289 que necesita para dominar la cámara-, mientras que la alianza entre los conservadores -Los Republicanos- y sus socios centristas de la UDI se alzarían con 125 diputados.
Mucho más lejos se ubicaría el oficialismo saliente del Partido Socialista con 49 asientos. La derrota fue tal que inmediatamente después de conocerse las primeras proyecciones, el líder de la fuerza, Jean-Christophe Cambadélis, anunció su renuncia y adelantó que el partido quedará a cargo de una conducción colegiada.
Nunca en unas elecciones legislativas bajo la V República, fundada en 1958, la tasa de participación había sido tan baja. Un 43% de franceses con derecho a voto decidieron no ejercerlo. O lo que es lo mismo: un 57% se abstuvo, un nivel que supera en más de diez puntos el récord anterior, de 2012.
El abstencionismo de estas elecciones —las mismas que han supuesto una ratificación clara del nuevo presidente, Emmanuel Macron— se explican por una confluencia de varios motivos:
* La fatiga electoral. A las dos vueltas de las elecciones legislativas en junio y de las presidenciales en abril y mayo, se suman las primarias de los dos grandes partidos, el PS y Los Republicanos, también a dos vueltas, y una campaña que se ha alargado casi un año.
* La sensación de que las legislativas estaban decididas de antemano. Todos los sondeos —y tanto en las presidenciales como en las legislativas los institutos demoscópicos han acertado el resultado— coincidían en que la victoria de La República en marcha, el partido de Macron, sería amplia. No había el mínimo margen para la sorpresa.
* Una apatía ante la ola Macron, visto como inevitable, apatía que puede interpretarse como un voto de confianza: la voluntad de darle la oportunidad de gobernar cómodamente.
* La abstención refleja la incapacidad de los otros partidos para movilizar a sus votantes. No ha habido una alternativa a Macron que sea ilusionante.
"Hay que construir una nueva oferta política de izquierdas para contrarrestar el neoliberalismo y el nacionalismo. (...) Los franceses han elegido dar una oportunidad al presidente y no han dejado opciones a sus adversarios. Tiene todo el poder. Pero su triunfo esconde un lado artificial (...) porque su imponente mayoría no refleja la realidad social del país", advirtió desde la sede parisina del PS, según la agencia de noticias Efe.
Aún por detrás de los socialistas se encontraría la principal fuerza de izquierda del país, La Francia Insumisa, con 30 bancas, y el mayor partido de extrema derecha, el Frente Nacional, con apenas 8 diputados, aunque entre ellos su presidenta y ex candidata al Palacio del Elíseo, Marine Le Pen, quien ambiciona ganar protagonismo desde la oposición a la mayoría absoluta de Macron.
Con estas proyecciones, Benjamin Griveux, el vocero de la República en Marcha y candidato por Paris, no dudó en salir a festejar por televisión.
"Tenemos una mayoría clara que se expresó, una mayoría con socios. Habrá una mayoría con una oposición. Eso es una buena noticia", aseguró el dirigente del nuevo oficialismo de Macron en la emisora TF1.