Si la balanza comercial hablara, alertaría que el relegado nivel del Tipo de Cambio Real Multilateral de la Argentina –considerando una canasta de monedas integradas por el dólar, euro, real y yuan– es uno de los factores que afectan a la competitividad argentina y, junto a una elevada presión impositiva, conflictividad sindical y déficit de infraestructura, explican la destrucción de empleos privados que se viene registrando en los últimos años.
DILEMA DEL TIPO DE CAMBIO
La agroindustria se visten de tuerto en la balanza exportadora de los ciegos
"Diversificar los mercados, diversificar el número de nuestras compañías exportadoras y, por supuesto, diversificar productos", es el trisagio macrista que consta puesto en números en el proyecto de Presupuesto 2017 enviado al Congreso. El Presidente les repitió a los ministros que lo confeccionaban, similares conceptos a los que expresó en la Rural de Palermo: que quiere más exportaciones del país que agreguen valor para que Argentina sea "el supermercado del mundo". Y así este rubro, junto a inversiones, son los pocos puntales del modesto crecimiento del 3% del PIB planteado para el año que viene. El gobierno cruzó el Rubicón del 1er. semestre con el platillo de los ingresos de la balanza comercial inclinado a las exportaciones agroindustriales en un 66%, cuando el año pasado era 38%. Y ello no obstante que fueran 23% menores a 2011. Lo que sucedió fue que entre la caída del precio de los commodities, el declive del resto de las manufacturas y los cierres de mercado en 33 países, nuestra venta general al mundo se vino a pique, a tal punto que hasta el número de exportadores registrados se redujo de 16.000 a 9.500.
Pero como el indicador del comercio exterior no se expresa en palabras, sí lo hace un vocero sectorial como valorsoja: “La política macroeconómica instrumentada por el equipo macrista no logró –o no quiso– resolver la apreciación del tipo de cambio real que venía de arrastre del último tramo del (des) gobierno kirchnerista. El resultado: los argentinos con mayores ingresos siguen aprovechando el dólar barato para viajar a otras naciones del mundo, al tiempo que para los turistas extranjeros seguimos siendo un destino caro (a pesar de los extraordinarios activos turísticos culturales y naturales presentes en territorio argentino)”.
Aún con el dólar atrasado respecto del período 2002-2008, en que florecieron las exportaciones agroindustriales, la industria de la alimentación lleva ocupado este año el 66% de las exportaciones totales del país, conforme anunció la secretaria de Mercados Agroindustriales, Marisa Bircher, en la jornada "Los nuevos desafíos" organizada por la Cámara de Exportadores de la República Argentina (CERA).
Es un porcentaje significativo, pero se da en medio de un derrumbe general de las ventas al exterior de manufacturas, de las que la alimentación representa el 25%.
Marcelo Elizondo, director de DNI, explica la decadencia comercial tomando como punto de partida el pico del 2011, cuando se exportaron bienes por US$ 84.000 millones y el año pasado se bajó a menos de US$ 60.000 millones.
Pero al mismo tiempo se ve en que hace 4 años había unas 7.000 empresas que vendían regularmente en el exterior y esa cantidad se redujo en 2.000, “porque ya no tienen competitividad y se terminan volcando al mercado interno o se van del país", dijo uno de los fundadores de ExportAr.
La menor participación empresarial en la columna de entradas de las divisas, torna más dependiente a la economía nacional de lo que traigan las compañías agroindustriales integradas en CIARA (Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina), que en el 1er. semestre del año totalizaron US$ 13.280 millones.
Los alimentos financian a los viajeros al exterior
Sin embargo, en el mismo lapso, se produjo un déficit comercial turístico de US$ 4.251 millones, según datos del Mercado Único y Libre de Cambios publicados por el Banco Central (BCRA), que equivalen al 32% del ingreso efectuado a través de las agroindustrias. Se habían registrado salidas de divisas por US$ 4.118 millones y 866 millones en los rubros “turismo y viajes” y “pasajes de buques, aeronaves y medios de transporte terrestre”, respectivamente, mientras que por esos mismos conceptos el ingreso de divisas fue de apenas US$ 721 y 12 millones.
Existe una relación entre el turismo receptivo y el desarrollo de la cadena de valor de la agroindustria argentina, al convertirse los visitantes extranjeros en embajadores de productos argentinos (como las carnes, las clásicas empanadas, el vino). Pero un tipo de cambio real sobrevaluado torna casi imposible la interacción entre servicios y productos que brinda el movimiento de las personas.
No obstante, el equilibrio cambiario no figura en la agenda que manejan los funcionarios del gobierno. La secretaria de Mercados Agroindustriales expuso ante Cámara de Exportadores de la República Argentina (CERA) la situación actual e invocó “la fuerte responsabilidad de acompañar y ayudar a todos los exportadores de alimentos".
Pero sin entrar en el tema de la competitividad, mencionó "el desafío de profundizar el comercio con los mercados abiertos, trabajar activamente para abrir los que están cerrados y continuar abriendo nuevos mercados para reposicionar a la industria argentina en el mundo".
Hay señales promisorias: los productores de uva de Argentina obtuvieron acceso al mercado chino, y el país puede otra vez vender carne vacuna a USA después de 15 años de una prohibición vinculada con la fiebre aftosa. Además, dijo la secretaria Bircher, Argentina está hablando con 33 países para mejorar el acceso al mercado.
Señaló que "al presente Argentina se encuentra con más de 90 mercados abiertos para el sector de la carne, con más de 70 para las legumbres, con un promedio que supera los 50 mercados para el sector frutihortícola".
Y sostuvo que se "está trabajando intensamente en una agenda interministerial con Cancillería y el Ministerio de Producción", a la vez que enfatizó que "se está revitalizando la agenda con el Mercosur, lo que es una prioridad para nosotros".
Hasta el año pasado, COPAL (Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios) exportaba a 184 mercados. entre granos, carnes, derivados, aceites, vinos y todo tipo de comestibles por valor de US$ 26.500 millones, al tiempo que aportó 72 millones de toneladas a las ingestas de casi todo el mundo. Representaron el 38% de las exportaciones totales. Dispuso para ello del 80% de las tierras cultivables, pero hubo que lamentar en los últimos 4 años la pérdida de 40 y hasta 70 mercados.
La cúpula de la industria de los comestibles recuerda que en 2011 se exportaban alimentos industrializados y procesados por US$ 30.000 millones frente a una importación de 1.500 millones. Un saldo comercial contundente que encima se potenciaba con la distribución federal del valor agregado generado.
Con la salida del cepo, hubo un fuerte aumento interno en los alimentos, del que se culparon mutuamente productores y cadenas comerciales. Los industriales se defendieron diciendo que en el precio de los productos que venden casi el 41% son impuestos.
Por su parte, el presidente de CERA, Enrique Mantilla acentuó "5 buenas noticias que dieron inicio al año actual: un cambio profundo en las políticas; una mejora de las expectativas; el saneamiento del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC); una modificación en las reglas de juego que ya impactaron en el sector agroindustrial y la normalización de las relaciones políticas y financiera internacionales".
Además Matilla, agregó que "este gobierno ha puesto en marcha un giro estratégico en búsqueda de construir calidad institucional, teniendo en claro que el Estado debe ser competente y debe exigirse a sí mismo calificación".
En la apertura estuvieron también presentes los subsecretarios de Información y Estadística Pública, Rodrigo Bunge; y de Alimentos y Bebidas, Mercedes Nimo.