La región tiene 721 localidades. Séverny es una localidad rural, donde ni en verano hay temperaturas sofocantes.
En este lugar se realizó un experimento de las autoridades rusas para reducir la cantidad de accidentes viales.
En los 3 años recientes, 79 países registraron una disminución en el número absoluto de víctimas mortales, mientras que 68 países sufrieron un aumento.
Según el informe, los países de altos ingresos tienen menos accidentes que los países de ingresos bajos y medios, donde ocurre el 90% de las muertes de tráfico pese a tener sólo 54% de los vehículos del mundo.
Solamente 105 países tienen leyes sobre cinturones de seguridad que se aplican a todos los ocupantes del vehículo y no solamente al conductor. Y apenas 47 países tienen buenas leyes de velocidad y definen un límite máximo nacional urbano de velocidad de 50 kilómetros por hora (Km/h).
34 países tienen una buena legislación de límite de alcohol al volante con derecho a una concentración de alcohol en sangre de menos de o igual a 0.05 gramo por decilitro (g/dl), así como límites inferiores de menor o igual a 0.02 g/dl para los conductores jóvenes y noveles. Buen dato para una Argentina permisiva en este tema.
Los motociclistas representan el 23% promedio de todas las muertes por accidentes de tránsito.
Igor Mikhailushkin, jefe de prensa de la policía regional en Severny, explicó el experimento: ubicar en la vía pública señoritas con carteles señalizadores. La novedad es que ellas se encuentran escasas de indumentaria, lo que provoca que, de inmediato, los automovilistas quiten el pie del acelerador. Suelen estar en los 'puntos negros' de las carreteras rusas. En aquel momento se logró reducir los accidentes en un paso de peatones en Severniy.
El experimento comenzó en 2013 y en 2016 se repite por el éxito que tuvo en el pasado.
Mikhailushkin explicó que lo de la indumentaria escasa es un dato clave para el éxito de la herramienta de prevención: "Hemos organizado instalaciones similares para tratar de que se obedezcan los límites de velocidad, aunque he de confesar que las últimas chicas llevaban más ropa que las del primer experimento".
En 2015 en Rusia murieron 21.000 personas al año por accidentes en carreteras, y se sumaron 150.000 accidentes, motivo por el que hay quienes se proponen popularizar lo sucedido en Severy.
"La mayoría de los conductores, que suelen ser hombres, reducían su velocidad al pasar por las señales-humanas, pues querían admirar a las mujeres", explicó el tabloide británico 'Daily Mail'.
Las chicas escasas de vestimenta portan señales de límites de velocidad de 60 y 40 km/hora. Dicen que, además, los peatones ancianos estaban sumamente contentos con la estrategia: no es lo que sospecha el/la estimado/a lector/lectora: ellos afirman que se jugaban la vida cada vez que debían cruzar la carretera que parece que divide en 2 el pueblo.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que los accidentes de tránsito hoy son una epidemia y según un informe que publicó en el 2015: “Los países que han logrado reducir el número de muertes por accidente de tránsito, lo han conseguido dando prioridad a la seguridad en la gestión de la velocidad”.
Por lo que manifiesta la OMS, “El número de muertes por accidente de tránsito (1,25 millón en 2013) se está estabilizando”.
Los rusos establecieron otras medidas con buen resultado en los últimos años. La más conocida es el uso de cámaras en los autos. Se colocan en los parabrisas y sirven para filmar los accidentes de tránsito. Es una manera de protección porque por un lado, muestra cómo se produjo el accidente y quien cometió el siniestro, por el otro, filma a los policías que buscan cobrar una coima o a aquellas personas que se tiran sobre los autos para después iniciar causas judiciales.
En un país que en 2016 sigue cuestionando muy duramente a los homosexuales y que ha sancionado una ley contra la propaganda homosexual, es muy comprensible que contraten mujeres casi desnudas para que trabajen intentando disminuir la velocidad de los conductores.
Esto ocurre en Rusia cuando en Francia, donde nació el topless, ese exhibicionismo está en decadencia.
Medio siglo después de que la actriz Brigitte Bardot popularizase el topless en las playas de la Costa Azul francesa, la práctica parece tener los días contados. ‘La Fin Du Topless Sur La Plage‘, tituló en portada la edición francesa de la revista femenina Elle.
Según una encuesta encargada a Ipsos, las nuevas generaciones reniegan de esta implantada costumbre, sólo el 2% de las menores de 35 años aseguran haber tomado el sol en la playa con el torso desnudo.
Un giro generacional en el que han influido varias razones que los camioneros rusos no podrían entender.
La creciente concienciación sobre el cuidado de la salud, principalmente para prevenir el cáncer de piel derivado de la exposición a los rayos uva, es quizá una de las causas por las que el topless está desapareciendo entre la juventud francesa. Sin embargo, según se apunta en la propia revista, hay una razón de mucho más peso que tiene una lectura sociocultural: la “pornificación de las mujeres en topless”.
Los nuevos códigos del exhibicionismo sexual, perfectamente encarnados por Miley Cyrus o por el fenómeno de los aftersex, la nueva moda entre los jóvenes, han anulado el simbolismo del topless como reivindicación de la sexualidad femenina. Ni ataca las convenciones sociales, ni muestra disconformidad con lo establecido, ni excita a nadie.
Podría pensarse que la era digital ha fomentado un despreocupado exhibicionismo sexual, en el que el pudor ha desaparecido, pero sería falso. Bien es cierto que las redes sociales proporcionan una multitud de espejos en los que mirarse y mostrarse, hasta el punto de que “enseñar la vida sexual es un fenómeno generalizado por el que nadie se siente escandalizado”, como apunta Yves Michaud en su ensayo "El narcisismo y sus avatares" (Grasset). Sin embargo, esta elevada exposición ha generado paralelamente cierta conciencia preventiva. Todo lo que hagas puede estar en Youtube poco después.
Pero no vayamos tan lejos. Volvamos a Rusia. El experimento funciona y muy probablemente también tendría éxito en Francia.