PARANA (Especial para Urgente24). En una actitud que sorprendió a todoos, el gobernador Sergio Urribarri decidió que la industria entrerriana será nuevamente beneficiada con la eximición del impuesto a los Ingresos Brutos. Importante: la pequeña industria entrerriana no pagaba Ingresos Brutos hasta la reforma tributaria 2013 que alentaron los empleados estatales y el propio Urribarri con el argumento de que había que aumentar el salario de la policía provincial (lo que no sucedió) y de la gigantesca planta permanente de la ineficiente plantilla pública entrerriana.
UNA MEDIDA PARA MEJORAR IMAGEN NACIONAL
Positivo: Urribarri quita impuestos a la industria pero habrá enojo de estatales
El gobernador de Entre Ríos, Sergio Urribarri, anunció la eximición del pago del impuesto a los Ingresos Brutos a la industria entrerriana. Era una esperada iniciativa que, en verdad, es un reclamo en todo el país. Él lo hizo en el marco de la 10ma Jornada de la Industria y el Comercio Exterior, organizada por la Unión Industrial de Entre Ríos.
19 de septiembre de 2014 - 17:15
Lo que hizo ahora Urribarri fue retrotraer la situación: nuevamente la industria no tributará Ingresos Brutos. Sin duda, pese a todo, es una medida muy positiva. Resultaría mucho más interesante, de todos modos, que Urribarri lo acompañara con una nueva gestión de los parques industriales y una promoción de la radicación de industrias pymes en Entre Ríos. Todo eso falta y dificilmente lo puede concretar un gabinete de escasas luces, pero lo que concedió tiene su 'efecto demostración' a nivel nacional, donde Urribarri quiere instalarse como presidenciable.
Urribarri explicó su decisión luego de haber escuchado al presidente de la Unión Industrial de Entre Ríos (UIER), Antonio Caramagna, quien en su discurso se refirió a la inflación, los altos impuestos, la asimetría de impuestos respecto de otras provincias y los desencuentros de empresarios y Gobierno.
La decisión de Urribarri sorprendió hasta a su propio equipo de gobierno que no estaba informado previamente del anuncio, aparentemente.
“No estaba previsto”, señaló ante distintos medios el ministro de la Producción, Sergio Schunk, mientras que el ministro de Economía, Diego Valiero, entendió que, quizás, el gobernador tomó esa medida gracias al “importante aumento de la recaudación impositiva lograda este último mes”.
Obviamente que el anuncio es enojoso para el campo entrerriano, que reclama medidas de estímulo, igual que la industria manufacturera.
¿Por qué sí para la industria y no para el campo? Porque el peso relativo en la recaudación total es bien diferente, y porque el campo entrerriano es pésimo haciendo lobby. Carece de capacidad/habilidad de negociación política.
Muchos creen, además, que el beneficio es para agradecer a la UIER (Unión Industrial de Entre Ríos), y fundamentalmente a su presidente, Antonio Caramagna; y al vicepresidente, Carlos Galuccio (hermano del presidente de YPF, Miguel Ángel Galuccio, aparentemente un sponsor oficial de la candidatura presidencial de Urribarri), el apoyo recibido durante la gestión Urribarri.
Ambos dirigentes de la UIER han llegado a enfrentarse con otros socios de la entidad -en especial los representantes de industrias lácteas, frigoríficas, arroceras, cítricas y agropecuarias- acerca de las decisiones de Urribarri.
Ni hablar del choque con el campo, que afirma que en Entre Ríos existe la presión impositiva más elevada del país por hectárea.
Estuvo presente en Paraná el presidente de la Unión Industrial Argentina, Héctor Méndez, quien no ha conseguido hasta ahora avances similares en otros distritos provinciales, ni siquiera en Ciudad de Buenos Aires.
¿Qué dirán los gremios estatales, precursores de la reforma tributaria que logró que la Administración Urribarri pueda exhibir un considerable aumento de la recaudación impositiva?
Reaccionarán con enojo pero es cierto que no tiene sentido mejorar la recaudación para mejorar los salarios de la administración estatal porque no es multiplicador de trabajo.
En cambio la industria manufacturera es multiplicador de actividad económica.
Además, sería ridículo aumentar los salarios estatales sin una revisión de las condiciones de contratación y empleo de una planta laboral a menudo ineficiente y sobrepoblada.