Cientos de miles de venezolanos –alrededor de 1.000.000, según la oposición- marcharon el jueves 1º de septiembre (1S) contra el Gobierno del sucesor de Hugo Chávez, Nicolás Maduro, en Caracas. La protesta fue convocada por la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) con el objetivo de ejercer presión sobre el Consejo Nacional Electoral (CNE), para que se lleve a cabo este año el referéndum revocatorio contra Maduro.
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La toma de Caracas: El chavismo nunca se irá, hay que echarlo
Temerosos estaban los chavistas con la movilización popular que se ejecutó el 01/09. Ramplón, inverosimil, muy básico, el ministro de Interior venezolano, general Néstor Reverol, afirmó que había desmontado un plan de desestabilización que la oposición desarrollaba en coincidencia con la ocupación de la calle. La ministra de Relaciones Exteriores, Delcy Rodríguez, insistió en que la oposición planificaba una jornada violenta: "La accion preventiva del gobierno nacional desmanteló una masacre, era la reedición del plan del 2002. Hemos venido denunciando como la oposición venezolana, su cúpula, su élite, está regada por el mundo vendiendo una idea falsa de nuestro país y buscando un escenario que propiciara una intervención de Venezuela". El ministro de la Defensa, Vladimir Padrino; el vicepresidente de la República, Aristóbulo Istúriz; y el diputado Diosdado Cabello hablaron repetidas veces de "golpe de Estado". En menos de una semana previa a 'la Toma de Caracas' se produjeron 3 detenciones de líderes opositores (Yon Goicoechea y Daniel Ceballos, de Voluntad Popular; y Carlos Melo, de Avanzada Progresista), a Francisco Márquez y Gabriel San Miguel, quienes superan los 72 días desde su detención, los trasladaron sin notificación previa que exige la ley; y salieron a la caza de Warner Jiménez y Lester Toledo.
Al grito de “Revocatorio ya”, los manifestantes marcharon vestidos de blanco en lo que denominaron la “Toma de Caracas”. El chavismo respondió con una masiva concentración de sus seguidores ataviados con camisetas rojas. Según la encuestadora Datanálisis, 8 de cada 10 venezolanos desean un cambio de Gobierno. Y según Venebarómetro, el 64% de los electores votaría en favor de revocar a Maduro.
La MUD presiona al CNE para que establezca una fecha para la recolección de las 3,9 millones de firmas (20% del censo electoral) necesarias para convocar un referéndum revocatorio contra Maduro. La oposición está enfocada desde hace algún tiempo en alcanzar los complicados requisitos para dar curso al procedimiento -que está contemplado en la Constitución venezolana-, a pesar de las trabas y maniobras dilatorias que pueden venir del Ejecutivo y del propio CNE, controlado por el oficialismo.
Maduro, que acusó a la mayoría opositora del Legislativo de planificar un golpe de Estado con la ayuda de Washington, ya ordenó la remoción de los jefes de las instituciones públicas que apoyan el referéndum. “Voy con la mano de hierro que me dio (Hugo) Chávez. Que nadie se equivoque conmigo (...) que nadie utilice la inmunidad para conspirar, para complotarse”, advirtió. Por otro lado, el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa (SNTP) venezolano denunció que las autoridades rechazaron el ingreso de varios corresponsales extranjeros que viajaron al país para cubrir la marcha opositora.
El tiempo corre para la Mesa de la Unidad Democrática
El tiempo corre para la MUD porque, si el Ejecutivo consigue dilatar el posible revocatorio hasta después del 10 de enero, –día en que se cumplen 4 años de mandato presidencial-, el Presidente revocado sería sucedido no por unas nuevas elecciones sino por su vicepresidente. Así lo dicta la Constitución.
Esto frustraría el objetivo opositor de quitar el poder de las manos del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). La presidenta del CNE, Tibisay Lucena, ya anunció que la fecha de la recogida del 20% de firmas probablemente sería a fines de octubre. “Venezuela está en una situación crítica, sufriendo simultáneamente de la catástrofe económica, el malestar social, saqueos, violencia y crimen desenfrenado”, escribió Abraham F. Lowenthal, de Foreign Policy.
El problema es que el país está en un punto muerto políticamente mientras se está desangrando socialmente. “El Gobierno y la oposición han llegado a un empate: cada lado tiene bases de apoyo sociales y electorales importantes, pero ninguno puede imponer su voluntad de remover a su oponente”, considera Lowenthal.
“El Gobierno claramente no puede resolver las dificultades evidentes y crecientes del país.” Para Lowenthal, la única salida es que oficialismo y oposición comiencen a negociar una salida del abismo, mediados por actores internacionales. Golpeada por la caída del precio del petróleo, Venezuela padece una falta de alimentos y medicinas del 80% -según datos revelados por la revista colombiana Semana-, y el Fondo Monetario Internacional proyecto un 720% de inflación para el país para este año.
“Diego Moya-Ocampos, analista del IHS Markit Country Risk, con sede en Londres, había considerado esta marcha como un ‘termómetro para medir la capacidad de convocatoria de la oposición’, en tanto que el analista venezolano Luis Vicente León consideró que el ‘éxito de la marcha es de articulación a futuro’”, explica Semana.
Postales dolorosas de la situación venezolana
“Miles salieron a la calle aquí el martes para solicitar la salida del Presidente Nicolás Maduro en lo que pareció ser la muestra de frustración más grande del año con el colapso económico de Venezuela y su liderazgo”, escribieron Nicholas Casey y Patricia Torres desde Caracas para el diario estadounidense The New York Times.
“La marcha, que fue llamada por los protestantes ‘La Toma de Caracas’, fue organizada por la oposición política a los gobernantes de izquierda del país. Los marchantes ocuparon una autopista principal y muchas avenidas de Caracas, la capital de la nación, y llenaron las plazas de la ciudad en un esfuerzo por ganar impulso para un referéndum para revocar a Maduro.”
De boca de los concurrentes a la marcha, se escucharon las siguientes motivaciones: escasez de alimento, falta de trabajo, plaga de violencia en las ciudades y sufrimientos a causa de la ausencia del Estado. Ivonne Mejías de 42 años, por ejemplo, dijo que este año no había podido hacerles una torta de cumpleaños a sus hijos. Su familia sobrevive con US$ 25 por semana.
Víctor Guilarte, de 45 años, un mecánico de los suburbios de Caracas, dijo a The New York Times que había perdido su trabajo debido a que sus vecinos se habían empobrecido tanto que ya no podían darse el gusto de arreglar sus autos. “En una nación en donde el precio del pan sube cada semana, al mismo tiempo que se extiende la longitud de las colas en las panaderías, de lo que no ha habido escasez es de ira y desesperación”, afirman Casey y Torres.
“La primavera estuvo caracterizada por sequías que estancaron el sistema hidroeléctrico de la nación. Los apagones se esparcieron a través del país, apagando la luz en hogares y salas de emergencia. Maduro anunció un recorte en la semana laboral, a 4 días –y luego 2- para conservar la electricidad.” Luego, comenzó la escasez de alimentos.
“Las filas en las que los venezolanos estaban acostumbrados a esperar para comer se transformaron en pandillas que atacaban panaderías, carnicerías y supermercados. Camiones repartidores también fueron atacados, sus contenidos saqueados. El Gobierno ordenó que la distribución de comida fuese transportada bajo guardias armados.”
Una de las frases que más contundentemente muestran lo que es Venezuela hoy la dijo el general Vladimir Padrino López, el mismo a quien Nicolás Maduro apuntó el mes pasado como “Superministro” con poderes extraordinarios para custodiar el suministro de alimentos y otros bienes básicos. “Un Gobierno que no gobierna, no es Gobierno”, dijo Padrino López en ese entonces.
Jesús “Chúo” Torrealba, vocero de la MUD, leyó hacia el final de la concentración opositora el manifestó de la Toma de Caracas, en el que anunciaron los próximos pasos que seguirán: “Hoy 1-S a las 8 de la noche cerramos con un cacerolazo nacional que celebrará el éxito de la Toma de Caracas y marcará el inicio de esta nueva y definitiva etapa de lucha. El próximo miércoles 7 de septiembre iremos a las oficinas del Consejo Nacional Electoral en todo el país a ratificar nuestras exigencias sobre las condiciones y la fecha para la consulta nacional del 20%”, explicó.
Caracas Chronicles: el 1S fue “performance y preludio”
“Una protesta es un acto comunicativo. Así que ¿qué comunicó el 1S y a quién?”, se pregunta Francisco Toro desde el portal CaracasChronicles. “Sabemos que cientos de miles –quizás cerca de un millón- de personas se animaron a una pared sin precedentes de intimidación al Gobierno y amenazas para salir y demandar un referéndum revocatorio este año. ¿Pero qué significa eso? ¿Fue un hito histórico? ¿Un punto sin retorno? ¿Un fracaso decepcionante? Para mí –escribió Toro-, no fue ninguna de esas cosas. En cambio, fue una performance, y un preludio.”
Una protesta es un acto comunicativo, una performance que existe para transmitir una señal, y Toro procura analizarlo como tal. Para tener en cuenta el significado de este acto comunicativo, vale la pena tener en cuenta el contexto en que llegó. El Gobierno de Nicolás Maduro intimidó y hasta amenazó a los protestantes. Marchar en una atmósfera saturada con la intimidación es, no solo riesgoso, sino que una señal potente de un pueblo al que se le ha agotado la paciencia. Marchar en este contexto es dejar el palabrerío sinsentido y verdaderamente tomar el toro por las astas.
“El mensaje es directo: somos muchos, somos fuertes, estamos movilizados, apoyamos a nuestro liderazgo, y no vamos a resignarnos sin pelear. Sabemos que tenemos la Constitución de nuestro lado. Sabemos que tenemos la opinión pública internacional de nuestro lado. Sabemos que tenemos la opinión pública doméstica de nuestro lado. Sabemos que ganaríamos cualquier votación que se puedan imaginar. Sabemos que lo saben. Y ahora ustedes sabes que nosotros sabemos que lo saben”, escribió Toro.
Para que se den por aludidos: A quién estuvo dirigido el S1
Además, el editor de Caracas Chronicles, en su intento de desglosar la marcha como acto comunicativo, se pregunta: ¿a quién está dirigido el mensaje? A 3 actores principales:
> A los venezolanos mismos. Es un mensaje que el pueblo se da a sí mismo para decirse que no está dispuesto a ver su democracia marchitarse, y que en esa causa está unido. Y que necesita coordinar y comunicarse.
> Al mundo. Venezuela quiere decirle al resto de los países: “Estos lunáticos no nos representan. Sabemos que son lunáticos, ustedes saben que son lunáticos, necesitamos su ayuda para disputarles el control del país”, explica Toro.
> A las instituciones que apoyan el poder del Gobierno: el Consejo Nacional Electoral, la burocracia y, especialmente, las fuerzas de seguridad. “Les hemos hablado claro: sabemos que la gente que les da órdenes son lunáticos, ustedes saben que la gente que les da órdenes son lunáticos, estamos movilizados, necesitamos que ustedes, si no pueden ayudarnos activamente, al menos no saboteen activamente nuestra lucha por hacer que la Constitución sea efectiva otra vez.”
Para Toro, además, la moderación que mostraron las fuerzas de seguridad durante la marcha, también fue una señal reveladora. Para Toro, la marcha fue un “preludio”. Preludio de la verdadera confrontación, la que se dará durante las próximas semanas, en las que se llevará a cabo la recolección de firmas.
“¿Fue un éxito el 1S? Es demasiado temprano para saber. Si prepara el escenario para que la oposición alcance un éxito aplastante en la colección de firmas, habrá sido un éxito. Si crea una atmósfera en la que se junten no solo las 3,9 millones de firmas necesarias, sino que cerca de los 7,5 millones de votos que eventualmente necesitaríamos para librarnos de Maduro, ayudará a crear la realidad política sobre el terreno que es incompatible con el plan original del Gobierno de retrasar la salida de Maduro hasta el año que viene.”
Importante
El viernes 02/09, el presidente de la Asamblea Nacional, Henry Ramos Allup, durante el programa “Vladimir a la 1” transmitido por el canal televisivo Globovisión, expresó: “Nadie ha dicho que vayamos a Miraflores pero eso no quiere decir que no lo hagamos en el futuro, y no pueden asociar Miraflores con un golpe. Si se pueden hacer machas hacia allá pacíficamente, el espacio de cualquier municipio debe estar a la disposición de cualquier venezolano”.
“La oposición está comprometida a mantener un clima de paz, ayer todo salió bien porque todos nos esmeramos en que fuera así y esas supuestas amenazas de golpe de estado se cayó por el peso de su mentira”, agregó.
Esto resultaría un desafío mayor al Partido Socialista Unido de Venezuela y sus aliados, los generales de la Fuerza Armada Boliviariana. Ellos ya dijeron que no admitirían que el 01/09 la movilización llegara al presidencial Palacio de Miraflores.