CRISIS EN GIMNASIA

El 'Lobo' ya tiene a Santa Teresa de Calcuta para pedirle un título y fondos

Gimnasia y Esgrima de la Plata atraviesa una grave crisis económica a causa de varias décadas de desmanejos que arrojó un pasivo de $ 78.080.509. En la santificación de la madre Teresa, el Papa Francisco resaltó que “la misericordia ha sido para ella la «sal» que daba sabor a cada obra suya y la «luz» que iluminaba las tinieblas de los que no tenían ni siquiera lágrimas para llorar su pobreza y sufrimiento”, palabras que fueron recibidas con alegría por el “Pueblo Tripero”, ya que si de “sal” se trata, no hay club en Argentina como Gimnasia y Esgrima La Plata, que en los últimos 20 años perdió campeonatos que ya tenía prácticamente ganados.

Durante los últimos 20 años, Gimnasia y Esgrima de la Plata se dedicó a perder títulos que tenía casi ganados lo que los transformó en adicto al festejo (mas que adeptos). Pero también sufrió desmanejos económicos que derivaron en un pasivo de $ 78.080.509. En ese contexto, el papa Francisco proclamó la santidad de la madre Teresa de Calcuta, que tiene un poco conocido vínculo con el 'tripero': el ‘Lobo’ es el único equipo argentino que fue recibido por la misionera y además llevaba el azul y blanco en sus hábitos, por lo que en la lucha eterna por “un campeonato” ahora creen tener una “Santa Protectora”, que también los ayude en su crisis financiera, agravada con la imposibilidad de pagar los sueldos de mayo.

En enero de 1990 Gimnasia y Esgrima La Plata arribó a India para jugar el torneo internacional Jawaharlal Nehru (quien fuera primer ministro de la India desde la independencia en 1947 hasta su muerte en 1964) del que participaron además Olimpia de Paraguay, Lyngby de Dinamarca, la Selección de Zambia, Metallic de Rusia, y tres clubes de India.

Quienes formaron parte de aquella “odisea” aseguran que la experiencia de transitar las calles de Calcuta y conocer la pobreza extrema de sus habitantes los cambió para siempre y más cuando el día anterior a la final con Olimpia la delegación fue recibida por la Madre Teresa en la sede de su congregación.

Con su característica túnica blanca con vivos azules Agnes Gonxha Bojaxhiu (tal el nombre de la ahora santa) se reunió con los integrantes de aquel equipo que dirigía José Ramos Delgado, y entre los que se encontraban Rolando Cristante, Rubens Navarro, Ricardo Depietri, Carlos Javier Odriozola, Sergio Dopazo y Darío Ortiz, oportunidad en que los Triperos le entregaron un banderín y alimentos, y recibieron de su manos un cuadro firmado por quien fuera Nobel de la Paz en 1979.

De esa manera se unieron los destinos de Gimnasia y la Madre Teresa de Calcuta, incluso hasta hace unos años una bandera su imagen colgaba del alambrado cada vez que jugaba el Lobo. Ya una nueva bandera esta en marcha y hasta es posible que los triperos comiencen a rezarle a una estampita de Teresa como su “santa protectora”.  

Actualmente, el equipo del ‘Bosque Platense’ atraviesa una grave crisis económica a causa de varias décadas de desmanejos y arrojó en el último pasivo la suma de $ 78.080.509. La actual crisis financiera tuvo como referencia la proclamación de santa a la madre Teresa de Calcuta el Papa Francisco que resaltó que “la misericordia ha sido para ella la «sal» que daba sabor a cada obra suya y la «luz» que iluminaba las tinieblas de los que no tenían ni siquiera lágrimas para llorar su pobreza y sufrimiento”. 

Sin embargo, con el transcurso del tiempo, el sueño de conseguir un título se convirtió en una obsesión difícil de manejar. Fueron muchas las comisiones directivas del Lobo que pusieron sus sospechas en el resultado en forma desmedida y, de esa manera, sólo se enfocaron en lo inmediato. Los planes fueron aplastados por la ansiedad y la terquedad. Y el mal de la obstinación, en diversos casos, estuvo acompañado por un aliado dañino: la pasión. Cuando los encargados de comandar los destinos de un club se dejan llevar por el hincha que llevan dentro, el costo suele ser elevado. Y eso Gimnasia parece que nunca lo aprendió, según dio a conocer una nota publicada en el diario La Nación.

El escenario económico del club es crítico. Desde hace un tiempo, al plantel de primera división siempre se le deben entre dos y tres meses de sueldo, y la misma situación se da con los médicos, kinesiólogos y preparadores físicos de las divisiones juveniles e infantiles. Mientras que al resto de los empleados que trabajan en la institución (alrededor de 300) siempre se les paga después del 20 de cada mes, reveló La Nación.  

Si bien el Lobo nunca atesoró una gran riqueza, porque jamás contó con un alto presupuesto si se lo compara con otros clubes de primera, su estado financiero comenzó a derrumbarse a fines de los ochenta. De hecho, en 1989 coqueteó con la quiebra por un embargo de la Unión Trabajadores de Entidades Deportivas y Civiles (Utedyc).  

La pobreza económica y la deportiva se fueron retroalimentando. Por eso no llamó la atención cuando en 2011 Gimnasia bajó a la B Nacional, su quinto descenso en el profesionalismo.

Cuando perdió la categoría por última vez, el periodista Juan Manuel González Arzac realizó una investigación que publicó en el diario Diagonales y allí concluyó: “Pasó lo que se esperaba. O lo que debía pasar. Porque es innegable que Gimnasia, en los últimos tres años (y muchos más también), hizo todos los méritos para irse al descenso”. Ese extenso artículo arroja algunos números sorprendentes: en doce años y medio (desde 1999 hasta el descenso), el Lobo tuvo 18 entrenadores e incorporó 109 futbolistas. La conclusión, hoy, está a la vista: amontonó nombres y multiplicó su deuda, según reprodujo La Nación.

El último oasis del Lobo (económico y futbolístico) tuvo lugar entre 1992 y 2002. Cuatro técnicos (Gregorio Pérez, Carlos Ramacciotti, Carlos Timoteo Griguol y Roberto Perfumo), cuatro subcampeonatos (1995, 1996, 1998 y 2002).

Luego de aquella década, volvió a desmoronarse. El pedido de quiebra que realizó Hernán Encina en 2011, por una importante deuda que el club tenía con el futbolista, es apenas un ejemplo de la severa crisis financiera que aqueja a la institución desde hace más de una década.