LABORATORIO DE NUEVA YORK

Los usan y los tiran: Chimpancés que parecen profilácticos

En las islas de Liberia están a la deriva varios primates que fueron usados por el experimento Viral II de un laboratorio de Nueva York con fines científicos. El laboratorio niega su responsabilidad que es imposible de negar: inoculó con hepatitis a los chimpancés y los dejó con pocas posibilidades de alimentarse por sí solos, de acuerdo a las acusaciones. Pero siempre aparece alguien dispuesto a ayudar. Y es el caso de Germain, que asiste a Ponso. O del matrimonio Desmond.

En 1974 el banco de sangre estadounidense sin fines de lucro New York Blood Centre (NYBC) creó Viral II, un proyecto en Liberia para experimentar con virus en chimpancés silvestres.

La República de Liberia es un país ubicado en la costa oeste de África, con clima cálido y ecuatorial, escenario de 2 guerras civiles sucesivas: entre 1989 y 1996; y entre 1999 y 2003 que han desplazado a cientos de miles de sus ciudadanos y devastado su economía. Liberia fue uno de los países asolados por la epidemia de ébola de 2014.

Liberia es uno de los lugares del mundo por los que circulan mayor cantidad de diamantes en forma ilegal, ingresados desde Sierra Leona.

Los primates elegidos por NYBC fueron infectados intencionalmente con el virus de la hepatitis y otros patógenos a fin de desarrollar vacunas.

En 2005, el director de Viral II, Alfred Prince, anunció que el experimento quedaba cancelado pero que la organización estaba haciendo arreglos para "cuidar de por vida" a los chimpancés.

Por ese motivo, los animales fueron llevados a 6 islas ubicadas en estuarios de ríos de la zona donde estaba Viral II.

Allí, por US$ 20.000 al mes recibirían agua y comida, así como todo lo necesario para tener un "retiro" feliz.

Pero en marzo de 2015, NYBC canceló toda ayuda, dejando a unos 85 chimpancés vagando y valiéndose por sí mismos en islas de las que no pueden escapar porque los monos no son buenos nadadores.

En teoría, el gobierno de Liberia es dueño de los animales, pero en verdad los experimentos eran responsabilidad de NYBC, que sin embargo sostuvo que "nunca habían tenido obligación alguna de cuidar a los chimpancés".

También explicó que "ya no era sostenible desviar millones de dólares de nuestra misión de salvar vidas".

Esto provocó mucho enojo entre los activistas por los derechos de los animales.

NYBC habilitó 2 páginas en su web para responder a las críticas:

Nº1

y

Nº2.

Pero no pudo impedir la polémica y el cierto descrédito que ganó a la organización no gubernamental.

"El centro de sangre abandonó los chimpancés en Liberia en el peor momento posible, cuando el país (del oeste africano) está en medio de la crisis de Ébola", escribió recientemente la organización estadounidense The Humane Society.

"Vale la pena mencionar que en la décadas anteriores el centro hizo millones en vacunas y otros tratamientos que en parte se desarrollaron utilizando chimpancés".

Todo indica que no fue la única experiencia de NYCB con chimpancés porque luego se conoció el caso de Ponso, un primate de más de 40 años de edad que en los años '80 fue utilizado para pruebas de laboratorio en el New York Blood Center (NYBC) junto con otros ejemplares de su especie.

Hacia 1983, Ponso y otros 19 chimpancés fueron reubicados en una isla de Costa de Marfil, cerca del Parque Nacional Azagny, un terreno de unas 5 hectáreas donde, por sus condiciones de clima, no se producen frutos para sobrevivir.

Es curioso que NYBC afirme que hace todo correctamente pero se conocen al menos 2 casos en que no sólo hizo todo mal sino que una desatención se asemeja a la otra.

18 chimpancés fueron muriendo poco a poco de hambre, por enfermedades generadas por su uso en experimentación o fueron cazados por pobladores cercanos, en el Parque Nacional, y sólo Ponso sobrevivió en la isla.

Pero se cruzó en su vida Germain, un hombre de escasos recursos que vive en una pequeña comunidad cercana a la isla.

Desde que advirtió la suerte de los chimpancés, hace varios años, viaja 3 veces al día a la isla para llevarle comida y pasar tiempo con Ponso. Incluso le regaló un oso de peluche para que no durmiera solo.

La relación de cariño entre Ponso y Germain es evidente en videos y fotos compartidos por la página de Facebook creada para ayudar a Ponso, SOS Ponso.

La página de Gofundme para ayudar a Ponso está recaudando fondos para trasladar al chimpancé a un santuario donde podrá relacionarse con otros chimpancés y tendrá lo necesario para vivir dignamente.

Por su parte, Ben Garrod, biólogo animal y de medio ambiente de la Universidad Anglia Ruskin, escribió para The Conversation:

"Como primatólogo, estoy interesado en cómo se puede cuidar a un grupo de animales de laboratorio, criados en un ambiente semi silvestre y portadores de enfermedades que presentan un riesgo tanto para otros animales como para humanos.

Para resolver este dilema, la especialista de grandes primates Jenny Desmond y su esposo y veterinario de animales silvestres, Jim Desmond, viajaron a finales del año pasado al país africano con financiación de The Humane Society para coordinar los esfuerzos por cuidar a estos chimpancés.

Lideraron un pequeño pero dedicado equipo de personas que ahora se ocupa de los primates.

Recientemente hablé con los Desmond y me dijeron que de los chimpancés que actualmente están en las islas, 11 habían nacido después de 2006 debido a la falta de controles de natalidad.

Un problema cuando se trata de santuarios, pues sin control de natalidad la población puede ser inmanejable. Jenny también estima que "30 de los adultos chimpancés que fueron llevados en 2005 habían muerto".

Y reintroducir estos chimpancés a la vida silvestre no es una posibilidad, pues podrían infectar primates silvestres.

"Ni siquiera sabemos qué chimpancés fueron inoculados con cuál enfermedad", señala Jenny."

Final sin final

Con una expectativa de vida de unos 60 años, es importante ofrecer el mejor cuidado a estos animales.

Actualmente hay 63 chimpancés en 6 islas, divididos en grupos de 9 y 13.

Jenny y Jim llegaron a Liberia, descubrieron que muchos de los ex empleados de NYBC, que durante décadas trabajaron con estos animales, todavía vivían en la zona.

Pero la falta de infraestructura hizo casi imposible implementar tratamientos y hacer monitoreo.

Los chimpancés corren libremente por las islas y no hay edificaciones para separarlos y hacer exámenes rutinarios de salud.

"Nuestros dos objetivos primordiales cuando llegamos era mejorar la dieta de los chimpancés e implementar un control de natalidad", escribió Jim Desmond en el blog del grupo de activistas por los animales.

"Revisamos la dieta que tenían y agregamos variedad y flexibilidad para que sea más nutritiva y permitiendo una obtención de alimentos más eficaz".

Según los especialistas, la salud general de los chimpancés ha mejorado considerablemente y están controlando la tasa de natalidad con pastillas de progesterona que le dan a diario.

La etóloga y conservacionista de chimpancés Jane Goodall cree que NYBC es responsable por el bienestar de estos primates por el resto de sus vidas: "Ellos sabían muy bien que los chimpancés tienen largas vidas".

"En esta situación es irrelevante que los chimpancés hayan sido útiles o no a la ciencia, y el abandono a su suerte es imperdonable".

Goodall reconoce la importancia de las organizaciones de banco de sangre, "pero NYBC no ha cumplido aquí y debe enmendar".

NYBC no respondió a los llamados telefónicos de Garrod, del instituto Jane Goodall Institute del Reino Unido.