CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). En las últimas décadas, el trabajo codo a codo entre investigadores académicos y las compañías biofarmacéuticas ha conseguido terapias innovadoras, particularmente en áreas de necesidades insatisfechas, acortando el tiempo que se debe esperar desde un descubrimiento hasta el desarrollo del fármaco. Así es como las tasas de sobrevida de pacientes con diversos cánceres hematológicos se han duplicado, triplicado o incluso cuadruplicado desde la década del ’60.
AVANCES EN ONCOLOGÍA
Progresos contra los cánceres hematológicos
Según datos del Instituto Nacional del Cáncer, en la Argentina mueren unas 3.000 personas al año debido a leucemias y linfomas, las 2 formas más frecuentes en las que se presenta el cáncer en la sangre. Pero están ocurriendo avances en las especialidades medicinales. Laboratorios como Roche han invertido muchos recursos apostando a que hay un mercado que necesita resultados mejores.
04 de noviembre de 2014 - 22:23
Aunque durante mucho tiempo no hubo novedades terapéuticas que modificaran el panorama para los pacientes con ciertos tipos de Linfomas no Hodgkin (LNH) o de Leucemia Linfocítica Crónica (LLC), en los últimos años han surgido nuevos tratamientos que generaron un cambio alentador para quienes reciben el diagnóstico de alguna de estas enfermedades.
Basta tener en cuenta que mientras entre 1960 y 1963, la sobrevida a cinco años de pacientes con Linfomas no Hodgkin era del 40% y para leucemia, de apenas el 14%, de 2001 a 2007 pasaron a 86% y 57% respectivamente, según la Sociedad de Leucemia y Linfoma (LLS) de USA.
Tan importantes han sido los avances en este área, que incluso fueron los grandes protagonistas de las últimas 2 ediciones de la reunión anual de la Asociación Americana de Oncología Clínica (ASCO), a pesar de que las noticias relacionadas a cuestiones onco-hematológicas se suelen presentar en los congresos específicos del área de la hematología.
“Es un momento emocionante para el tratamiento de los cánceres hematológicos. Nuestra mayor comprensión sobre la biología anormal de los tumores malignos ha llevado al desarrollo de muchos fármacos nuevos que están siendo investigados en estudios clínicos; incluso, algunos de ellos ya han recibido la aprobación de la autoridad regulatoria”, explica el médico Andrew Davies, del Cancer Research UK Centre, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Southampton.
Coincide con él, Frances Bosch, jefe del Servicio de Hematología y Hemoterapia del Hospital Vall d'Hebron de Barcelona, España: “En los últimos años ha habido un acercamiento entre los conocimientos biológicos de las enfermedades oncohematológicas y el desarrollo de nuevos fármacos. Gracias a ello, se han obtenido medicamentos dirigidos contra blancos específicos de la enfermedad que sabemos están alterados y son los que la causan. Esto hace que las terapias sean más eficaces y tengan menos efectos adversos”.
Para Raimundo Bezares, del Hospital General de Agudos Teodoro Álvarez y del Policlínico Bancario, de la Ciudad de Buenos Aires, hay que destacar que “los aportes de la inmunología y la investigación básica permitieron un mejor conocimiento de las células involucradas en el desarrollo de los tumores hematológicos y sus importantes relaciones con el micro ambiente tumoral, responsable de su progresión y falla en la respuesta a los agentes quimioterápicos convencionales. Además, el conocimiento de los factores pronósticos y la importancia de la calidad de la vida de los pacientes transformaron las estrategias terapéuticas, con el fin de obtener mejores resultados y disminuir los eventos adversos”.
Entre las novedades en los tratamientos a las que hacen referencia los expertos figuran Obinutuzumab (también conocido como GA101) para pacientes con LLC y la flamante versión subcutánea de Rituximab, que en 1997 se convirtió en el 1er. anticuerpo monoclonal comercial, al ser aprobado para el tratamiento de pacientes con LNH, y que luego también comenzó a usarse en LLC.
En noviembre de 2013 Obinutuzumab recibió la aprobación de la Food and Drug Administration (FDA) para pacientes con LLC no tratados previamente. La autoridad sanitaria de USA decidió autorizarlo bajo la denominación de “avance terapéutico decisivo”, ante los resultados significativamente positivos del estudio de fase III CLL11, según el cual el flamante anticuerpo monoclonal combinado con quimioterapia (clorambucilo) duplicó la Sobrevida Libre de Progresión de la enfermedad (SLP) en comparación con quienes recibieron la terapia estándar.
El nuevo medicamento –que en 2014 obtuvo la autorización en la Unión Europea y se espera que reciba pronto aprobación del organismo regulador argentino ANMAT– es el 1er. fármaco con un novedoso mecanismo de acción diseñado para alterar la interacción de la droga con las células inmunitarias del organismo y ayudar, así, a que sea el propio sistema inmune el que ataque las células cancerosas.
Esta capacidad se llama citotoxicidad celular dependiente de anticuerpos (ADCC, por sus siglas en inglés). En el caso de la LLC, se pensó al anticuerpo monoclonal para que ataque los linfocitos B cancerígenos que expresan la proteína CD20 en la superficie celular.
Sin duda la nota de prensa que llegó a la Redacción de Urgente24 apunta a reforzar la campaña pro-aprobación.
Otro ejemplo de innovación puesta al servicio de los pacientes es la obtención de la versión subcutánea de Rituximab, que permite reemplazar la administración intravenosa del medicamento, un procedimiento que suele durar unas 3 horas, por una inyección que demanda no más de 5 minutos.
“El estudio Sabrina demostró que cambiar la formulación tradicional de Rituximab por la inyección subcutánea no modifica la eficacia de la droga y que no hay diferencias en cuanto a la tasa de efectos adversos esperables entre quienes reciben la infusión intravenosa en relación a los que se les aplica la inyección, más allá de algunos cambios leves en la zona del pinchazo”, explica el Dr. Davies, quien lideró el estudio Sabrina, un ensayo internacional de Fase III diseñado para investigar la farmacocinética, eficacia y seguridad de Rituximab subcutáneo en comparación con la administración intravenosa en cierto tipo de pacientes con un tipo común de LNH.
Según Davies, la posibilidad de administrar Rituximab de manera subcutánea beneficia tanto a los pacientes como a los profesionales de la salud. “A los pacientes, dado que ya no deben pasar tanto tiempo en una cama de quimioterapia para recibir el tratamiento. Y a los médicos y enfermeros, porque la administración es directa y ya no requiere de un acceso intravenoso. Además, porque la nueva formulación viene en una dosis fija, con lo cual se ahorra tiempo de preparación y hay menos posibilidades de cometer errores”.
“La nueva versión de Rituximab ahorra el tiempo de aplicación, resulta más cómodo para el paciente y permite al sistema de salud reducir costos en insumos y en horas del personal de salud con la misma eficacia y seguridad que la droga tradicional”, enumera el Dr. Bezares. “Por otra parte –continúa–, permite que los centros de administración de quimioterapia tengan mayor disponibilidad de realizar tratamientos quimioterápicos al liberarse camas que ya no deberán usarse para el medicamento”, agrega.
Lo que se viene
Un dato alentador es que, de acuerdo a un nuevo informe publicado por Investigadores y Productores Farmacéuticos de América (PhRMA), sólo las empresas de investigación biofarmacéutica de USA están desarrollando en la actualidad 241 fármacos para cánceres hematológicos (leucemia, linfoma y mieloma múltiple).
Eso es mucho dinero aplicado al desarrollo de especialidades que serán la nueva generación de medicamentos oncológicos.
En este sentido, Bezares y Bosch coinciden en señalar que hay varios medicamentos nuevos que están siendo investigados y que ya proporcionan buenos resultados.
Pero, a pesar de estos enormes avances, la mitad de los pacientes con cáncer en la sangre siguen teniendo pronóstico adverso o desfavorable con lo cual es preciso seguir trabajando en el desarrollo de terapias cada vez más efectivas.