UN GOBERNADOR QUE FABRICA PROBLEMAS

Los “buenos amigos” de Urribarri

El gobernador de Entre Ríos y precandidato presidencial, Sergio Urribarri, busca permanentemente apoyos a su candidatura, pero cuando los consigue le juegan en contra. Urribarri pareciera no entender que a veces es preferible perder algunos amigos, antes que encontrarlos.

PARANÁ (U24 Entre Ríos). Sergio Urribarri y su equipo de campaña hacen lo imposible para tratar de ver si pueden torcer de alguna forma el predecible destino de la “gran aventura”, pero no lo consiguen por más esfuerzo que le pongan. Esfuerzos que representan algo así como $15 millones por mes, según comentan fuentes cercanas a “los soñadores”.
 
Uno de los objetivos perseguidos es buscar apoyos de diferentes dirigentes políticos, gremiales, etc. con la intención de mostrar una imagen que ayude al posicionamiento de la candidatura del “gran soñador”, claro que muchas veces en ese afán de buscarle amigos, lo único que consiguen es perjudicarlo.
 
Las imágenes que acompañan esta nota hablan por sí solas y lo único que demuestran es que Urribarri parecería no conseguir otros apoyos que no sean los de personajes muy cuestionados.
 
Omar Viviani, el capo de los taxímetros; Gerardo Martínez, de la UOCRA; Carlos Kirchner (el primo que se hizo millonario durante el gobierno de Néstor y Cristina); el vicepresidente Amado Boudou; el vicegobernador de Buenos Aires, Juan Gabriel Mariotto; el ministro Julio De Vido (sin dudas su mejor amigo ya que le envía fondos para obras que nunca se hacen y que se usan para otras cuestiones: la campaña por ejemplo), el empresario todoterreno, Miguel Marizza beneficiario de la mayoría de las obras que nunca se terminan o se terminan a medias, y como frutilla del postre el diputado provincial y locutor radial, Rubén Almará (recordado por haber querido sobrepasarse con una jovencita durante su programa de radio), quien increíblemente se postula como intendente de Paraná, promocionándose junto a Urribarri. Y por supuesto no hay que olvidarse las fotos de su secretario privado con el "narcochofer" de la gobernación. 
 
Con amigos así el pobre Urribarri lejos está de poder cumplir “sus sueños”. Aunque por acá muchos piensan que tal vez sea por aquello de que “los cantores se juntan por la tonada”.