por CLAUDIO M. CHIARUTTINI
ESPERANDO A CRISTINA
Esperando a Cristina, su Gran Ego y su irrealidad
Dicen que alguna gente todavía apoya a Cristina Fernández de Kirchner. No sorprende: la economía aún se derrumba de a poco, y esa gente no reaccionará hasta que sea tarde, tal como sucedió en otras ocasiones. La voluntad popular argentina se equivoca tanto como las élites civiles que buscaban a los militares en el pasado. La única realidad es la economía, y la sociedad argentina se limita a contemplar, sorprendida e impotente, cómo otras sociedades de la región consiguen mejor calidad de vida, año tras año. Luego, acerca de la intención de voto: Carlos Menem también conservaba 24,45% en 2003... y le resultaba suficiente para poner en emergencia a Eduardo Duhalde, que controlaba el Estado... Volviendo a la economía: "(...) El Palacio de Hacienda fracasó en su intento de obtener US$1.000 millones del mercado esta semana. Sin embargo, ya adelantaron que, en Diciembre, podrían hacer un nuevo intento. Ahora, ¿cómo tentar a los inversores? Dicen que con un bono ajustado por los “Precios Cuidados”. Sin duda, debe ser una broma, dado que con esta estrategia no se puede retirar liquidez del mercado ni contener el blue (...)", explicó el periodista y politólogo Claudio Chiaruttini.
16 de noviembre de 2014 - 00:00
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Sin Saco y Sin Corbata). Cristina Fernández retomó la actividad, con horarios muy acotados, y el primer encuentro que tuvo fue con el Ministro de Economía Axel Kicillof donde analizó la posición de la Argentina en la reunión del G20.
Además, su reaparición en las redes sociales fue para defender los US$600.000 gastados en vuelos privados para un acto que se realizo en Santa Cruz, donde la Ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner, inauguró una serie de obras. Ambos hechos, en gran parte, explican, las preocupaciones y estado de ánimo de la Presidente de la Nación: Está más pendiente del “relato” y del marketing político que de resolver los problemas económicos.
Esta semana la Casa Rosada anunciará la fecha en que la Presidente de la Nación retomará sus actividades normales. Sin embargo, ya se trabaja en el regreso, con todas las pompas, que realizará Cristina Fernández, con los anuncios que realizarán y con la agenda de temas que pretende imponer en el Congreso y en los medios de comunicación.
Ya en Octubre pasado, el titular de la bancada del Frente para la Victoria en el Senado, Miguel Ángel Pichetto, recibió una orden de la Casa Rosada: Que los legisladores no se fueran de viaje y estén cerca de la capital federal para aprobar cualquier proyecto que presentara la Presidente de la Nación. En ese marco hay que leer la extensión de las Sesiones Ordinarias hasta el 31/12 cuando, por lo general, el Congreso no suele trabajar más allá de mediados de mes o, con suerte, hasta el 20/12.
La Casa Rosada ya le informó a los titulares de las bancadas del Frente para la Victoria que quiere todos los proyectos presentados hasta ahora por la Presidente de la Nación sean aprobados antes de fin de año. No quiere que queden pendientes para el año que viene, dado que no confía en poder volver a tener tantos apoyos de propios y aliados luego del verano, dado el ajustado cronograma electoral que se vivirá en 2015.
Ocurre que en todas las fuerzas políticas se dice que Marzo y Abril serán claves para conocer cómo se reacomodarán las piezas del complejo ajedrez político. No sólo las provincias deberán tener decidió para esos meses si desdoblarán o no las elecciones, sino también, quedará muy poco tiempo para negociar alianza a nivel territorial y nacional, lo que dejará mínimo espacio para tratar temas en el Congreso.
Cristina Fernández y su entono tienen muy en claro que el “raid” que lograron imponer en el Parlamento durante 2014 será muy difícil de igualar, por eso debe no solo aprobar todos los proyectos de ley considerados “fundantes” que el Gobierno redactó este año, sino también, sembrar de fiscales y jueces “amigos” en el Poder Judicial, que se sumarán a los ya incorporados en los últimos meses y los que venderán al aplicarse el nuevo Código de Procedimiento Penal.
Colonizar el Poder Judicial forma parte de las máximas prioridades que tiene el kirchnerismo ante el irremediable “fin de ciclo” que se viene. Y, luego de los proyectos de Ley presentados, ya mucho de ellos aprobados, y con tribunales y fiscalías cubiertas por “amigos”, la “frutilla del postre” será reformar la Suprema Corte de Justicia, como ya lo adelantó el cortesano Eugenio Zaffaroni. ¿Vendrá la propuesta con 11, 13 o 15 miembros, como él ya explicó? Eso es lo que se decide por estas horas en la Quinta de Olivos.
La pelea por imponer una nueva estructura de la Suprema Corte signará el tramo final de 2014. Si la lucha por defender al fiscal José María Campagnoli movilizó todo el Poder Judicial, si ante el avance de La Cámpora o el Frente para la Victoria en las carreras de Derecho o en los colegios de abogados se armaron grandes alianzas, una pelea por mantener el status quo en la Corte puede multiplicar las reacciones contra el Gobierno.
Y eso es lo que quiere Cristina Fernández: Una inmensa pelea por el Poder Judicial en donde salga ganadora o víctima. Con cerca de 800 causas que involucran a los funcionarios más importantes del Gobierno, a su persona y, sobre todo, al vicepresidente de la Nación, el kirchnerismo debe crear la sensación de persecución, no de una Justicia actuando dentro del Derecho.
¿Por qué motivo Cristina Fernández y los miembros de la “mesa chica” se concentran en el “relato” y el marketing político y no en los problemas macro y microeconómicos?
Una serie de encuestas y focus group que ha realizado el Gobierno detectó que el malestar por la mala situación económica, la pésima imagen que tiene el ministro de Economía, Axel Kicillof; la sensación de que la Argentina está mal y estará peor en 2015 y el impacto que tiene en la reducción del consumo de la inflación no afecta la imagen que tiene la opinión pública de la Presidente de la Nación (quizás esta sea otra respuesta del fracaso del 13N y la presencia mayoritaria de jubilados y personas mayores de 60 años).
Aunque parezca extraño, hay un núcleo duro que sostiene su buena percepción de Cristina Fernández más allá de los problemas que existan. Es un conjunto de “votos seguros” que tiene el kirchnerismo y que permiten a la Presidente de la Nación mantener la esperanza de ser la “Gran Electora” del peronismo en 2015. En ese sentido, ya dio un guiño a favor de Daniel Scioli y La Cámpora ya comienza a buscar espacios de poder dentro del sciolismo.
En sus primeras señales luego de la internación, Cristina Fernández parece refrendar la sensación que invade al Palacio de Hacienda y al Banco Central: Creen que han logrado frenar el intento “destituyente” que se estaba orquestando desde el sector financiero, consideran que cerraron las vías para la fuga de capitales, destacan que se derrumbó el volumen de negocios y los precios en el blue y tiene a bancos, sociedades de Bolsa, casas de cambio, financieras y cooperativas acorraladas.
Axel Kicillof quiso crear la sensación de que un banquero podía ir preso. Y creen que también han logrado sembrar este temor. No parecen entender que, si no hacen los ajustes monetarios necesarios, lo que están haciendo es mantener la presión sobre un resorte, que el resorte está acumulando presión y que, cuando se libere, tratará de recuperar el tiempo y cotización perdida, como quedó demostrado el jueves 13/11.
El Palacio de Hacienda fracasó en su intento de obtener US$1.000 millones del mercado esta semana. Sin embargo, ya adelantaron que, en Diciembre, podrían hacer un nuevo intento. Ahora, ¿cómo tentar a los inversores? Dicen que con un bono ajustado por los “Precios Cuidados”. Sin duda, debe ser una broma, dado que con esta estrategia no se puede retirar liquidez del mercado ni contener el blue.
Cuando asumió Axel Kicillof como titular del Palacio de Hacienda, se dijo que el mayor problema que tenía la economía era fiscal y de falta de confianza. Pasó un año y nunca el Gobierno ha gastado tanta plata como ahora, la Argentina están en default y se acumulan reclamos en al Juzgado de Thomas Griesa, lo que implica que una situación que se podría haber solucionado con menos de US$1.500 millones puede obligar a emitir más de US$12.000 millones el año que viene. Una irresponsable herencia para el próximo Presidente de la Nación.
Poco importa para al Gobierno que Axel Kicillof tenga una imagen negativa cercana a 70% o que 60% de los consultados crean que 2015 será peor que 2014, la inexistencia de un proyecto alternativo alienta las esperanzas de poder seguir imponiendo agenda y de no tener que tomar medidas económicas de fondo. De esta forma, la ausencia de una oposición fuerte es la que otorga más fuerza a un gobierno en retirada.
Los mismos economistas que esperaban una recesión menor de 2% para este año ya habla de una caída del PBI cercana al 4% para Diciembre. Los mismos economistas que ahora dicen tibiamente que el Producto bajará en 2015 alrededor de 2% no logran explicar cómo se saca petróleo de “Vaca Muerta” con un barril a US$80, con un Fondo Monetario Internacional que espera que los próximos 5 años el mundo crezca poco y nada y con la soja hundida por una super-cosecha en los Estados Unidos.
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Con un Gobierno que no le importa introducir cambios en la realidad macro o microeconómica y con una economía mundial que no sirve de tracción para la producción argentina, 2015 se presenta como un año más que complejo. A eso, hay que sumarle el volátil clima electoral y la fuerte puja por el poder que se desatará cuando termine el verano.
Pero para ese escenario hay que esperar 4 meses. Hoy, el Gobierno se prepara para un Diciembre donde puede haber una alta conflictividad social. Es cierto que denunciando esta posibilidad, la Casa Rosada logró evitar que Hugo Moyano y Luis Barrionuevo hicieran un paro general de 48 horas en Octubre y Noviembre y, ahora, recomiendan a los gremios que obliguen a las empresas a hacer cargo de las retenciones del Impuesto a las Ganancia ya sea entregando bonus o asumiendo el costo fiscal, como si fuera un impuesto más a la larga lista que ya tienen que abonar.
Así como hoy el ajuste los hacen los privados y no el Gobierno, la Casa Rosada quiere que la conflictividad social se pelee dentro de las empresas y no en las calles. De esta forma, el enemigo ya no es la Presidente de la Nación, sino empresarios que, como dice Cristina Fernández, “la embolsaron como nunca en todos estos años”, con lo cual, culmina un largo proceso que culpa al establishment por la suba de precios, los despidos, la fuga de capitales, la evasión fiscal, la recesión y los faltantes en góndolas.
Y así es cómo volverá la Presidente de la Nación: casi con seguridad en un acto público, haciendo exhibición de una posición de fortaleza, victmizándose por sus problemas de salud, imponiendo relato y agenda, abusando del marketing político, sometiendo al Congreso a su voluntad legislativa y volcando sobre el sector privado todo el peso del ajuste, mientras “celebra” el supuesto “éxito” contra la 9na. corrida cambiaria que sufre el kirchnerismo desde 2003.
En el fondo, es más de lo mismo; más de lo que ya estamos acostumbrados, más de lo que estamos cansados de aceptar.