“Wir sind das Volk” (“nosotros somos el pueblo”), el grito de guerra contra Merkel

La Casa Konrad Adenauer, sede de la CDU en Berlín, vive uno de sus días más amargos. Desde allí habló Merkel, quien tan solo ofreció un vago compromiso para evitar que Alemania vuelva a repetir lo ocurrido en 2015, cuando llegó 1 millón de solicitantes de asilo: “Nadie quiere esta situación se repita. Yo tampoco”.

"Si pudiera, haría retroceder el tiempo muchos años, para prepararme y preparar mejor a todo el Gobierno ante una responsabilidad como la que nos encontramos en 2015, ante la que no estábamos preparados", dijo a los periodistas la líder de la CDU.

En la derrota dominical en los comicios regionales de la ciudad-estado de Berlín, tal como en la sufrida por sus filas 15 días antes, en el "Land" Mecklenburgo Antepomerania, hubo "componentes regionales", dijo ella. Pero, si fuese cierto, no la exime de su responsabilidad como líder del partido.

El golpe en Berlín ha sido duro. Y en los meses recientes, ocurrieron otros. Merkel lució el lunes 19/09 un gesto serio para al xplicar de forma detallada los motivos de la debacle electoral sufrida por la CDU. Pero, más allá de lo cosmético –“debemos comunicar mejor”, “no estábamos preparados”…-, Merkel defiende su decisión de acoger a los refugiados y se niega a fijar un techo máximo anual de solicitantes de asilo.

¿Quiénes son los ciudadanos alemanes que ponen en jaque a Merkel?

Rosalía Sánchez, corresponsal del madrileño ABC, explicó:

"El perfil de los votantes de AfD, elaborado por varios institutos a partir de encuestas a los votantes de Berlín-Brandemburgo, revela el retrato robot de un hombre de más de 40 años con un empleo precario o en paro, lo que da a entender que se trata de un voto protesta, de un voto de la frustración, que está apuntando a Angela Merkel como la culpable de su situación personal y de la percepción de deterioro de la sociedad del bienestar.

Angela Merkel, considerada 6 años consecutivos la mujer más poderosa del mundo por la revista Forbes, ha visto caer su popularidad en picado en los últimos 12 meses, desde que la crisis de los refugiados se impuso en la agenda política alemana. Los sondeos le dieron definitivamente la espalda tras la aciaga Nochevieja de Colonia, durante la que más de 1.000 mujeres fueron agredidas sexualmente por hordas de refugiados a los que resultó imposible identificar y detener. La sociedad alemana contempló, impotente, cómo quedaban sin castigo, y la política de refugiados de Merkel pareció traslucir como causa última de tan terribles sucesos. (...)".

"Fue la 2da. llamada de atención masiva en 2 semanas. A la CDU y la CSU les amenaza una pérdida de confianza masiva entre sus votantes tradicionales", avisó el ministro de Finanzas bávaro, Markus Söder, nada más conocerse los resultados de Berlín. El malestar se extiende también en el propio partido de Merkel.

“La integración de los refugiados es importante. Pero más importante aún es que no vuelva a entrar gente de forma incontrolada. Tenemos que saber quién llega a nuestro país”, adivirtió el popular diputado Wolfgang Bosbach minutos después de que terminara de hablar su jefa.

En un momento en el que la salida del Reino Unido de la Unión Europea (Brexit), requiere una enérgica respuesta europea, la canciller Merkel pierde fuerza en Alemania, y esto le provoca debilidad afuera de Alemania.

Interesante rescatar algunos conceptos de Madeline Chambers, corresponsal de la agencia Reuters en Frankfurt, brindó algunos conceptos a tener en cuenta:

** "La decisión de la canciller, en 2015, de abrir las fronteras alemanas a quienes huían de Siria, ha golpeado su popularidad y dominado la campaña, aumentando el apoyo a la alternativa anti inmigrante AfD. (...) Merkel, ovacionado por 2.500 seguidores conservadores en una reciente concentración en el frondoso suburbio occidental berlinés Lichterfelde, sabe lo que está en juego, especialmente faltando apenas 1 año para la próxima elección federal. Desde que el CDU fue desplazado al 3er. lugar por el AfD en el estado oriental Mecklenburg-Vorpommern, sus aliados conservadores del SDU en Bavaria han culpado personalmente a Merkel, y demandaron un límite migratorio, el cual ella descarta. Y mientras que ella todavía no tiene un rival concreto (N. de la R.: el malestar no es un rival corpóreo), las derrotas han provocado hla pregunta de si ella realmente irá por una 4ta. candidatura en 2017."

** "Desde la caída del muro, hace 27 años, Berlín se ha transformado a sí misma de trinchera en la 1ra. línea de la Guerra Fría a capital moderna, abundante en artistas y emprendedores de start-ups -a pesar de que ese combo sólo acumule el 4% de la economía alemana. Sin embargo, muchos votantes CDU dicen estar preocupados por la crisis que provocó el ingreso de 1 millón de refugiados a Alemania en 2015. Unos 80.000 llegaron a Berlín, ciudad de 3.5 millones de habitantes. (...) “Merkel cometió un error en dejar que todo el mundo ingrese. Ella pagará el precio pero también Alemania y nuestros hijos”, dice Moritz Daul, de 48 años, quien de todas formas votara por el CDU. Él cuenta que los días de Merkel están contados pero que sigue siendo la mejor candidata a canciller por ahora."

** "(...) el slogan que dice fue acuñado por alemanes orientales que protestaban antes del final del comunismo, pero ha sido retomado por el grupo Pegida, anti-musulmán (Patriotische Europäer gegen die Islamisierung des Abendlandes). Tambien el AfD, que ha ganado asientos en 9 de los 16 estados alemanes, juega con los miedos que provoca la inmigración masia. El candidato berlinés Georg Pazderski dijo: “Yo estoy a favor de educar a esta gente (inmigrantes) pero no de integrarlos. Debemos prepararlos para que vuelvan (a sus lugares de origen)”.

El escritor y periodista Paul Hockenos, colaborador desde Berlín, de The New York Times, Newsweek, The Nation, Foreign Policy, Spiegel International, y The Chronicle of Higher Education, dijo:

** "La ironía es que la gestión de Merkel ha logrado, a una gran escala, tanto encauzar el flujo de refugiados que llegan al país como procesar y acomodar a quienes buscan asilo. Para esta fecha de 2015, varios miles de personas estaban llegando a una Alemania desprevenida. Llegaron atravesando Oriente Medio, norte de África y los Balcanes. Columnas de inmigrantes marchaban a través de los campos por las autopistas. Las familias se asentaban en florecientes campos o dormían bajo las estrellas de las grandes ciudades. En 2015, 1,1 millón de refugiados entraron a Alemania. Pero en lo que va de 2016, apenas 226.000 personas pidieron asilo político. En junio, sólo 20.000 personas."

** "Los países de los Balcanes, como también Marruecos y Túnez, ahora son considerados “estados seguros", lo que significa que sus ciudadanos ya no son elegibles para asilo político (un cambio profundo). Además, Las autoridades alemanas pueden ofrecerles el plazo de 1 año para quedarse si la seguridad en sus países es considerada precaria, pero no es garantía de asilo político)."

** "A fines de invierno, fue Merkel quien negoció el controversial pacto de inmigración de la UE con Turquía. Por el acuerdo, el gobierno turco accedió a detener el éxodo de inmigrantes a Europa a través de Turquía, y aceptar a los migrantes que volvían de Grecia, a cambio de ayuda y de una visa libre para viajar a Europa. Los términos del acuerdo también han traído críticas, a causa del historial de derechos humanos de Turquía. Al mismo tiempo, el pacto ha ayudado a contener los flujos de solicitantes de asilo. Alemania también ha sacado provecho de cerrar la ruta Balcánica(...)".

** "Hoy Alemania está considerablemente mejor preparada para manejar los flujos de inmigrantes. Aunque el proceso burocrático para procesar a los solicitantes de asilo todavía sigue siendo engorroso, Alemania ya tiene la maquinaria para hacerlo eficientemente: el proceso de aprobación ahora es más rápido, la traducción lingûística ahora está en su lugar y los administradores locales y voluntarios lucen experimentados y competentes. Los alemanes ahora tienen las herramientas necesarias. Al menos, en comparación, que en 2015. Esto se extiende al espacio civil de Alemania. Los centros de caridad e iglesias no gritan reclamando por voluntarios para construir camas y juntar abrigos de invierno. En su lugar, están enseñando a miles de personas que buscan asilo o que ya están asilados, a hablar alemán, y ofrecen cursos obligatorios de cultura y cívica alemana. Se retienen el pago de beneficios a quienes no participan; otra medida controversial de Merkel (...)."

** "Alemania, un país con un registro post-bélico desigual en integrarse a sus inmigrantes, ha invertido fuertemente para traer a los asilados al redil. En 2016, el Bundestag aprobó una ley asignando 7.000 millones de euros para la integración. Otros 500 millones de euros son destinados para viviendas sociales 2017 y 2018. El gobierno ha prometido crear alrededor de 100.000 nuevas “oportunidades de trabajo” para los recién llegados. Berlín ha suspendido una ley que estipulaba que las empresas alemanas le dieran prioridad a proveedores alemanes o de la UE."

** Entonces, si el gobierno de Merkel ha hecho tanto para salir de la crisis 2015/2016, ¿por qué tantos alemanes no lo ven de esa forma? A pesar de que muchas encuestas todavía muestran que los alemanes siguen favoreciendo la migración y mantienen el derecho al asilo, hubo un cambio dramático. Por ejemplo, el 42% de los alemanes afirman en que “nosotros no debemos permitirnos ser invadidos por inmigrantes”, contra sólo el 28% que coincidía con ese sentimiento 2 años atrás. Hoy en día, el 60% cree que los inmigrantes deben adaptarse a vivir en Alemania (en lugar de que los alemanes hagan algunos ajustes también), mientras que en 2014, ese número era solo el 36%."

** "En una encuesta de septiembre de 2015, justo después del peor momento de la crisis de inmigrantes, Merkel tenía un 63% de aprobación. Hoy, apenas el 45% de los alemanes dicen estar satisfechos con ella. Su partido se encuentra con un 33% de aceptación, cayendo del 41.5% en la elección federal de 2013. El AfD podría obtener 14% en todo el país si fuesen elecciones nacionales."

** "El AfD concentró su campaña casi exclusivamente en las políticas pro-refugiados de la coalición de Merkel. El AfD ejecutó una campaña chauvinista con tonos raciales, diciendo que los refugiados aumentarían el crimen, acosarían a las mujeres alemanas, robarían trabajos alemanes, amenazarían la seguridad de Alemania y ensuciarían la cultura alemana. La votación fue en un país que sufrió 3 ataques terroristas este año, 2 de los cuales involucraron a refugiados, resultando en 9 muertes y 2 docenas de personas heridas. Y ahora la policía arrestó a 3 sirios sospechados de tener lazos con Estado Islámico y vínculos con el grupo que atacó París el 13/11/2015".

** "Volvamos a Mecklenburg-Vorpommern: tiene menos refugiados, menos extranjeros y personas con orígenes migratorios, que cualquier otro estado alemán. El Estado se ha librado de cualquier vínculo extranjero que pudiera traer, en teoría, las oleadas de crimen, terrorismo o abuso sexual. Luego, el 71% de quienes votaron por el AfD tienen trabajo: Mayormente hombres, de mediana edad, medianos ingresos y de la clase trabajadora, muchos de los cuales no habían votado anteriormente. Mecklenburg-Vorpommern fue, históricamente, un Estado de derecha, incluso superando a las regiones de la ex Alemania oriental donde al AfD le va muy bien. Por años, el partido neo-nazi NPZ ha acumulado 5% de los votos. A principios de los '90, la región capturó titulares internacionales por sus programas contra los solicitantes de asilo. Esto lleva a una simple, sombría conclusión: La ultra derecha alemana tiene un toque racista, islamofóbico y autoritario. Por ejemplo, el 75% de los votantes de AfD dicen que el Islam es una amenaza para Alemania. El 86% dicen que “los refugiados me asustan”. El 83% dicen que los refugiados son mejor tratados que ellos. Entre los simpatizantes del AfD, respetan más al líder ruso Vladimir Putin que a Angela Merkel. Estas posturas hacen de la ultra derecha un hueso muy duro de roer."

** "Los colegas de Merkel, mientras tanto, no le facilitaron las cosas. Por casi 1 año y medio, los Demócratas Cristianos Bavarianos (CSU, el partido hermano de la DSU), la han atacado despiadadamente por su política de refugiados, inclusive acusándola de “Rechtsbruch” (romper la ley). Sus críticas no son muy diferentes de las del AfD. Y ahora, los aliados del CDU de Merkel están entrando en pánico, distanciándose de ella y llamando a un replanteamiento".