CARRERA ARMAMENTISTA 2016

Aviones de combate: Rusia y China disputan la superioridad a USA

Carrera multimillonaria por conseguir nuevos modelos de aviones de combate que permitan sostener la ambición de supremacía en caso de un conflicto bélico. USA, Rusia y China compiten abiertamente aunque, por ahora, USA y Rusia tienen mayor capacidad de desarrollo tecnológico aeroespacial que China.

Rusia y China están buscando superar a Estados Unidos y a las potencias occidentales en la fabricación de una nueva generación de aviones de combate, así como de artillería antiaérea.

“Durante más de 2 décadas, las aeronaves de combate piloteadas por Estados Unidos y sus aliados europeos, han básicamente dominado el cielo. Ahora, Rusia y China están gastando abundantemente en armas que podrían disputar esa superioridad, estimulando una nueva carrera armamentística”, escribió Robert Wall, del diario de negocios The Wall Street Journal. Los avances llegan al mismo tiempo que Moscú “ejercita sus músculos” en puntos calientes tales como Europa del Este y Medio Oriente, así como lo hace Beijing en el Mar del Sur de China, área que se disputa con sus vecinos.

Esto aumenta la urgencia de USA de ponerse al día. “El desafío más acuciante para la Fuerza Aérea de Estados Unidos, es el ascenso de las capacidades militares de sus competidores, quienes disputan las nuestras”, dijo el general David Goldfein, jefe adjunto del Estado Mayor de la US Air Force, en junio (días antes de ser nombrado para el puesto).

2 meses después, la Fuerza Aérea estadounidense presentó su nuevo avión de combate F-35, el más caro de la historia.

Diseñado para ser indetectable en los radares, el F-35 está especialmente construido para la estrategia de golpes limitados y precisos que se han vuelto la insignia de la acción militar occidental desde el bombardeo de la OTAN en Bosnia en los ’90, explica Wall. Las naves fueron desarrolladas por la compañía Lockheed Martin, que construyó 2.443 unidades, a un costo total de US$ 400.000 millones.

"Es sólo el comienzo hacia lo que será eventualmente la capacidad total de combate de la serie F-35", dijo en ese momento el general Herbert Carlisle, quien encabeza la división de Combate Aéreo –también conocido como ‘El Halcón’-. Sin embargo, diversos analistas consideran que si bien el F-35 es una aeronave sigilosa, perdería en el combate cuerpo a cuerpo con sus contrapartes rusas.

El T-50 ruso y el J-31 chino: últimas apuestas de Moscú y Beijing

Debido al alto costo del desarrollo del F-35, dejó de fabricarse el Raptor F-22, considerado por muchos el “Ferrari” de los aviones de caza. Había sido estrenado en 2005 y estaba diseñado para derribar aeronaves enemigas mientras volaba al doble de velocidad que el sonido.

El F-22 había luego evolucionado hacia un bombardero, además de haber adquirido la capacidad de absorber información de territorio enemigo.

China tiene el caza Chengdu J-20, que es parecido al F-22 estadounidense, pero todavía no lo ha introducido en el servicio militar. El general He Wei Rong, Comandante en Jefe de la Fuerza Aérea China, había prometido en noviembre de 2009 que aspiraba a que el J-20 entrase en servicio operacional entre los años 2017 y 2019.

El J-20 fue uno de los programas de avión de combate de furtivo con el código J-XX, desarrollado por Chengdu Aircraft Design Institute. Es una aeronave del tipo monoplaza, grande y pesado, con motorización de doble turbina, y que su apariencia se asemeja tanto a la del Sukhoi T-50 como al Lockheed Martin F-22 Raptor.

Un portavoz del Pentágono, David Lapan, ha afirmado que uno de los mayores problemas de la industria aeronáutica china es que depende en gran parte de los motores de turbina, que le son provistos desde siempre por Rusia. Es demasiado pronto para decir si China es capaz de fabricar un avión de "5ta. generación" en forma totalmente independiente, de principio a fin, según expertos internacionales del Centro de Análisis de Estrategias y Tecnologías de Rusia.

El J-20 inicialmente volaba con 2 motores de jet rusos AL-31F, diseños tomados del anterior modelo de avión de combate Su-27 de "4ta. generación" de combate de la ex URSS, que entró en servicio en China a mediados de la década de 1980.

China trató de fabricar sus propios motores pero la fabricación nacional, tratando de imitar el diseño del motor AL-31F, no está al mismo nivel de tecnología que los nuevos motores de turbina de Rusia, del caza Sujoi Su-30 y el más avanzado Sujoi Su-35.

China trata de vender armas diseñadas como clones de los aviones de combate rusos, a precios de descuento en el mercado internacional de armas (US$ 10 millones para un Shenyang J-11 fabricado en China bajo licencia del Sujoi Su-27, mientras que el costo del avión Su-27 original ruso es de más de US$ 30 millones), y sigue comprando motores rusos y ciertas partes de estos motores como repuestos, en cantidades que superan la necesidad del mantenimiento rutinario.

El nuevo motor de turbina ruso, el más moderno AL-41F1C es el que China necesitaría para hacer del J-20. En 2010, cuando el ministro de Defensa ruso, Anatoly Serdyukov estaba en visita a China, Beijing propuso comprar los motores 117C, base del AL-41F1C, pero la oferta fue rechazada. Rusia acordó vender solamente los aviones "Su-35" totalmente ensamblados, con sus motores originales AL-41F1C.

Se desconoce cómo China resolvió el problema finalmente.

Además, Beijing comenzó en 2012 vuelos de prueba para el Shenyang J-31 "Gerifalte", que incorpora motores RD-93 de fabricación rusa, para competir en los mercados internacionales con el avión estadounidense F-35.

El J-31 es una aeronave de menor tamaño y supuestamente de mayor agilidad que el Chengdu J-20. Una similitud que comparten el J-31 y el F-35C es la doble rueda frontal en el tren de aterrizaje.

China depende históricamente de los diseños rusos, muchos de ellos viejos y algunos construidos domésticamente con licencia. Esto está cambiando. La fuerza aérea china está “rápidamente cerrando la brecha con las fuerzas aéreas occidentales en un amplio espectro de capacidades”, dijo este año el Pentágono en su evaluación anual del Ejército chino, según reveló The Wall Street Journal.

Mientras tanto Rusia planea presentar su primer avión de caza furtivo, el T-50, en 2018. Con bimotor, el T-50 está diseñado para ser muy maniobrable y equipado con electrónica sofisticada que le permite detectar naves enemigas a millas de distancia, explica Wall.

El T-50 está programado para ser el sucesor del MiG-29 y el Su-27 en la Fuerza Aérea de Rusia y servir como base del Sukhoi/HAL FGFA, que es la versión del T-50 para la India

"El T-50 va a superar a los cazas estadounidenses F-22 y F-35 en todos los aspectos técnicos", dijo el comandante en jefe de la Fuerza Aérea de Rusia, Viktor Bondarev, según la agencia de noticias RT. El coste del avión por unidad se estima en US$ 100 millones.

Bondarev mencionó además que la velocidad máxima del T-50 llegará a más de Mach 2. (El F-22 llega a Mach 1.7 y el F-35 llega a Mach 1.6, según datos revelados por The Wall Street Journal).

El T-50 cuenta con una cabina con recubrimiento dorado,igual que el F-22 mediante un proceso en el que se agrega oro, indio y estaño a la cúpula, para proteger el instrumental del caza de los rayos UV, así como también evitar emisiones de los instrumentos al exterior y ser detectados por radares enemigos.

Moscú ya ha envido sus nuevos aviones de combate, tales como el bombardero Sukhoi Su-34 y el caza Sukhoi Su-35, a Siria, para probarlos en acciones de guerra.

El F-35, sigiloso y de amplio rango visual, pero flojo en el combate cuerpo a cuerpo

El investigador Justin Bronk, del Royal United Services Institute, una organización británica especializada en defensa y seguridad, dijo al portal Business Insider que el caza estadounidense F-35 no podría “ni en un millón de años” superar al ruso Su-35 en un combate.

Bronk aseguró que en su etapa temprana de desarrollo, el F-35 perdió varias batallas aéreas simuladas frente al también estadounidense F-16, destinado precisamente a ser reemplazado por el F-35.

La nueva aeronave de combate estadounidense posee características que lo hacen sigiloso e indetectable –tales como sus pequeñas alas-, pero no está preparado para los combates a corta distancia, señala Bronk.

El caza gana en sigilo lo que pierde en capacidad de bombardeo, movilidad y habilidad de combate. Comparándolo con el ruso Su-35 o con el europeo Eurofighter Typhoon, no está claro que el F-35 pueda mantener la relación positiva peso-potencia que esas 2 aeronaves sí pueden, y que les permite acelerar verticalmente y realizar giros bruscos de manera exitosa.

Si bien el F-35 sí tiene esa relación positiva, no está claro que se mantenga constante cuando el avión está cargado con combustible y municiones de combate, dice Bronk.

La US Air Force, explica el especialista, sacrificó a sabiendas la capacidad del combate cuerpo a cuerpo del F-35, a cambio de mayor sigilo y percepción a distancia.

“La clave del F-35 es que puede ver a los aviones enemigos desde mucho más atrás que el rango visual, y atacarlos con misiles avanzados”, explica Bronk.

En la misma dirección apuntó Dave Majumdar, editor de la revista especializada en asuntos de guerra y seguridad, National Interest. Majumdar también advierte que el F-35 es muy vulnerable en el combate cuerpo a cuerpo.

"¿Cómo reaccionaría un grupo de cuatro F-35 al enfrentar cuatro aviones Su-35? Lo más probable es que cambiarían de curso y solicitarían ayuda de los F-22 y F-15, desarrollados exactamente para obtener superioridad aérea", admitió el experto.

La ventaja de USA podría durar poco

Estados Unidos todavía mantiene la delantera, explica Wall: sus aviones indetectables por radar ya están operando, mientras que Rusia y China todavía están desarrollando los suyos.

Pero esa ventaja podría durar poco: China y Rusia no solo están desarrollando aeronaves nuevas, sino que también están diseñando sistemas anti-aviones más sofisticados.

Moscú dice que su nuevo sistema antiaéreo S-400 Triumf puede derribar aviones en un rango de 236 millas (379,8 Km.). En agosto, el ministro de Defensa ruso anunció que el sistema sería enviado a la recientemente anexada Crimea, en medio de una escalada de las tensiones con Ucrania.

“Eso complica enormemente el desafío de conducir cualquier tipo de operación militar”, dijo David Deptula, un teniente general retirado de la fuerza aérea de USA, según The Wall Street Journal.

Moscú está, además, promocionando sus nuevos sistemas de defensa aérea para la venta en el exterior.

Por otro lado, China este año envió su sistema de defensa aérea tierra-aire HQ-9 a la principal isla del archipiélago Paracelso, en el Mar del Sur, una zona disputada por Vietnam.

Para enfrentar estos nuevos desafíos, Estados Unidos necesita misiles de largo alcance que permitan a los aviones actuales poder dispararle a los objetivos desde una distancia mayor, fuera del alcance de los detectores de sus adversarios, dijo recientemente la Fuerza Aérea norteamericana en una evaluación reciente de necesidades de combate.

USA está además produciendo nuevos aviones que se estrenarían para 2030, dijo en julio Herbert J. Carlisle. También los ministros de Defensa europeos han empezado a considerar nuevas aeronaves de combate, según dijo Douglas Barrie, investigador de espacio aéreo militar en el Instituto Internacional para Estudios Estratégicos en Londres, a The Wall Street Journal.