El 99% de las empresas en Argentina son Pymes y uno de los déficits marcados por los Ceos que asistieron al foro de inversiones es la poca integración productiva que tienen con el 1% restante, las multinacionales y equivalentes locales, dificultad de alineamiento que se traslada a las fuentes de financiamiento de unas y otras: la banca líder nacional y extranjera y el mercado de capitales atienden a las más poderosas y las entidades de menor tamaño se ocupan, aunque selectivamente, de las Pymes.
MERCADO DE CAPITALES
Que 'Nicky' arranque por los cheques de las Pymes y siga por los impuestos de los fondos
Transformar en títulos pasibles de ser negociados las facturas que descuentan las empresas en entidades financieras reguladas por el Banco Central, a través de contratos de factoring, es uno de los desafíos que se ha planteado el gobierno para incorporar a las Pymes a este instrumento algo sofisticado, en el que pueden repartir riesgos y bajar el costo financiero. Para ello las facturas tienen que validarse en la Bolsa y así quedar habilitadas para el crédito del IVA. También abre las puertas para que algunos proveedores que los canales comerciales le pagan a 180 días sin un instrumento de respaldo que cada Pyme pueda presentar en el banco y convertirlo en cheque en título ejecutivo, a una tasa similar a la que les aplican a los cheques de pago diferido. Pero el ojo del hombre de suma confianza que puso Mauricio Macri en la Bolsa, Nicolás Caputo, está enfocado en el marco tributario del mercado de capitales, que continúa siendo adverso al uso de instrumentos como los fondos cerrados de inversión, sobre los que recién ahora se plantea su revisión en el contexto de la anunciada reforma tributaria, complementaria al blanqueo de capitales.
Desde la vicepresidencia de la Bolsa, a 'Nicky' Caputo, que le tienen prohibida la cuchara y el balde, pilotea la misión de mejorar la ley de Mercado de Capitales para potenciarlo. Las asignaturas pendientes a resolver son la federalización y el desarrollo del mercado, la difusión y la educación financiera, la inclusión masiva del pequeño inversor y las pymes, la resolución sobre la estructura del nuevo mercado (ByMA), el funcionamiento efectivo de la interconexión, y la eficiencia de costos en todo el sistema de negociación y custodia.
Para ello intentan poner de acuerdo a los ministerios de Producción, y de Hacienda y Finanzas, la Comisión Nacional de Valores y la AFIP.
Ya el especialista Héctor Helman había alertado que la Ley N°26.831 no ha logrado aún poner en funcionamiento el potencial del mercado de capitales, ni ha comenzado a modificar hábitos de la cultura del ahorro y la inversión, tales como la preferencia por el corto plazo, la tenencia en moneda extranjera y la tenencia fuera del sistema formal.
La ley de mercado de capitales que reemplazó a la N°17811, vigente por más de 40 años, significó el final de la mutualización y de la autorregulación, en línea con la tendencia mundial que cobró fuerza a partir de la crisis financiera del 2008, cuando la autorregulación dejó de ser la panacea idolatrada por los mercados y se convirtió en una de las causa primordiales del desequilibrio financiero.
Subrayó que el fin de la autorregulación y la mutualización fueron cambios relevantes pero insuficientes.
En casi 4 años, desde su sanción, prácticamente no se ha avanzado en el resto de los objetivos estratégicos planteados por la ley.
Pasaporte a los bancos
“Con el frac y la galera le cobramos a cualquiera”, prometía la ingeniosa y agresiva publicidad de una empresa que se especializaba en recuperar créditos de las carteras de morosos o incobrables entre las Pymes, que aunque sean amplia mayoría entre las empresas privadas siempre han tenido aceptación limitada en los bancos.
Lo que no lograban a través de sus métodos administrativos de cobranza, ni de estudios de abogados o trámites judiciales, se reforzaba con acciones personalizadas, sea atemorizarlos o ridiculizarlos, hacia los incumplidores.
Solían acceder al capital de trabajo que requiere su giro comercial en un espinel alternativo, compuesto por mutuales, cajas de crédito, cooperativas, compañías financieras mientras eran más liberales en cuanto a regulaciones hasta que fueron institucionalizadas en la órbita del Banco Central.
El típico recurso comercial de descontar cheques adelantados, pagarés, que se agilizaba y generalizaba en las denominadas cuevas, rayanas con la usura, fue electivamente cooptado en parte por las entidades financieras, a condición de que las operaciones fueran en blanco, lo cual dejaba afuera a aproximadamente el 40% del movimiento que circula por los canales informales.
Del potencial del 60% que integra el circuito formal, un significativo porcentaje lo conforman empresas que tienen relación con el Estado, las grandes, las multinacionales, lo que las obliga a estar en regla y al día con la documentación, con lo cual se les abren las puertas de los bancos para presentar carpeta y elegir entre el menú de opciones para financiarse.
Están las tradicionales líneas de créditos para capital de trabajo, cheques diferidos, descubiertos, descuentos de pagarés y aparecieron herramientas más sofisticadas como el factoring, a pesar de que tiene más de 100 años de práctica en Estados Unidos. Es una alternativa financiera para convertir las facturas en fondos líquidos por medio de la venta de la cartera. Es decir, deja en manos de terceros la labor de cobrar la factura o cuenta a cobrar. La empresa que vende la factura recibe el dinero antes de la fecha de vencimiento, obteniendo así una fuente de financiación.
El factoring, que ha sido históricamente un mercado poco regulado, ha ido mejorando su reputación y el interés de inversores en los últimos años.
En 2014 llegó a un nuevo récord de volumen de más de 2.500 billones de euros, un crecimiento global del 6,3% respecto a 2013. Los mercados con mayor crecimiento fueron América y Europa, ambos con un 8%.
En Latinoamérica, Chile es el país que ha asimilado con más éxito este instrumento financiero.
Según la Asociación Chilena de Factoring, Achef, las ventas de la industria del factoring crecieron un 89,4% entre 2009 y 2013.
En Argentina por primera vez el mercado de capitales validó la industria de factoring: la Cooperativa de Crédito y Vivienda Unicred, una empresa que provee este tipo de financiación a sus miembros asociados que son en su mayoría empresas PYMES, lleva colocando exitosamente 5 series de valores de deuda fiduciaria. Mientras en el país la industria de descuento de cheques es mucho mayor, la de factoring ha ido creciendo en importancia y regulación. Debido a que los bancos prácticamente no financian facturas y a diferencia de los cheques de pago diferido, las entidades tienen dificultad para descargar y vender sus créditos.
IFC, miembro del Banco Mundial, también validó al factoring al invertir en InvoiNet, otra empresa argentina de administración de facturas electrónicas que lanzó una plataforma tecnológica para el descuento de facturas electrónicas.
Por medio de una plataforma online, los clientes reciben ofertas de descuento de sus facturas a cobrar y pueden seleccionar la mejor alternativa de la manera más simple.
Las cifras del Factors Chain International (FCI), también destacan a Argentina como uno de los mercados con mayor crecimiento en la industria del factoring. Las cifras muestran que Brasil es el 2do. mercado más grande en América, seguido por México y Chile.
La apertura electrónica
La llegada de las facturas electrónicas fue determinante en el gran crecimiento del factoring a futuro. Da la posibilidad de verificar en línea (ante dudas) la validez de una factura, o si no ha sido cedida a otra empresa de factoring.
Asimismo reduce la posibilidad de que se cometa un fraude, y también el riesgo en el que incurre a la empresa de factoring al admitir una factura.
En algunos casos esta reducción de riesgo es tal, que la empresa de factoring accede a pagar el 100% del monto establecido en el documento cedido.
Otro factor de impulso fue la creación del Fondo de Garantías pyme (Fogapyme), que ahora podrá otorgar garantías en forma directa por hasta el 100% de su capital, incluso a entidades no financieras que desarrollen herramientas de financiación para pymes, por ejemplo factoring, leasing o mercado de capitales. Además, se realizaron mejoras en los programas de bonificación de tasa, facilitamos el acceso al mercado de capitales por parte de las pymes, incluyendo las SRL.
La horizontalización de este mercado de las facturas ha hecho que los bancos fueran perdiendo interés en este negocio. Los agentes bursátiles creen que, de a poco, lo irán dejando en manos de brokers que tienen menos monitoreo externo que los bancos: "Se está tercerizando el Merval", dicen.
En ese sentido, una de las operaciones más significativas fue la compra de una de sus tres acciones (la 196) de Galicia Valores en el Mercado de Valores que hizo Fiorito Factoring (de los ex dueños del Banco Quilmes). Amplió de este modo los cupos de caución y garantía: "Lo que importa son los pergaminos para apalancarte en renta fija o en acciones para hacer contado con liquidación", señalan en la City.
El nombre de Fiorito Factoring había figurado entre las financieras que les cambiaban cheques con tasas de redescuento que llegaron hasta 70% en los plazos más extensos, cuando el mercado bancario oficial cobraba 30%, a los directivos de los clubes de fútbol que los recibían de AFA por el pago de los derechos de televisación de Fútbol para Todos. Las otras entidades involucradas en la investigación eran Propyme, Agropecuaria El Zonda, Agropecuaria Monte León, Agropecuaria Agroindus y Junín Cereales. El papeleo era factible por la falta de controles de esa operatoria.